sábado, 30 de julio de 2011

elfriede jelinek (austria, 1946 - ) // discurso de aceptación del premio nobel de literatura, 2004

al margen

¿es escribir la facultad de plegarse a la realidad, de acomodarse a ella? nos encantaría acomodarnos, pero ¿qué me sucede entonces? ¿qué les sucede a aquellos que no conocen realmente la realidad? está tan enredada. no hay peine que pueda alisarla. los poetas la atraviesan y recogen desesperadamente sus cabellos en un peinado que rápidamente por la noche les espanta. algo no funciona en la apariencia. la cabellera, bien recogida, aún puede ser expulsada de su casa de los sueños, pero ya no se deja domar. o bien de nuevo se derrumba y se aferra como un velo delante de la cara y a penas puede ser manejada. o bien se pone de punta sobre la cabeza, aterrada por lo que sucede sin cesar. simplemente no se deja peinar. no quiere. aunque pasemos tantas veces como queramos el peine con algunos dientes arrancados, simplemente no quiere. ahora es aún peor. lo escrito, cuando habla de lo que pasa, se escabulle entre los dedos, como el tiempo, y no solamente el tiempo durante el que se ha escrito, durante el que no se ha vivido. nadie pierde nada cuando no ha vivido. ni el vivo, ni el tiempo muerto, y el muerto menos. el tiempo, cuando aún se escribía, penetró en las obras de los otros poetas. como es el tiempo, lo puede todo a la vez: penetrar en su propio trabajo y en el de los otros, en los peinados enredados de los otros, pasa como un viento fresco, incluso si es malo, que se ha elevado, repentino e inesperado, desde la realidad. cuando se ha elevado una vez, puede no calmarse tan rápidamente. el viento de rabia sopla y lo arrastra todo con él. lo arrastra todo, poco importa dónde, pero nunca vuelve a esta realidad que debe ser representada. por todas partes salvo ahí. la realidad es lo que va bajo los cabellos, bajo las faldas y precisamente: arrastra hacia cualquier otra cosa. cómo puede el poeta conocer la realidad si es ella la que pasa en él y lo arrastra siempre hacia el margen. desde allí, por una parte ve mejor, por otra él mismo no puede permanecer sobre el camino de la realidad. allí no hay sitio para él. su sitio está siempre en el exterior. sólo lo que dice desde el exterior puede ser recibido y eso porque dice ambigüedades. y allí surgen dos posibilidades adecuadas, dos verdades que recuerdan que nada sucede, dos que interpretan en direcciones diferentes, lo reducen hasta su fundamento inestable, que falta desde hace tiempo como los dientes arrancados al peine. una de las dos. verdadero o falso. tenía que acabar por llegar, puesto que el suelo como terreno para construir era cuando menos muy inadecuado. ¿cómo construir sobre un agujero sin fondo? pero lo inadecuado, que entra en su campo visual, les basta a los poetas para producir algo que podrían igualmente abandonar. podrían abandonar y también abandonan. no lo matan. sólo lo miran con ojos confusos, pero no se vuelve arbitrario por esa mirada poco clara. la mirada toca con precisión. lo que es tocado por la mirada dice aún al derrumbarse, aunque apenas haya sido mirado, aunque aún no haya sido expuesto a la vista afilada del público, lo que es tocado no dice jamás que también podría haber sido otra cosa, antes de ser víctima de esta descripción. significa precisamente lo que permanecería mejor no-dicho (¿porque habríamos podido decirlo mejor?), lo que debería permanecer siempre turbio y sin razón. demasiados se han deslizado hasta el vientre dentro. son arenas movedizas, pero no mueven nada. sin fondo, pero no sin fundamento. arbitrario, pero nunca amado.
lo exterior sirve a la vida que no se haya precisamente ahí, sino no estaríamos todos en pleno centro, en lo pleno, en la vida humana plena, y sirve a la observación de la vida que se encuentra siempre en otra parte. allí dónde no estamos. por qué insultar a alguien porque no encuentre el camino del viaje, de la vida, del viaje de la vida, si ha sido deportado -y deportado no es deportar con otro, ni llevar, sino simplemente desplazado por azar como el polvo de los zapatos perseguido inexorablemente por la limpiadora, siquiera un poco menos inexorablemente que el extranjero por los autóctonos. ¿qué significa como polvo? ¿es radioactiva o simplemente activa por si misma? sólo lo pregunto porque deja ese extraño rastro luminoso sobre el camino. ¿es el camino lo que corre al lado y no se reúne jamás con el escritor, o es el escritor el que corre al lado, al margen? no es diferente, pero está aislado. desde ahí ve a los que son diferentes a él, pero entre ellos también, en su diversidad, para representarlos en su simplicidad, para darles forma, porque la forma es lo más importante, desde allá lejos se ve mejor. pero se le guarda rencor, entonces ¿son rastros de tiza y no partículas de materia luminosa lo que marca el camino de la escritura? en todos los casos es una marca que muestra y al mismo tiempo vela y ella misma borra cuidadosamente el rastro que ha dejado. no estamos en absoluto presentes. pero a pesar de todo sabemos lo que ha pasado. ha sido dicho desde lo alto de la pantalla, por caras deformadas de dolor, embadurnadas de sangre, sonrientes bocas maquilladas, hinchadas por el maquillaje u otras bocas que han respondido correctamente a una pregunta del quiz, o gente nacida boca, mujeres que no pueden nada y que no tienen nada que añadir, que se han levantado y se han quitado el vestido, para mostrar a la cámara su pecho frescamente endurecido, que ha pertenecido a los hombres. cantidad de gargantas exhalan cantos como un mal aliento, pero aún más fuerte. es lo que podría ser visto en el camino, si estuviéramos aún en él. seguimos nuestro camino fuera del camino. podemos verlo lejos, ahí donde permanecemos solos y satisfechos porque el camino se quiere ver pero no coger. ¿ha hecho un ruido el sendero? ¿no quiere mediante ruidos, no sólo luces, llamar la atención de la gente que grita, de las luces chillonas? ¿el camino que no podemos coger tiene miedo de no ser tomado, él que sin embargo han tomado tantos pecados sin cesar, torturas, crímenes, robos, duras coacciones, forzada dureza, para la creación de los memorables destinos mundiales? al camino le importa poco. lo lleva todo, con firmeza, incluso si es infundado. sin fundamentos. sobre el suelo perdido. mis cabellos se levantan sobre mi cabeza, como decía, y ninguna permanente podría forzarles a bajar. tampoco hay permanencia en mí. ni sobre mí ni dentro de mí. si se está al margen, debemos estar siempre preparados para saltar más y más, en la nada que se encuentra al lado del margen. y el margen inmediatamente ha traído su trampa de margen lista en todo momento, la grieta, para atraer a alguien aún más lejos. atraer es tirar al interior. por favor, ahora no querría perder de vista el camino sobre el que no estoy. querría describirlo, por lo menos, bien y sobre todo correcta y precisamente. si lo describo ya tiene que servir para algo. pero este camino no me ahorra nada. ¿qué es lo que me queda pues? incluso en camino está bloqueado para mí, no puedo apenas desplazarme. estoy lejos y al mismo tiempo no salgo. y ahí querría por seguridad estar protegida de mi propia incertidumbre pero también de la incertidumbre del suelo sobre el que me encuentro. mi lengua, por seguridad, no sólo para protegerme, corre a mi lado, y controla que lo haga correctamente, que lo haga correctamente falso, describir la realidad, porque debe ser descrita siempre falsamente, no puede ser de otra forma, tan falsamente que cada uno que la lea u oiga vea inmediatamente su falsedad. ¡miente! esta perra lengua que debe protegerme, es para eso que la tengo, me agarra ahora. mi protección quiere morderme. mi única protección contra el hecho de ser descrita, la lengua que a la inversa está ahí para describir algo, que no soy yo - es por eso que relleno tanto papel, mi única protección se vuelve contra mí. puede ser que sólo la tenga para que, bajo pretexto de protegerme, se lance sobre mí. porque busqué la protección en la escritura, este ser en camino, la lengua que en el movimiento, la palabra, me parecía ser un abrigo seguro, se vuelve contra mí. ningún milagro. sin embargo, inmediatamente desconfié. ¿qué es ese camuflaje que está ahí, para que no nos volvamos invisibles sino siempre más legibles?
la lengua llega a veces por error al camino, pero no va por fuera del camino. no es un proceso arbitrario, la palabra de una lengua, involuntariamente arbitraria, lo queramos o no. la lengua sabe lo que quiere. lo que es bueno para ella, en efecto, no lo sé, no sé los nombres. la verborrea, el discurso discurre ahora siempre más, porque es siempre un mar de discurso, sin principio ni fin, pero no es un habla. discurre del otro lado, allí donde siempre están los otros porque no quieren estar, están muy ocupados. allí, del otro lado. yo no. ella, la lengua que se aleja a veces de mi, hacia la gente, no la otra gente, sino los reales, los verdaderos, alejada allá lejos en el camino bien balizado (¿quién puede perderse aquí aún?), les sigue como una cámara en todos sus movimientos para que al menos ella, la lengua, aprenda cómo es la vida, porque en este momento preciso, no es la vida, lo que es, y además hace falta describir lo que ella no es. discurramos sobre el hecho que debíamos ir una vez más al examen profiláctico. pero de un solo golpe, hablamos de pronto, en rigor, como alguien que tiene la elección de no hablar más. suceda lo que suceda, sólo la lengua habla de mi, yo misma me ausento. la lengua va. yo permanezco, pero lejos. no en el camino. estoy seccionada de mi lengua.
no, está aún ahí. ¿ha estado ahí todo el tiempo?, ¿ha reflexionado sobre qué podría reflexionar? ahora me ha visto y me llama de repente al orden, esta lengua. se ha arriesgado a esa arrogancia de maestro contra mí, me levanta la mano, no me quiere. habría querido gente amable sobre el camino, al lado de las cuales correr como el perro que es, simulando obediencia. en realidad, es desobediente, no solamente conmigo, sino también con todos los demás. ella es para sí misma. grita en la noche, porque han olvidado colocar al borde del camino luces, no tienen sol para alimentarlas y no necesitan de ninguna corriente, o darle un nombre de sendero adecuado al sendero. por ello, hay tantos nombres que no llegaríamos a seguir las denominaciones, si lo intentáramos. grito en mi soledad, andando con pasos pesados sobre las tumbas de los muertos, porque como corro al lado, no puedo a la vez prestar atención a lo que piso, lo que aplasto, sólo quiero llegar donde mi lengua ya está y, burlona, se ríe de mi. sabe que si intentara vivir por una vez, me lo haría pagar inmediatamente. me lo haría pagar por adelantado, pero algo rebajado. bien. si esparzo aún sal sobre el camino de los otros, la echo del otro lado para que el hielo se funda, la sal que esparzo, para que haya un fundamento más seguro para la lengua. aunque hace tiempo que no tiene fundamento. una insolencia insondable por ella misma. si no me encuentro sobre un fundamento seguro mi lengua tampoco debe estarlo. ¡hace bien! ¿por qué no se ha quedado cerca de mí, al margen, por qué se ha separado de mí? ¿quería ver más que yo? en el gran camino, allí, del otro lado, donde hay más gente, antes que nada más agradables, que charlan entre ellos amablemente. ¿quería saber más que yo? ya sabía más que yo pero siempre hace falta más. se suicidará devorándose a sí misma, mi lengua. se zampará la realidad. ¡hace bien! la he escupido, pero ella no escupe nada, de todas maneras no engorda. mi lengua me llama al margen, llama gustosa al margen, allí no tiene que apuntar bien, no lo necesita, porque de todas formas alcanza su objetivo no diciendo cualquier cosa, sino hablando con el "rigor del dejar-ser", como dice heidegger de trakl. me llama, la lengua, todo el mundo lo hace hoy, porque todo el mundo tiene su lengua con él en un pequeño aparato, para poder hablar -¿por qué pues lo habría aprendido?- me llama allí, en la trampa en la que estoy y grita y patalea, no, no es cierto, no es mi lengua la que me llama, ella, lejos de mí, he sido decapitada de mi lengua, entonces tiene que llamar, me grita en la oreja, poco importa el aparato, ordenador, móvil, cabina telefónica, me aúlla en la oreja que no tiene sentido expresar algo, ella misma lo hace, yo sólo tengo que repetir lo que ella me susurra; porque tendría aún menos sentido vaciar el bolso cerca de un ser querido que se derrumba y del que nos podemos fiar porque está derrumbado y no puede levantarse inmediatamente y no puede seguirme para charlar un poco. no tiene sentido. las palabras de mi lengua, allá lejos, sobre el camino agradable (sé que es más agradable que el mío que no es realmente un camino, pero no puedo verlo de manera distinta, sin embargo sé que estaría bien también allí), las palabras de mi lengua, separándose de mí, de pronto se han convertido en expresiones. no, no explicaciones para alguien. expresiones. se escucha a sí misma expresándose, mi lengua, se corrige a si misma porque la expresión puede siempre ser mejorada; sí, siempre puede ser mejorada, está ahí para ser mejorada y encontrar nuevas reglas de lenguaje, pero sólo para mofarse de las reglas. entonces se devienen la nueva vía hacia una disolución, por supuesto pienso solución. una vía sin salida. por favor, querida lengua ¿no quieres escuchar antes al menos una vez? para que aprendas algo, para que aprendas al fin las reglas de expresión… ¿qué gritas tú allá lejos, que farfullas? ¿haces eso para volver cerca de mí? ¡pensaba que no querías volver cerca de mí! no has dado ninguna señal de tu intención de volver a mí, aunque eso habría sido absurdo, no habría comprendido el signo. ¿te habrías convertido en lengua sólo para escapar de mí y tranquilizarme sobre mis progresos? no es seguro. sobre todo de ti, tal como te conozco. no te reconozco en absoluto. ¿quieres realmente volver a mí? ya no te quiero coger. ¿qué dices ahora? el camino está lejos. lejos no es un camino. entonces, si mi soledad, si mi falta permanente, mi descarte permanente vinieran personalmente para traer la lengua para que, bien instalada conmigo, al fin en casa, llegue a un bonito sonido, que podría emitir, me rechazaría aún más, siempre más al margen con ese sonido, ese aullido penetrante, estridente, de una sirena en la que penetra el aire. por la reacción de esta lengua que he producido yo misma y que huye de mi (¿o la he producido yo para eso, para que huya inmediatamente ante de mí porque yo misma no he logrado huir a tiempo?), sería arrojada cada vez más lejos a ese espacio al margen. mi lengua se revuelca con placer en su poza, la pequeña tumba provisional sobre el camino, y mira a lo alto hacia la tumba de aire, se revuelca sobre la espalda, un animal confiado que quiere gustar a la gente como toda lengua conveniente, se revuelca y abre las piernas, probablemente para dejarse acariciar, sino para qué. está drogada de caricias. eso le impide mirar los muertos de los que yo debo ocuparme, eso siempre me incumbe a mí. es por eso que no he tenido tiempo de dominar mi lengua que se revuelca ahora descaradamente en manos del que la acaricia. hay simplemente demasiados muertos que debo mirar para ocuparme de ellos, es el termino técnico austriaco para eso, bien tratar, somos conocidos por bien tratar a todo el mundo. el mundo se ocupa ya de nosotros no hay que preocuparse. no nos preocupamos. pero cuanto más fuerte resuena esa invitación a mirarlos, a los muertos, menos puedo controlar mis palabras. debo mirar a los muertos, mientras que los paseantes acarician y ensortijan la querida buena lengua, lo que no vuelve a las palabras más vivas. nadie es culpable. yo también, desgreñada como lo estamos yo y mis cabellos, no soy culpable de que los muertos sigan muertos. quiero que al fin la lengua deje de hacerse esclava de manos extranjeras, aunque le hagan bien, quiero que empiece a no plantear ninguna exigencia sino que sea ella misma una exigencia al fin, que vuelva a mí, no por caricias, sino por exigencia porque la lengua debe siempre detenerse, ella no lo sabe y no me escucha. debe detenerse, porque la gente que quiere aceptarla, en el lugar de un niño, es tan mona cuando se la quiere tanto, la gente no se para jamás, decretan, pero no se detienen, muchos han destruido su llamada al orden de la sociabilidad, la han desgarrado, han quemado la bandera. cuanta más gente hay para aceptar la invitación de mi lengua para rascarle el vientre, algo para desgreñar, para aceptar afectuosamente su confianza, más sigo yo tropezando, he abandonado definitivamente mi lengua a aquellos que la tratan mejor, casi estoy volando, ¿dónde estaba ese camino que necesito para bajar rápidamente? ¿cómo llego, por qué, dónde? ¿cómo llego al lugar donde desembalo mi herramienta, pero en realidad puedo también embalarla? allá lejos reluce algo claro bajo las ramas, ¿es el lugar o mi lengua les adula, les acuna con seguridad, sólo para ser acunada ella misma afectuosamente al fin una vez? ¿o todavía quiere morder? siempre quiere morder solo que los otros no lo saben aún, pero yo la conozco bien, hace mucho tiempo que está conmigo. antes nos hemos mimado y besuqueado, este animal aparentemente amaestrado que de todas formas todos tienen en casa ¿por qué deberían buscarse un animal extranjero en casa? ¿por qué esta lengua debería ser otra que la que ya conocen? y si fuera otra, sería peligroso acogerla en la propia casa. a lo mejor no se entiende con la que ya tienen. cuanta más gente extranjera amable, que sabe vivir, y sin embargo no comprenden sus vidas porque siguen proyectos de caricias, porque siempre tienen que perseguir algo, menos mi mirada adivina el camino de vuelta a la lengua. miles and more. ¿quién podría adivinar, sino la mirada? ¿el habla quiere también asumir la mirada? ¿hablaría antes de mirar? se revuelca, ahí, tentada por manos, bramada por vientos, mimada por tempestades, ofendida por la escucha hasta que ya no oye nada. ¡entonces que todo el mundo escuche! el que no quiera oír debe hablar sin ser oído. casi todos no son oídos cuando hablan. yo soy oída, aunque mi lengua no me pertenece, aunque apenas pueda verla. se dicen muchas cosas de ella. así no tiene mucho que decir de si misma, muy bien. la escuchamos repetirse lentamente mientras que en alguna parte es presionado un botón rojo que desencadena una terrible explosión. no nos queda más que decir: padre nuestro que estas. no puede pensarme así, aunque yo, al fin, padre de mi lengua, entonces: soy madre. soy el padre de mi lengua materna. la lengua materna estaba ahí desde el principio, estaba en mi, pero no había padre a quien hubiera pertenecido. mi lengua era a menudo inconveniente, me lo hicieron entender bien, pero yo no quería entenderlo. culpa mía. el padre ha abandonado esta pequeña familia con la lengua materna. tenía razón. en su lugar yo tampoco me habría quedado. la lengua materna ha seguido al padre, ahora está lejos. está, como decía antes, del otro lado. escucha a la gente por el camino. por el camino del padre que se ha ido demasiado pronto. ahora sabe algo que tú no sabes que ha sabido. pero cuanto más sabe, más insignificante se vuelve. no deja de decir cosas, pero es insignificante. la soledad toma vacaciones. no es utilizada. nadie ve que yo aún estoy ahí, en la soledad. no se me presta atención. me estiman, puede ser, pero no me prestan atención. ¿cómo consigo que todas estas palabras digan algo de mí que pudiera decirnos algo? no mientras hablo. no puedo hablar en absoluto, mi lengua, desgraciadamente, no está en casa. allí, del otro lado, ella dice algo de otro que no le he confiado, pero desde el principio ha olvidado lo que le había pedido. no me lo dice aunque me pertenece. mi lengua no me dice nada, ¿cómo podría entonces decir algo a los otros? Sin embargo no es insignificante ¡reconózcanlo! dice tanto más cuanto más lejos está de mí, sólo entonces osa decir algo que quiere decir, entonces osa no obedecerme, se opone a mi. cuando miramos, cuanto más tiempo miramos, más nos alejamos del objeto. cuando hablamos, lo asimos, pero no podemos retenerlo. se desprende y quiere atrapar su propia designación, todas esas palabras que he hecho y que he perdido. suficientes palabras cambiadas, el cambio es horriblemente malo, no es más que malo. digo algo y es olvidado desde el principio. ha sido aspirado, quería estar lejos de mi. lo indecible es dicho todos los días, pero lo que yo digo, eso no debe ser dicho. es injusto por parte de lo dicho. es muy injusto. lo dicho no quiere siquiera pertenecerme. quiere ser hecho para que se pueda decir: dicho y hecho. estaría contenta si negara pertenecerme, mi lengua, pero aún así debería pertenecerme. ¿cómo puedo esperarla para que se ligue al menos un poco a mí? a los otros no la ata nada, así pues me ofrezco a ella. ¡vuelve! ¡vuelva por favor! pero no. del otro lado, en el camino, oye secretos que yo no debo saber y se los cuenta a otros, esos secretos que no quieren oír. me gustaría, tendría derecho, me parece, si se quiere, pero ella no se para a hablarme, eso tampoco lo hace. está en el vacío que se distingue precisamente por eso y difiere de mí porque hay muchos allí. el vacío es el camino. estoy incluso al margen del vacío. he dejado el camino. nunca he hecho otra cosa más que repetir. se dicen muchas cosas de mí, pero casi todo es falso. sólo he repetido, y afirmo que esa es mi habla. como he dicho - ¡he dicho demasiado! no se han dicho tantas cosas desde hace tiempo. ni siquiera llegamos a escuchar aunque haga falta escuchar para poder algo. a este respecto, que es en realidad el hecho de apartar los ojos de mí misma, no se puede decir nada de mí, porque no hay nada, no sale nada. siempre miro la vida pasar, mi lengua me vuelve la espalda para poder tender su vientre a los otros que la miman descaradamente, a mí me vuelve la espalda, si es que vuelve algo. demasiado a menudo no me hace ningún signo y tampoco dice nada. a veces no la veo en absoluto, allí, del otro lado, y ahora, ni siquiera puedo decir "como decía", lo he dicho mucho, pero ahora no puedo decirlo, me faltan las palabras. a veces veo sus espaldas o las plantas de sus pies con los que no pueden andar correctamente, las palabras, pero más deprisa que yo, desde hace tiempo, y siempre más. ¿qué hago aquí? ¿es para esto que se ha tendido a una cierta distancia de mí, la querida lengua? así será más rápida que yo, saltará y saldrá corriendo cuando venga de mi margen para buscarla. no se por qué debería buscarla. ¿para que ella no me busque a mí? ¿puede ser que lo sepa, ella que me huye? ¿quién no me sigue? quien sigue ahora la palabra de los otros y que no se puede confundir conmigo. son de otra manera porque son los otros. sin otra razón que ser los otros. eso le basta a mi palabra. lo principal, no lo hago: hablar. los otros, siempre los otros, para que yo no sea aquella a quien pertenece, la dulce lengua. me gustaría también acariciarla, como los otros, allí, si solamente pudiera atraparla. pero está allí, lejos, para que no pueda atraparla.







¿cuándo se marchará dulcemente? ¿cuándo se marchará un poco para que el silencio sea? cuanto más lejos se va la lengua allá, del otro lado, más fuerte se la oye. está en todas las bocas, sólo en mi boca no está. estoy loca. no soy inconsciente, pero estoy loca. estoy agotada de verificar mi lengua como un faro en el mar que debe aclarar y no está a la luz, que al girar revela siempre otra cosa de la oscuridad que está ahí, se ilumine o no, es un faro que no ayuda a nadie aunque deseemos tanto no morir en el agua. cuanto más intento encenderlo, más se obstina ella, la lengua, en no encenderse. ahora apago mecánicamente esta llama de habla , le doy a la llama de ahorro pero cuanto más intento ponerle un apagador al final de ese palo largo con el que se apagaban las velas de la iglesia en mi infancia, más intento apagar esta llama, más aire parece tener. más fuerte grita, revolcándose entre miles de manos que le hacen el bien, que desgraciadamente yo no lo he hecho nunca, yo misma no se lo que me haría bien, entonces ahora grita para permanecer lejos de mi. grita a los otros para que griten como ella, para que sea más fuerte. grita que no debo acercarme a ella. nadie debe pues acercarse al otro. y lo que se dice no debe tampoco acercarse demasiado de lo que se quiere decir. no debemos estar demasiado ligados a nuestra propia lengua, es una afrenta, es capaz tan fácilmente de repetir algo por ella misma, muy fuerte para que no oigamos lo que dice, le habrá sido dicho antes. incluso me hace promesas, para que permanezca lejos de ella. me promete todo si no me acerco a ella. millones pueden acercársele, ¡no yo! ¡pero es mía! ¿qué les parece? no puedo decirles lo que me parece a mí. esta lengua ha olvidado sus inicios, de otra forma no puedo explicármelo. debutó modestamente conmigo. ¡y cómo ha crecido! no la reconozco en absoluto. la conocía cuando era taaaaan pequeña. cuando estaba tan calmada, cuando la lengua era aún mi niño. ahora se ha hecho inmensa de golpe. ya no es mi niño. el niño no ha crecido pero se ha hecho grande, no sabe que aún no es suficientemente grande, pero ya está despierto. está tan despierto que se cubre a sí mismo con su grito, y también los otros que gritan más fuerte que la lengua. entonces sube a alturas increíbles. créanme, ¡no quieren oír nada parecido! no estoy orgullosa de este niño, créanme, ¡se lo ruego! al principio quise que se quedara, tan silencioso como antes, cuando no hablaba. ahora no quiero que lo barra todo como una tempestad, lleve a los otros a aullar aún más fuerte y levantar los brazos y arrojar objetos duros que mi lengua no puede alcanzar, porque ella nunca ha sido deportista, por mi culpa. no alcanza nada. lanza, cierto, pero no puede alcanzar. yo me quedo atrapada, si ella no está. soy la prisionera de mi lengua que es mi guardiana de prisión. cómico -¡no me vigila! ¿tan segura está de mí? ¿tan segura está de que no voy a huir?, ¿piensa que va a escapar? pero llega alguien, ya muerto, y me habla aunque no lo pretendiera. puede, ahora muchos muertos hablan con sus voces asfixiadas, ahora osan porque mi propia lengua ya no me vigila. porque sabe que no es necesario. aunque me huya no me pierde. estoy a su disposición, pero la he perdido. me quedo. pero lo que queda no es el hecho de los poetas. lo que queda está lejos. la grandeza se ha detenido. no ha llegado nada ni nadie. y si, sin embargo, contra toda expectativa, algo que ni siquiera ha llegado, quisiera quedarse un momento, lo que sigue siendo lo más fugitivo, la lengua, desaparece. ha respondido a una nueva oferta de empleo. aquello que debe permanecer está siempre lejos. en cualquier caso no está aquí. que es lo que nos queda.

trad,; julia gutierrez arconada y maría martín bernal,
tomada de elfriede jelinek, dolor y rabia. ed. pradillo, 2007.

samuel barclay beckett (irlanda, 1906 - 1989) // play, 1963. 2

samuel barclay beckett (irlanda, 1906 - 1989) // play, 1963. 1

charles spencer chaplin (reino unido, 1889 - 1977) // el gran dictador, 1940

hermann karl hesse (alemania, 1877 - 1962) // poesías - lenguaje / conocimiento / lamento / el lobo estepario / reflexión

lenguaje
(1929-1941)

el sol nos habla por medio de la luz,
con aroma y color lo hacen las flores,
el aire con las nubes, nieve, y lluvia.
en el santuario del mundo
vive un impulso, es insaciable,
para romper el mutismo de las cosas,
y en la palabra, el gesto, el sonido, el color
declarar el ser y su secreto.
la clara fuente de las artes corre aquí,
lucha por la palabra la revelación,
por el alma del mundo, y luminosa anuncia
con los labios del hombre una experiencia eterna.
toda vida tiende hacia el lenguaje,
en la voz y en el número, en el color, la línea y el sonido
y alza un trono cada vez más alto a los sentidos.
el rojo y el azul en una flor
se vuelve en la palabra de un poeta
el edificio interno de la creación
que siempre empieza y no termina nunca.
y allí donde el sonido y la palabra se combinan,
donde una canción suena, el arte se despliega,
y es cada vez allí el sentido de todo el universo,
y la existencia toda se conforma de nuevo,
y cada libro y cada canción
y cada cuadro es un descubrimiento,
un nuevo intento, tal vez hace el millar,
para alcanzar la unión de lo que vive.
os atraen música y poesía
a entrar en esa unión,
para captar la variedad de lo creado
una mirada basta solamente al espejo.
lo que nos afecta con su desconcierto
se vuelve claro y simple en el poema:
ríe la flor, la nube llueve,
tiene sentido el mundo, y lo que es mudo habla.


conocimiento
(1929-1941)

es eterno el espíritu y divino.
hacia él, de quien somos la imagen, e instrumento,
nos llevan nuestros pasos; es nuestro anhelo íntimo:
ser como él y brillar en su luz.
pero somos terrenos y mortales,
sobre nosotros pesa con gravidez la negligencia.
dulce nos trata, sin embargo, la naturaleza, maternalmente cálida,
nos cría con la tierra y nos prepara cuan y sepultura.
mas a pesar de todo, la naturaleza no nos trae el sosiego,
su maternal encanto lo atraviesa
la chispa paterna de inmortal espíritu,
hace del niño un hombre,
la inocencia nos borra, nos despierta a la lucha y la conciencia.
así entre padre y madre,
entre cuerpo y espíritu,
vacila el sino frágil de la creación,
el alma temblorosa de los hombres, capaces para el sufrimiento
como ser otro alguno, capaz de lo más alto:
un amor más creyente y con más esperanza.

difícil su camino, muerte y pecado su comida,
se pierde a veces entre la tiniebla,
sería mejor a veces no haber sido creado.
la nostalgia, no obstante, irradia eterna sobre él,
también su determinación: luz, espíritu. entonces
lo sentimos: es él, amenazado,
a quien ama el eterno con amor especial.

por eso, hermanos extraviados, a nosotros
nos es posible amar, incluso en la discordia,
y no juzgar ni tan siquiera el odio,
y por eso es posible este paciente amor.
una resignación amante nos acerca
cada vez más al límite sagrado.


lamento
(1929-1941)

el ser no nos ha sido dado. somos un río sólo
y dócilmente en toda forma confluimos:
tanto la noche como el día, catedral o caverna,
todo lo atravesamos, pues nos arrastra la sed por existir.
así llenamos forma tras forma sin descanso,
y ninguna llega a ser patria, ni dicha, ni necesidad,
siempre de viaje, huéspedes para siempre,
no nos llama el campo ni el arado, tampoco crece el pan para nosotros.

desconocemos lo que dios piensa de los hombres.
el juega con nosotros, somos arcilla entre sus manos,
enmudecida y maleable, ni ríe ni solloza,
es realmente dúctil, pero tampoco se calcinará.

¡ser convertido en piedra alguna vez, durar!
siempre viva por ello está nuestra nostalgia,
mas también queda siempre un temeroso escalofrío
y nunca se hace pausa para nuestro sendero.


el lobo estepario
(1919-1928)

yo, lobo estepario, troto y troto,
la nieve cubre el mundo,
el cuervo aletea desde el abedul,
pero una liebre nunca, nunca un ciervo.
¡amo tanto a los ciervos!
¡ah, si encontrase alguno!
lo apresaría entre mis dientes y mis patas,
eso es lo más hermoso que imagino.
para los afectivos tendría buen corazón,
devoraría hasta el fondo de sus tiernos perniles,
bebería hasta hartarme de su sangre rojiza,
y luego aullaría toda la noche, solitario.
hasta con una liebre me conformaría.
el sabor de su cálida carne es tan dulce de noche.
¿acaso todo, todo lo que pueda alegrar
una pizca la vida está lejos de mí?
el pelo de mi rabo tiene ya un color gris,
apenas puedo ver con cierta claridad,
y hace años que murió mi compañera.
ahora troto y sueño con los ciervos,
troto y sueño con liebres,
oigo soplar el viento en noches invernales,
calmo con nieve mi garganta ardiente,
llevo al diablo hasta mi pobre alma.

reflexión

divino es y eterno el espíritu.
hacia él, cuya imagen e instrumento somos,
conduce nuestro camino, y es nuestro entrañable anhelo
llegar a ser como él, fulgurar con su luz.
mas del barro y mortales nacimos
e inerte pesa en nosotros, criaturas, la gravedad.
aunque amor y cuidados maternales nos brinde natura,
y la tierra nos nutra y sea cuna y tumba,
la paz no nos otorga;
paternal y próvida, deshace
la chispa del espíritu inmortal
de natura el amoroso encanto:
hace hombre al niño, diluye la inocencia
y nos despierta a la lucha y la conciencia.

así, entre padre y madre,
así, entre cuerpo y espíritu,
vacila el hijo más frágil de la creación:
el hombre de alma temorosa, pero capaz de los más
sublime: un amor más fiel y esperanzado.

arduo es su camino, la muerte y el pecado lo alimentan,
se extravía con frecuencia en las tinieblas
y más le valdría a veces no haber sido creado.
eternamente fulge, sin embargo,
sobre él su misión y su destino: la luz, el espíritu.
y sentimos que es a él, desamparado,
a quien ama el eterno especialmente.
por ello no es posible amar,
erráticos hermanos, aun en la discordia.

y ni condenas ni odios,
sino amor resignado
y amorosa paciencia
nos acercan a la meta sagrada.

heinrich teodor böll (alemania, 1917 - 1985) // dicurso de aceptación del premio nobel de literatura, 1972

discurso de aceptación del premio nobel de literatura

señor ministro presidente, querida señora palina, damas y caballeros:
con motivo de una visita a la república federal alemana, su majestad el rey de suecia detuvo su experta mirada en los estratos acumulados a despecho de veleidades, de los cuales procedemos y sobre los cuales vivimos. esta tierra no es virginal ni, en modo alguno, inocente, y jamás ha llegado a lograr la paz. este codiciado país a orillas del rin, habitado por hombres ambiciosos, ha tenido numerosos soberanos y por ello ha visto muchas guerras. guerras coloniales, nacionales, regionales, locales, confesionales y mundiales. ha visto matanzas organizadas, persecuciones y ese incesante ir y venir, tanto de los que marchaban, expulsados, a otras tierras, como de los que volvían arrojados de cualquier país. y que allí se hablara alemán era algo demasiado evidente para tener que demostrarlo dentro o fuera. esto, lo hicieron otros a quienes no satisfacía la «d» suave sino que exigían una «t» fuerte: teutsche (1). a lo largo del camino que uno va recorriendo desde los estratos de la pretérita caducidad hasta el fugaz presente, no hay más que violencia, destrucción, dolor y errores. pero ni los escombros ni las ruinas, ni los movimientos de este a oeste, y al contrario, lograron lo que después de tanta historia, de demasiada historia, se podría haber esperado: la tranquilidad; probablemente porque nunca se nos dio la oportunidad; para unos éramos demasiado occidentales, para otros no bastante occidentales; para unos demasiado profanos, para otros no bastante profanos. todavía reina la desconfianza entre los alemanes que desean justificarse como si la combinación alemania y occidente fuera tan sólo un engaño de la nación que mientras tanto ha dejado ya de ser sagrada (2). y sin embargo, se debería dar por seguro que si este país jamás debía haber tenido arrebato alguno, estaba situado allá por donde fluye el rin. el camino hacia la república federal fue muy largo. también yo escuché en el colegio cuando era chico el proverbio deportivo: la guerra es el padre de todas las cosas; al mismo tiempo oía decir en el colegio y en la iglesia que los pacíficos, los mansos y los humildes poseerían la tierra de promisión. hasta el final de sus días, no se libera uno de la mortal contradicción que promete a unos el cielo y la tierra y a otros solamente el cielo, y esto en un país en que también la iglesia pretendía, lograba y ejercía el dominio hasta nuestros días. el camino hasta aquí ha sido un camino largo para mí, que, como tantos millones, al regresar de la guerra, no poseía mucho más que las manos en el bolsillo, y lo único que me distinguía de los otros era mi pasión por querer escribir, escribir de nuevo. esto me ha traído hasta aquí. permítanme que no acabe de creer del todo el hecho de que me encuentre aquí, al mirar hacia atrás y ver al joven que después de una larga persecución y un largo camino volvió a una patria perseguida; que escapó, no solamente a la muerte, sino también al ansia de morir: fui liberado y superviviente; la paz -yo nací en 1917- era solamente para mí una palabra, ni objeto de evocación ni un talante; república no era una pabra extraña, sino solamente un recuerdo desvanecido. yo aquí debería dar las gracias a muchos autores extranjeros que se convirtieron en libertadores, liberando lo extraño que por su esencia quedaba relegado a la singularidad de su encierro. el resto fue la conquista del lenguaje en esta vuelta al material, a este puñado de polvo que parecía estar delante de la puerta y que. sin embargo, tan difícil fue de captar y de comprender. también quisiera agradecer los muchos alientos que me han dado los amigos y críticos alemanes, y también las tentativas de desaliento, pues de todo se ofrece sin la guerra, pero nada, así lo creo yo, sin oposición.
estos veintisiete años han sido un largo camino, no solamente para el autor, sino también para el ciudadano, a través de un espeso bosque de «índices» (3) que procedían de la maldita dimensión de lo propio, dentro de la cual las guerras perdidas se convierten en guerras propiamente ganadas. muchos de estos índices eran severamente agresivos y tenían su punto de mira en y dentro de sí mismos. recuerdo con temor a mis predecesores alemanes que, dentro de esta maldita dimensión de lo propio, ya no debían ser alemanes. nelly sachs, salvada por selma lagerlöf, sólo a duras penas librada de la muerte; thomas mann perseguido y desterrado. hermann hesse ausente de la dimensión de lo propio, que, cuando aquí fue honrado, hacia tiempo que ya no era súbdito alemán. cinco años antes de mi nacimiento, hace sesenta años, estuvo aquí el último premio nobel alemán de literatura que murió en alemania, gerhart hauptmann. él vivió los últimos años de su vida en una variante de alemania a la cual, a despecho de algunas incomprensiones, no pertenecía. yo no soy un alemán propio ni he dejado de serlo propiamente; soy alemán; la única prueba válida que nadie me ha de extender ni prorrogar, es el idioma en el cual escribo. como tal, como alemán, me alegro de este gran honor. doy las gracias a la academia sueca y al país sueco por esta distinción, que seguramente no sólo vale para mí, sino también para el idioma en el cual me expreso y para el país del que soy ciudadano.

estocolmo, 10 de diciembre de 1972
trad.: helene m. kattendahl

(1) usado por los racistas nazis en vez de la palabra deutsche (alemanes) subrayando de esta manera su procedencia teutónica.
(2) se refiere al «sacro imperio romano de la nación alemana», bajo carlomagno.
(3) en el sentido de índice levantado en señal de amonestación.

ez3kiel // requiem for a dream

ez3kiel // assassin's creed

ez3kiel // lethal submission

ez3kiel // mon plus beau cauchemar

ez3kiel // versus (live)

viernes, 29 de julio de 2011

doris lessing (irán - reino unido, 1919 - ) // no ganar el premio nobel (discurso de aceptación del nobel, 2007)

no ganar el premio nobel

estoy de pie junto a una puerta y miro a través de remolinos de polvo hacia donde me han dicho que aún existe bosque sin talar. ayer conduje a través de kilómetros de tocones y restos calcinados de incendios donde, en el '56, se encontraba el bosque más maravilloso que jamás haya visto, ahora completamente devastado. las personas tienen que comer. y necesitan material para encender el fuego.
me encuentro en el noroeste de zimbabwe a principios de la década de 1980 y vine a visitar a un amigo que era maestro en una escuela de londres. está aquí "para ayudar a áfrica" como solemos decir. es un alma genuinamente idealista y las condiciones en que encontró esta escuela le provocaron una depresión de la que le costó mucho recuperarse. esta escuela se parece a todas las escuelas construidas después de la Independencia. está compuesta por cuatro grandes salones de ladrillo uno a continuación del otro, edificados directamente sobre la tierra, uno dos tres cuatro, con medio salón en un extremo, para la biblioteca. en estas aulas hay pizarrones, pero mi amigo guarda las tizas en el bolsillo, para evitar que las roben. no hay ningún atlas ni globo terráqueo en la escuela, tampoco libros de texto, carpetas de ejercicios ni biromes, en la biblioteca no hay libros que a los alumnos les gustaría leer: son volúmenes de universidades estadounidenses, incluso demasiado pesados para levantar, ejemplares descartados de bibliotecas blancas, historias de detectives o títulos similares a fin de semana en paris o felicity encuentra el amor.
hay una cabra que intenta buscar sustento en unos pastos resecos. el director ha malversado los fondos escolares y se encuentra suspendido, situación que suscita la pregunta habitual para todos nosotros aunque por lo general en contextos más prósperos: ¿cómo puede ser que estas personas se comporten de tal manera cuando deben saber que todos las están observando?
mi amigo no tiene dinero porque todo el mundo, alumnos y maestros, le piden prestado cuando cobra el sueldo y probablemente nunca le devuelvan el préstamo. los alumnos tienen entre seis y veintiséis años porque quienes no pudieron asistir a la escuela antes se encuentran aquí para remediar tal situación. algunos alumnos recorren muchos kilómetros cada mañana, con lluvia o con sol y a través de ríos. no pueden hacer tareas escolares en sus casas porque no hay electricidad en las aldeas y no es fácil estudiar a la luz de un leño encendido. las niñas deben ir a buscar agua y cocinar cuando vuelven a sus hogares desde la escuela y antes de partir hacia la escuela.
mientras estoy con mi amigo en su cuarto, varias personas se acercan tímidamente y todas piden libros. "por favor, mándanos libros cuando regreses a londres." un hombre dijo: "nos enseñaron a leer, pero no tenemos libros". todas las personas que conocí, todas ellas, pedían libros.
estuve varios días allí. el polvo volaba por todas partes, escaseaba el agua porque las cañerías se habían roto y las mujeres volvían a acarrear agua desde el río.
otro maestro idealista llegado de inglaterra se había enfermado de bastante gravedad luego de ver el estado en que se encontraba esta "escuela".
el último día de mi visita finalizaba el ciclo lectivo y sacrificaron la cabra, que cortaron en trocitos y cocinaron en una gran fuente. era el esperado banquete de fin de ciclo, guiso de cabra y puré. me alejé de allí antes de que terminara, conduje por el camino de regreso entre calcinados restos y tocones que habían sido bosque.
no creo que muchos alumnos de esta escuela lleguen a obtener premios.
al día siguiente estoy en una escuela en la zona norte de londres, una escuela muy buena, cuyo nombre todos conocemos. es una escuela para varones. buenos edificios y jardines.
estos alumnos reciben la visita de alguna persona famosa todas las semanas y resulta natural que muchos de los visitantes sean padres, familiares e incluso madres de los alumnos. la visita de una celebridad no es ningún acontecimiento para ellos.
la escuela rodeada por nubes de polvo al noroeste de zimbabwe ocupa mi mente y contemplo estas caras ligeramente expectantes e intento contarles acerca de aquello que he visto durante la última semana. aulas sin libros, sin manuales, ni un atlas, ni siquiera un mapa colgado en la pared. una escuela donde los maestros suplican que les envíen libros para aprender a enseñar, ellos, que sólo tienen dieciocho o diecinueve años, piden libros. les cuento a estos niños que todas y cada una de las personas piden libros: "por favor, mándennos libros". estoy segura de que quien pronuncie un discurso aquí advertirá el momento en que las caras que tiene frente a sí se tornan inexpresivas. tu público no escucha lo que dices: no hay imágenes en sus mentes para asociar con aquello que les cuentas. en este caso, una escuela situada entre nubes de polvo, donde el agua es escasa y donde, al finalizar el ciclo lectivo, una cabra recién faenada y cocida en una olla grande constituye el banquete de fin de año.
¿acaso les resulta imposible imaginar una pobreza tan abyecta?
me esfuerzo al máximo. son individuos bien educados.
estoy convencida de que en este grupo habrá unos cuantos que recibirán premios.
al finalizar el encuentro, converso con los docentes y como siempre pregunto cómo es la biblioteca y si los alumnos leen. y aquí, en esta escuela privilegiada, oigo aquello que siempre oigo cuando voy de visita a las escuelas e incluso a las universidades.
-ya sabes cómo es. muchos niños jamás han leído nada y sólo se usa la mitad de la biblioteca.
"ya sabes como es". sí, efectivamente sabemos cómo es. todos nosotros.
somos parte de una cultura fragmentadora, donde se cuestionan nuestras certezas de apenas pocas décadas atrás y donde es común que hombres y mujeres jóvenes con años de educación no sepan nada acerca del mundo, no hayan leído nada, sólo conozcan alguna especialidad y ninguna otra, por ejemplo, las computadoras.
somos parte de una época que se distingue por una sorprendente inventiva, las computadoras y la internet y la televisión, una revolución. no es la primera revolución que nosotros, los humanos, hemos abordado. la revolución de la imprenta, que no se produjo en cuestión de décadas sino durante un lapso más prolongado, modificó nuestras mentes y nuestra manera de pensar. con la temeridad que nos caracteriza, aceptamos todo, como siempre, sin preguntar jamás "¿qué nos va a pasar ahora con este invento de la imprenta?". y así, tampoco nos detuvimos ni un momento para averiguar de qué manera nos modificaremos, nosotros y nuestras ideas, con la nueva internet, que ha seducido a toda una generación con sus necedades en tal medida que incluso personas bastante razonables confesarán que una vez que se han conectado es difícil despegarse y podrían descubrir que han dedicado un día entero a navegar por blogs y a publicar textos carentes de todo sentido, etc.
hace poco tiempo, incluso las personas menos instruidas respetaban el aprendizaje, la educación y otorgaban reconocimiento a nuestras grandes obras literarias. por supuesto, todos sabemos que durante el transcurso de esa feliz etapa, muchas personas simulaban leer, simulaban respeto por el aprendizaje, pero existen pruebas de que los trabajadores y las trabajadoras anhelaban tener libros y ello se evidencia en la creación de bibliotecas, institutos y universidades obreras durante los siglos XVIII y XIX.
la lectura, los libros solían formar parte de la educación general.
las personas mayores, cuando hablan con los jóvenes, deben tener en cuenta el papel fundamental que desempeñaba la lectura para la educación porque los jóvenes saben mucho menos. y si los niños no saben leer, es porque nunca han leído.
todos conocemos esta triste historia.
pero no conocemos su final.
recordemos el antiguo proverbio: "la lectura es el alimento del alma" —y dejemos de lado los chistes relacionados con los excesos en la comida—, la lectura alimenta el alma de mujeres y hombres con información, con historia, con toda clase de conocimientos.
pero nosotros no somos los únicos habitantes del mundo. no hace demasiado tiempo me telefoneó una amiga para contarme que había estado en zimbabwe, en una aldea donde sus habitantes habían pasado tres días sin comer, pero seguían hablando sobre libros y cómo conseguirlos, sobre educación.
pertenezco a una pequeña organización que se fundó con el propósito de abastecer de libros a las aldeas. había un grupo de personas que por motivos diferentes había recorrido todas las zonas rurales del territorio de zimbabwe. nos informaron que en las aldeas, a diferencia de la opinión generalizada, viven muchísimas personas inteligentes, maestros jubilados, maestros con licencia, niños de vacaciones, ancianos. yo misma solventé una pequeña encuesta para averiguar las preferencias de los lectores y descubrí que los resultados eran similares a los que arrojaba una encuesta sueca, cuya existencia desconocía hasta ese momento. esas personas querían leer aquello que quieren leer los europeos, al menos quienes leen: novelas de todas clases, ciencia ficción, poesía, historias de detectives, obras dramáticas, shakespeare y los libros de autoenseñanza —cómo abrir una cuenta bancaria, por ejemplo—, aparecían al final de la lista. mencionaban las obras completas de shakespeare: conocían el nombre. un problema para encontrar libros destinados a los aldeanos consiste en que ellos desconocen la oferta, de modo que un libro de lectura obligatoria en la escuela como el alcalde de casterbridge [de thomas hardy] se vuelve popular porque todos saben que es posible conseguirlo. rebelión en la granja, por razones obvias, es la más popular de las novelas.
nuestra pequeña organización conseguía libros de toda fuente posible, pero recordemos que un buen libro de bolsillo editado en inglaterra costaba un salario mensual: así ocurría antes de que se impusiera el reinado del terror de mugabe. ahora, debido a la inflación, equivaldría al salario de varios años. pero cada vez que llegue una caja de libros a una aldea —y recordemos que hay una terrible escasez de gasolina— se la recibirá con lágrimas de alegría. la biblioteca podrá ser una plancha de madera apoyada sobre ladrillos bajo un árbol. y en el transcurso de una semana comenzarán a dictarse clases de alfabetización: las personas que saben leer enseñan a quienes no saben, una verdadera práctica cívica, y en una aldea remota, como no había novelas en lengua tonga, un par de muchachos se dedicó a escribirlas. existen unos seis idiomas principales en zimbabwe y en todos ellos hay novelas, violentas, incestuosas, plagadas de delitos y asesinatos.
nuestra pequeña organización contó desde sus inicios con el apoyo de noruega y luego de suecia. porque sin esta clase de apoyo nuestros suministros de libros se hubieran agotado muy pronto. se envían novelas publicadas en zimbabwe y, también, libros de bricolaje a personas ávidas de ellos.
suele decirse que cada pueblo tiene el gobierno que se merece, pero no creo que sea verdad en zimbabwe. y debemos recordar que tal respeto y avidez por los libros surge, no del régimen de mugabe sino del anterior, de la época de los blancos. semejante hambre de libros es un fenómeno sorprendente y puede observarse en todo el territorio comprendido entre kenya y el cabo de buena esperanza.
existe un vínculo improbable entre tal fenómeno y un hecho: crecí en una vivienda que era virtualmente una choza de barro con techo de paja. es la clase de construcción típica en todas las zonas donde hay juncos o pastizales, suficiente barro, soportes para las paredes. en inglaterra durante la época de predominio sajón, por ejemplo. la casa donde viví tenía cuatro habitaciones, una junto a otra, no sólo una, y de hecho estaba llena de libros. mis padres no se limitaron a llevar libros desde inglaterra a áfrica sino que mi madre compraba libros para sus hijos que llegaban desde inglaterra en grandes paquetes envueltos con papel madera y que fueron la alegría de mis primeros años. una choza de barro, pero llena de libros.
y suelo recibir cartas de personas que viven en una aldea donde no hay suministro de electricidad ni agua corriente (tal como nuestra familia en nuestra elongada choza de barro): "yo también seré escritor, porque tengo la misma clase de casa en que vivía usted".
pero aquí está la dificultad. no.
la escritura, los escritores, no provienen de casas sin libros.
allí está la brecha. allí está la dificultad.
estuve leyendo los discursos de algunos de los recientes ganadores del premio [nobel]. Pensemos en el extraordinario pamuk. contaba él que su padre tenía mil quinientos libros. su talento no surgió del vacío, estaba en contacto con las mejores tradiciones.
pensemos en v.s. naipaul. según señala, los vedas hindúes formaban parte de sus recuerdos familiares. su padre lo estimuló para escribir. y cuando llegó a inglaterra por sus propios méritos utilizó la biblioteca británica. estaba en contacto con las mejores tradiciones.
pensemos en john coetzee. no se limitaba a mantenerse en contacto con las mejores tradiciones, él mismo era la tradición: daba clases de literatura en ciudad del cabo. y cuánto lamento no haber asistido a alguna de ellas, dictadas por esa mente maravillosa por su audacia y valentía.
para escribir, para crear literatura, debe existir una estrecha relación con las bibliotecas, con los libros, con la tradición.
tengo un amigo en zimbabwe. un escritor. es negro y este aspecto es pertinente. aprendió a leer solo por medio de las etiquetas que aparecían en los frascos de mermelada y en las latas de fruta en conserva. creció en una zona que he recorrido, una zona rural para población negra. el suelo está formado por arena y grava, hay escasos arbustos achaparrados. las chozas son pobres, en nada parecidas a las bien mantenidas construcciones de quienes disponen de mayores recursos. hay una escuela... semejante a aquella que ya he descripto. mi amigo encontró una enciclopedia para niños que alguien había arrojado a la basura y la utilizó para aprender.
para la época de la independencia, en 1980, había un grupo de buenos escritores en zimbabwe, un verdadero nido de pájaros cantores. habían crecido al sur de la antigua rhodesia, bajo el dominio blanco: las escuelas de los misioneros eran las mejores escuelas. en zimbabwe no se forman escritores. no es fácil, mucho menos bajo el dominio de mugabe.
todos ellos recorrieron un arduo camino hacia la alfabetización, sin mencionar sus esfuerzos para convertirse en escritores. me refiero a que las situaciones relacionadas con textos impresos en latas de mermelada y enciclopedias desechadas no eran infrecuentes. y estamos hablando de personas que aspiraban a una educación cuyos estándares estaban muy lejos de su alcance. una choza o varias con muchos niños, una madre agobiada por el trabajo, una lucha permanente por la comida y la ropa.
sin embargo, a pesar de las dificultades, surgieron los escritores y hay algo más que debemos recordar. estábamos en zimbabwe, territorio conquistado físicamente menos de cien años antes. los abuelos y las abuelas de estas personas podrían haber sido los narradores de su clan. la tradición oral. en el transcurso de una generación, o dos, se produjo la transición desde las historias recordadas y transmitidas oralmente a la impresión, a los libros. un logro formidable.
libros, literalmente rescatados de montones de desechos y escoria del mundo del hombre blanco. pero aunque tengas una pila de papel (no impreso, que ya es un libro), es necesario encontrar un editor, que te pague, que se mantenga solvente, que distribuya los libros. recibí numerosos informes sobre el panorama editorial para áfrica. incluso en las zonas más privilegiadas como áfrica del norte, con su diferente tradición, hablar de un panorama editorial es un sueño de posibilidades.
aquí estoy, hablando de libros nunca escritos, de escritores que no trascienden porque no encuentran editores. voces desoídas. no es posible estimar semejante desperdicio de talento, de potencial. pero incluso antes de esa etapa en la creación de un libro que exige un editor, un anticipo, estímulo, hace falta algo más.
a los escritores se les suele preguntar: ¿cómo escribes? ¿con un procesador de texto? ¿con máquina de escribir eléctrica? ¿con pluma de ganso? ¿con caracteres caligráficos? sin embargo, la pregunta fundamental es: "¿has encontrado un espacio, ese espacio vacío, que debe rodearte cuando escribes?". a ese espacio, que es una forma de escuchar, de prestar atención, llegarán las palabras, las palabras que pronunciarán tus personajes, las ideas: la inspiración.
si un determinado escritor no logra encontrar este espacio, entonces los poemas y los cuentos podrían nacer muertos.
cuando los escritores conversan entre sí, sus preguntas se relacionan siempre con este espacio, este otro tiempo. "¿lo has encontrado? ¿lo conservas?"
pasemos a un panorama en apariencia muy diferente. estamos en londres, una de las grandes ciudades. ha surgido una nueva escritora o un nuevo escritor. con cinismo, preguntamos: ¿tiene buenos pechos? ¿es elegante? si se trata de un hombre: ¿es carismático? ¿es atractivo? hacemos chistes, pero no es ningún chiste.
a este nuevo hallazgo se lo aclama, con seguridad recibe mucho dinero. los paparazzi comienzan a zumbar en sus pobres oídos. se los agasaja, alaba, transporta por el mundo entero. nosotros, los mayores, que ya conocemos todo eso, sentimos pena por los neófitos, que no tienen idea de qué ocurre en realidad.
ella, él disfruta de los halagos, del reconocimiento.
pero preguntémosle qué piensa un año después. me parece escucharlos: "es lo peor que me pudo haber pasado".
algunos de los tan publicitados nuevos escritores no han vuelto a escribir o no han escrito aquello que querían, que se proponían escribir.
y nosotros, los mayores, quisiéramos susurrar a esos oídos inocentes. "¿aún conservas tu espacio? tu espacio único, propio y necesario donde puedan hablarte tus propias voces, sólo para ti, donde puedas soñar. entonces, sujétate fuerte, no te sueltes."
es imprescindible alguna clase de educación.
en mi mente habitan magníficos recuerdos de áfrica que puedo revivir y contemplar cuantas veces quiera. por ejemplo, esas puestas de sol, doradas, púrpuras y anaranjadas, que se despliegan en el cielo al atardecer. ¿y las mariposas diurnas y nocturnas y las abejas sobre los aromáticos arbustos del kalahari? o, cuando me sentaba a la orilla del zambezi, allí donde corre bordeado por pastos claros, durante la estación seca, con su satinado y profundo tono de verde, con todas las aves de áfrica cerca de sus márgenes. sí, elefantes, jirafas, leones y otros animales, había muchísimos, pero cómo olvidar el cielo nocturno, aún incontaminado, negro y maravilloso, cubierto de inquietas estrellas.
pero hay otra clase de recuerdos. un joven, de unos dieciocho años, llora frente a su "biblioteca". un visitante estadounidense, al ver una biblioteca sin libros, envió un cajón, pero el joven los tomó uno por uno, con sumo respeto, y los envolvió en material plástico. "pero", le dijimos, "¿acaso esos libros no son para leer?" y nos respondió: "no, se van a ensuciar y entonces ¿dónde consigo otros?".
su deseo es que le mandemos libros desde Inglaterra para aprender a enseñar. "sólo cursé cuatro años de escuela secundaria", suplica, "pero nunca me enseñaron a enseñar."
he visto un maestro en una escuela donde no había libros de texto, ni siquiera un trozo de tiza para el pizarrón —la habían robado— enseñar a su clase formada por alumnos entre seis y dieciocho años con piedritas que movía sobre la tierra mientras recitaba "dos por dos son…", etc. he visto una muchacha, de escasos veinte años, con similar escasez de libros de texto, carpetas de ejercicios, biromes, de todo, que dibujaba las letras del abecedario con un palito en el suelo, bajo el sol calcinante y en medio de una nube de polvo.
somos testigos de esa inagotable hambre de educación que impera en áfrica, en cualquier lugar del tercer mundo o como sea que llamemos a esas partes del mundo donde los padres aspiran a que sus hijos tengan acceso a una educación que los saque de la pobreza, a los beneficios de la educación.
nuestra educación que tan amenazada se encuentra en esta época.
quisiera que se imaginasen a sí mismos en algún lugar del sur de áfrica, en un comercio de ramos generales propiedad de un hindú, en una zona pobre, durante una época de sequía prolongada. hay una hilera de personas, en su mayoría mujeres, con toda clase de recipientes para agua. este negocio recibe una provisión de agua cada tarde desde la ciudad y esas personas están esperando su ración de esa preciada agua.
el hindú presiona las muñecas contra la superficie del mostrador y observa a una mujer negra, que se inclina sobre un cuadernillo de papel que parece arrancado de un libro. está leyendo anna karenina.
ella lee con lentitud, palabra por palabra. parece un libro difícil. es una joven con dos niños pequeños que se aferran a sus piernas. está embarazada. el hindú se angustia al ver la pañoleta que cubre la cabeza de la joven, que debería ser blanca, pero a causa del polvo tiene un tono amarillento. el polvo se deposita entre sus pechos y sobre sus brazos. al hombre lo angustian las hileras de personas, todas sedientas, porque no tiene suficiente agua para darles. se indigna porque sabe que las personas se están muriendo allí afuera, más allá de las nubes de polvo. su hermano, mayor, le ayudaba con el negocio, pero dijo que necesitaba un descanso, se había ido a la ciudad, bastante enfermo en realidad, a causa de la sequía.
el hombre siente curiosidad. y pregunta a la joven: —¿qué estás leyendo?
—es sobre rusia —responde la chica.
—¿sabes dónde queda rusia? —tampoco él está muy seguro.
la joven lo mira fijamente con gran dignidad, aunque tenga los ojos enrojecidos por el polvo. —yo era la mejor de la clase. mi maestra me dijo que era la mejor.
la joven retoma la lectura: quiere llegar al final del párrafo.
el hindú mira los dos niñitos y toma una botella de fanta, pero la madre dice: —la fanta les da más sed.
el hindú sabe que no debería hacer algo semejante, pero se inclina hacia un enorme recipiente plástico que se encuentra a su lado detrás del mostrador y sirve agua en dos jarros plásticos que entrega a los niños. observa mientras la joven mira beber a sus hijos con los labios temblorosos. el hombre le sirve un jarro de agua. le hace daño verla beber con esa sed tan dolorosa.
luego ella le entrega un recipiente plástico para agua, que el hombre llena. la joven y los niños lo observan atentamente para que no derrame ni una gota.
ella vuelve a inclinarse sobre el libro. lee con lentitud, pero el párrafo la fascina y vuelve a leerlo.
"varenka lucía muy atractiva con la pañoleta blanca sobre su negra cabellera, rodeada por los niños a quienes atendía con alegría y buen humor y al mismo tiempo visiblemente entusiasmada por la posibilidad de una propuesta de matrimonio que le formularía un hombre a quien apreciaba. koznyshev caminaba a su lado y le dirigía constantes miradas de admiración. al contemplarla, recordaba todas las cosas encantadoras que había escuchado de sus labios, todas las virtudes que le conocía y se tornaba más y más consciente de que sus sentimientos por ella eran algo singular, algo que sólo había sentido una vez, mucho, mucho tiempo atrás, en su primera juventud. la dicha de estar junto a ella aumentaba a cada paso y por fin llegó a un punto tal que, mientras colocaba en su cesta un enorme hongo comestible con tallo delgado y bordes curvilíneos en el extremo superior, la miró a los ojos y, al advertir el rubor de alegre inquietud temerosa que inundaba su cara, se sintió confundido y, en silencio, le dirigió una sonrisa por demás reveladora."
este fragmento de material impreso se encuentra sobre el mostrador, junto a varios ejemplares viejos de revistas, unas cuantas hojas de periódicos con muchachas en bikini.
ha llegado el momento de abandonar el refugio del negocio y desandar los seis kilómetros para llegar a su aldea. ya es hora... afuera las hileras de mujeres que esperan se quejan a gritos. sin embargo, el hindú deja correr el tiempo. sabe cuánto esfuerzo le demandará a esta joven volver a su casa arrastrando a dos niños. quisiera regalarle ese trozo de prosa que tanto la fascina, pero le resulta increíble que ese retoño de mujer con su enorme barriga sea capaz de comprenderlo.
¿cómo ha ido a parar un tercio de anna karenina a este mostrador de un remoto comercio de ramos generales? así.
sucedió que un funcionario jerárquico de las naciones unidas compró un ejemplar de esta novela en la librería cuando inició sus viajes a través de varios océanos y mares. en el avión, se acomodó en su asiento de clase ejecutiva y de un tirón dividió el libro en tres partes. mientras tanto, miraba a los otros pasajeros con la seguridad de encontrar expresiones de estupor, de curiosidad y también de hilaridad. luego, ya con el cinturón de seguridad bien sujeto, dijo en voz alta a quien quisiera escucharlo: "es mi costumbre para los viajes largos. a nadie le gusta sostener un libro muy pesado. la novela era una edición de bolsillo, pero no deja de ser un libro extenso. el hombre estaba acostumbrado a que lo escuchasen cuando hablaba. "viajo todo el tiempo", confesó. "viajar en esta época ya es bastante esfuerzo." tan pronto como los pasajeros se acomodaron, abrió su parte de anna karenina y se puso a leer. cuando alguien lo miraba, por curiosidad o no, se desahogaba. "no, en realidad es la única manera de viajar." conocía la novela, le gustaba y este original modo de leer verdaderamente agregaba sabor a aquello que al fin de cuentas era un libro famoso.
cuando llegaba al final de una sección del libro, llamaba a la azafata y se la enviaba a su secretaria, quien viajaba en clase económica. esta situación atraía gran interés, reprobación, justificada curiosidad cada vez que una sección de la gran novela rusa llegaba, mutilada aunque legible, a la parte posterior del avión. en general, esta ingeniosa forma de leer anna karenina produjo una impresión y es probable que ninguno de los testigos la haya olvidado.
mientras tanto, en el negocio del hindú, la joven permanece apoyada contra el mostrador con sus hijitos prendidos de su falda. usa jeans, porque es una mujer moderna, pero sobre ellos se ha puesto la gruesa falda de lana, parte del atuendo tradicional de su pueblo: sus hijos pueden aferrarse a ella, a sus amplios pliegues.
la joven dirigió una mirada agradecida al hindú, sabía que el hombre la apreciaba y se compadecía de ella, y salió en dirección a la polvareda.
los niños ya no tenían fuerzas ni para llorar y las gargantas se les habían llenado de polvo.
era penosa, claro que sí, era penosa esa caminata, un pie tras otro, a través del polvo que se depositaba en blandos montículos traicioneros bajo sus plantas. es penoso, muy penoso, pero ella estaba acostumbrada a las penurias ¿o no? sus pensamientos estaban ocupados por la historia que acababa de leer. iba pensando: "se parece a mí, con su pañoleta blanca y también porque cuida niños. yo podría ser ella, esa chica rusa. y ese hombre, que la ama y le propondrá matrimonio. (no había pasado de aquel párrafo.) sí, también encontraré a un hombre y me llevará lejos de todo esto, a mí y a los niños, sí, me amará y me cuidará".
la joven sigue avanzando. el recipiente de agua le pesa en los hombros. sigue adelante. los niños oyen el sonido del agua que se agita dentro del recipiente. a medio camino ella se detiene para acomodar el recipiente. sus hijos gimotean y lo tocan. ella piensa que no lo puede abrir, porque se llenaría de polvo. de ninguna manera puede abrir el recipiente antes de llegar a casa.
—esperen —dice a sus hijos—. esperen.
debe darse ánimo y continuar.
y piensa. mi maestra dijo que allí había una biblioteca, más grande que el supermercado, un edificio grande lleno de libros. la joven sonríe mientras avanza y el polvo le azota la cara. soy inteligente, piensa. la maestra dijo que soy inteligente. la más inteligente de la escuela, así dijo ella. mis hijos serán inteligentes, igual que yo. los llevaré a la biblioteca, ese lugar lleno de libros, e irán a la escuela y serán maestros. mi maestra me dijo que yo también podría ser maestra. Mis hijos estarán lejos de aquí, ganarán dinero. vivirán cerca de la gran biblioteca y llevarán una buena vida.
supongo que se preguntarán cómo terminó aquel trozo de la novela rusa que estaba sobre el mostrador del negocio de ramos generales.
sería un buen argumento para un cuento. tal vez alguien quiera contarlo.
y allí va esa pobre chica, sostenida por la expectativa del agua que dará a sus hijos cuando llegue a casa y que ella misma beberá también. y allí va... a través de las pavorosas polvaredas que provoca una sequía africana.
estamos hastiados en nuestro mundo, en nuestro mundo amenazado. tenemos talento para la ironía e incluso para el cinismo. apenas si utilizamos ciertas palabras e ideas, debido al desgaste que experimentan. pero tal vez queramos recuperar algunas palabras que han perdido su potencialidad.
tenemos un yacimiento —un tesoro— de literatura que se remonta a los egipcios, a los griegos, a los romanos. todo está allí, esta abundancia de literatura por descubrir una y otra vez para quien tenga la suerte de encontrarla. un tesoro. supongamos que no existiera. qué empobrecidos, qué vacíos estaríamos.
poseemos una herencia de idiomas, poemas, cuentos, relatos que jamás se agotará. podemos disponer de ella, siempre.
tenemos un legado de cuentos, relatos de los antiguos narradores, algunos cuyos nombres conocemos y otros no. los narradores retroceden más y más en el tiempo hasta un claro del bosque donde arde una enorme hoguera y los antiguos chamanes bailan y cantan, porque nuestro patrimonio de cuentos se originó en el fuego, la magia, el mundo de los espíritus. y es allí donde permanece, hasta el presente.
si consultamos a algún narrador moderno, nos dirá que siempre existe un momento de contacto con el fuego, con aquello que nos gusta llamar inspiración y que se remonta al pasado remoto hasta el origen de nuestra raza, al fuego, al hielo y a los fuertes vientos que nos dieron forma y que conformaron nuestro mundo.
el narrador vive dentro de todos nosotros. el creador de historias siempre va con nosotros. supongamos que nuestro mundo padeciera una guerra, los horrores que todos podemos imaginar con facilidad. supongamos que las inundaciones anegaran nuestras ciudades, que el nivel de los mares se elevara…, el narrador sobrevivirá, porque nuestra imaginación nos determina, nos sustenta, nos crea: para bien o para mal y para siempre. nuestros cuentos, el narrador, nos recrearán cuando estemos desgarrados, heridos, e incluso destruidos. el narrador, el creador de sueños, el inventor de mitos es nuestro fénix, nuestra mejor expresión, cuando nuestra creatividad alcanza su punto máximo.
esa pobre chica que atraviesa trabajosamente la polvareda y sueña con educación para sus hijos, ¿acaso somos mejores que ella, nosotros, atiborrados de comida, con nuestros armarios repletos de ropa, sofocados por nuestras superabundancias?
creo que esa chica y las mujeres que seguían hablando sobre libros y educación aunque llevaran tres días sin comer son quienes nos podrían definir.

george bataille (francia, 1897 - 1962) // metamorfosis

metamorfosis

animales salvajes. los sentimientos equívocos de los seres humanos alcanzan su máximo de derisión frente a los animales salvajes. si existe la dignidad humana (por encima de toda sospecha, aparentemente), no hay que ir al zoológico: cuando los animales ven aparecer la muchedumbre de niños seguidos por sus papá
hombres y sus mamá-mujeres. en contra de lo que se supone, ni la costumbre puede impedirle a un hombre sabio que mienta como un perro cuando habla de la dignidad humana entre los animales. pues en presencia de seres ilegales e intrínsecamente libres, los únicos seres verdaderamente outlaws (sic.), el deseo más turbio vence hasta el sentimiento estúpido de superioridad práctica deseo que se confiesa entre los salvajes
mediante el tótem y se disimula cómicamente bajo los sombreros de plumas de nuestras abuelas de familia). tantos animales en el mundo y todo lo que hemos perdido: la inocente crueldad, la monstruo-intensidad opaca de los ojos —apenas diferentes de las pequeñas burbujas que se forman en la superficie del lodo—, el horror ligado a la vida como un árbol a la luz. quedan todavía las oficinas, los documentos de identidad, una existencia de criados biliosos y, a pesar de todo, una locura estridente que, en el curso de ciertos
descarríos, alcanza la metamorfosis. se puede definir la obsesión de la metamorfosis como una necesidad
violenta que se confunde con cada una de nuestras necesidades animales, excitando al hombre a abandonar de repente gestos y actitudes exigidos por la naturaleza humana: por ejemplo, un hombre en medio de los demás, en un departamento, tirándose por el suelo para devorar la papilla del perro. hay en cada hombre un animal encerrado en una prisión, como un forzado, y hay una puerta: si la entreabrimos, el animal se precipita fuera, como el forzado, encontrando su camino; entonces, y, provisionalmente, muere el hombre; la bestia se conduce como bestia, sin ningún cuidado de provocar la admiración poética del muerto (1). es en este sentido que puede verse al hombre como una prisión de apariencia burocrática.

(1) un relato que organiza estas palabras de bataille sería las ratas de lovecraft

roland barthes (francia, 1915 - 1980)

cuando imagino suicidarme por una llamada telefónica que no llega, se produce una obscenidad tan grande como cuando, en sade, el papa sodomiza a un pavo. pero la obscenidad sentimental es menos extraña, y eso es lo que la hace más abyecta; nada puede superar el inconveniente de un sujeto que se hunde porque su otro adopta un aire ausente, mientras existen todavía tantos hombres en el mundo que mueren de hambre, mientras tantos pueblos luchan duramente por su liberación...

edward franklin albee (estados unidos, 1928 - ) // quién teme a virginia woolf (frag.)

quién teme a virginia woolf (frag.)
-martha: el gran problema de george con respecto al pequeño... ¡ja, ja, ja, ja!... con respecto a nuestro hijo, nuestro magnífico hijo, es que en lo más profundo de su naturaleza más íntima no está del todo seguro de que sea su hijo.
-george (profundamente serio): ¡dios mío, qué perversa eres!
-martha: y eso que te dije muchas veces que sólo quería concebir contigo... lo sabes muy bien, mi amor.
-george: estás llena de perversidad.
-honey ( en plena borrachera, pero triste ): ¡ dios mío, dios mío!
-nick: no me parece un tema para...
-george: martha miente. quiero que lo sepan: martha miente. ( martha se ríe). son muy pocas cosas en este mundo de las cuales estoy seguro...los limites del país, el nivel del océano, las alianzas políticas, los principios morales... no pondría mi mano en el fuego por nada de eso... pero de la única cosa de la que estoy realmente seguro es de mi participación en la creaci6n de nuestro... hijo), de ojos rubios y pelo azul
(...)
-george: no has sabido respetar las reglas, querida. hablaste de él hablaste de él con otra persona.
-martha (con lágrimas): no hablé. nunca hablé.
-george: si, hablaste.
-martha: ¿con quién? ¿con quién?
-honey (llorando): conmigo. usted me habló de él.
-martha (llorando) ¡me olvidé! a veces me olvido, . .. cuando es de noche... cuando es muy tarde... y todo el mundo está... conversando, me olvido. . ., y necesito hablar de él, pero siempre me contengo... me contengo... aunque sólo yo sé cuántas voces he querido hacerlo...
(...)
-george: esa oportunidad se presenta una vez por mes, martha. estoy acostumbrado. una vez por mes aparece martha, la incomprendida, la niña dulce, la niña pequeña que vuelve a florecer bajo una caricia y yo lo he creído más veces de las que quiero acordarme, porque no; quiero pensar que soy un imbécil. pero ahora no te creo... simplemente no te creo. ahora ya no hay ninguna posibilidad de que podamos tener un minuto de felicidad... los dos juntos.
-martha (agresiva): quizá tengas razón, querido. entre tú y yo ya no hay posibilidad de nada... ¡porque tú no eres nada! ¡zas! ¡saltó el resorte esta noche en la fiesta de papá! (con intenso desprecio, pero también con amargura). yo estaba allí sentada... mirándote... luego miraba a los hombres que te rodeaban... más jóvenes... hombres que llegarán a ser algo. te miraba y de pronto descubrí que tú ya no existías. ¡en ese momento se rompió el resorte! (finalmente se rompió! y ahora lo voy a gritar a los cuatro vientos, lo voy a aullar, y no me importa lo que hagas. y voy a provocar un escándalo como jamás has visto.
-george (muy calmo): ese juego me apasiona. comienza y verás como te mato el punto.
-martha (esperanzada): ¿es un desafío, george?
-george: es un desafío, martha.
-martha: vas a perder, querido.
-george: ten cuidado, martha... te voy a hacer trizas.
-martha: no eres lo bastante hombre para eso...te faltan agallas.
-george: ¿guerra a muerte?
-martha: a muerte.
hay un silencio. los dos parecen aliviados y exaltados.

horacio quiroga (uruguay, 1878 - 1937) // decálogo del perfecto cuentista

decálogo del perfecto cuentista.

1.- cree en un maestro —poe, maupassant, kipling, chejov— como en dios mismo.

2.- cree que su arte es una cima inaccesible. no sueñes en domarla. cuando puedas hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tú mismo.

3.- resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. más que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia.

4.- ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón.

5.- no empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. en un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas.

6.- si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: “desde el río soplaba el viento frío”, no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla. una vez dueño de tus palabras, no te preocupes de observar si son entre sí consonantes o asonantes.

7.- no adjetives sin necesidad. inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil. si hallas el que es preciso, él solo tendrá un color incomparable. pero hay que hallarlo.

8.- toma a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. no te distraigas viendo tú lo que ellos pueden o no les importa ver. no abuses del lector. un cuento es una novela depurada de ripios. ten esto por una verdad absoluta, aunque no lo sea.

9.- no escribas bajo el imperio de la emoción. déjala morir, y evócala luego. si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino.

10.- no pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. cuenta como si tu relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. no de otro modo se obtiene la vida del cuento.

jueves, 28 de julio de 2011

hans (jean) arp (francia, 1887 - 1966) // poesías - la piedra del universo / violetas rojas

la piedra del universo
los cabellos blancos de las piedras. los cabellos negros de las aguas.
los cabellos verdes de los niños. los cabellos azules de los ojos.
las aguas cierran los ojos pues del cielo caen piedras y niños.
a las piedras a las aguas a los niños y a los ojos se les caen los cabellos.
las piedras tienen mantequilla en el bolsillo derecho y pan en el izquierdo
y todos las toman con gran seriedad por sandwiches.
los sandwiches de piedra llevan la raya a la derecha los sandwiches de agua
la raya a la izquierda y los sandwiches de niño llevan la raya al medio.
las piedras son mudas e ignorantes el agua no tiene carácter
y para qué sirve a los niños un clamor de pulga y a las miradas
un trueno de piojos
conscientes de su fuerza los cabellos se sientan a la mesa dispuestos a devorarlo todo.
blanco negro verde y azul son los colores del universo. hoy se usa llevar prados verdes
con calzado negro y cabellos azules

prados verdes. cielos azules. zapatos negros. cabellos blancos.
zapatos negros de labios azules y botones azules.
barbas de cuatro colores en una sola persona como los cabellos
vivos de nuestro tiempo.
espacios azules de picos verdes y calzado verde.
la fuerza del león es blanca.

la fuerza del fuego es blanca.
los ojos fieles de la fuerza son negros.
el negro es símbolo para el blanco.
el blanco es símbolo para el blanco. blanco significa lo mismo que hasta la vista
o cuándo me despertaré como flor con anteojeras
las campanas blancas responden con su carillón verde a las preguntas de los labios
o a las preguntas de los picos
la cobardía de la fuerza es negra como los ojos fieles de la fuerza.
los cuatro colores de las barbas son blanco negro verde y azul.
la velocidad de las piedras es azul.
la falta de carácter del agua es verde.
la carne de los niños es negra.

el agua cierra los ojos pues del cielo caen piedras. las piedras caen sobre la cabeza
de los niños. los ojos caen del rostro de los niños. ahora los niños ya no
encuentran el camino del techo a la boca y de la boca al estómago
y del estómago a la bacinilla.
los cabellos blancos de las piedras están peinados. los cabellos negros del agua
caen en la sopa.
las piedras se dedicaron en seguida al trabajo negro. el sudor verde chorreaba
en cascada desde sus relojes azules y como daban las doce se hizo la limpieza
de los prados verdes y los cielos azules.
los zapatos negros están lustrados.
los cabellos blancos están peinados.
las piedras lavaron las salpicaduras de sangre con el agua sin carácter y así todo se olvidó
muy pronto y todo pudo recomenzar.
los cabellos blancos de las piedras. los cabellos negros de las aguas. los cabellos verdes
de los niños. los cabellos azules de los ojos.

los cabellos blancos de las piedras. los cabellos negros de las aguas. los cabellos verdes
de los niños. los cabellos azules de los ojos.
los cabellos blancos. los cabellos negros. los cabellos verdes. los cabellos azules.
las piedras. las aguas. los niños. los ojos.
cabellos de piedra. cabellos de agua. cabellos de niño. cabellos de ojos.
los prados verdes. los cielos azules. los zapatos negros. los cabellos blancos.
azul. verde. negro. cobarde y fiel.


violetas rojas

las flechas se mustian en su vuelo
las alas se pierden hacia el mundo de las hojas
alas y hojas se confunden
las estrellas sirven de lunares
al cielo profundo como tus ojos
el patio de las flores grajea y ríe
en una luz arrodillada
la cadena de los espejismos se rompe
en la nube incrustada de besos
una jornada embalsamada
cae de una joroba de frutas
las garras sueltan un pequeño hurto
una nube verde danza con dos piernas de relámpagos
luego las violetas crecen más deprisa
niños hermosos como violetas
danzan como nubes
pequeños más pequeños que de costumbre
charlan con un pequeño invisible
yo olvido mi cuerpo
lo vivo se junta con lo muerto
los juegos se desunen
niños hermosos como violetas
danzan como olas
aceleran sus saltos
danzan con fuerza y vigor exasperado
vuelcan lo hendido y lo virgen
todo gira rueda se precipita
las violetas se vuelven rojas
el día se acuna en sus fluideces
sus coronas de luz
sus follajes imperecederos
la noche me tiende una estrella
y sophie agita la flor del sueño
en la campana del cielo.

thomas stearns eliot (estados unidos, 1888 - 1965) poesías - el entierro de los muertos / una partida de ajedrez

1. el entierro de los muertos

abril es el mes más cruel, hace brotar
lilas del interior de la tierra muerta, mezcla
la memoria y el deseo, estremece
las raíces marchitas con lluvia de primavera.
el invierno nos mantuvo calientes, cubriendo
la tierra con nieve de olvido, alimentando
un poco de vida con tubérculos secos.
el verano nos sorprendió, pasando sobre el starnbergersee
con una cortina de lluvia; hicimos un alto bajo la galería de columnas,
y continuamos a la luz del sol, adentrándonos en el hofgarten,
y bebimos café, y hablamos durante una hora.
 
bin gar keine russin, stamm' aus litauen,
echt deutsch (1).

y cuando éramos niños, pasando una temporada donde el archiduque,
donde mi primo, él me sacó en un trineo,
y yo estaba asustado. él dijo, marie,
marie, agárrate fuerte. y para abajo fuimos.
en las montañas, allí uno se siente libre.
leo, gran parte de la noche, y voy al sur en invierno.

¿qué son las raíces que se prenden, qué ramas brotan
de estos escombros minerales? hijo de hombre,
nada puedes decir, o adivinar, ya que sólo conoces
un montón de imágenes rotas, donde el sol golpea,
y el árbol muerto no ofrece refugio, ni el grillo consuelo,
ni la piedra seca rumor de agua. solamente
hay sombra bajo esta roca roja,
(ven bajo la sombra de esta roca roja),
y yo te enseñaré algo diferente, tanto de
tu sombra en la mañana avanzando a tus espaldas
como de tu sombra a la tarde creciendo para encontrarte;
yo te enseñaré el miedo en un puñado de polvo.
 
frisch weht der wind
de heimat zu
mein irisch kind,
wo weilest du? (2)

"tú me trajiste jacintos por primera vez hace un año;
ellos me llamaban la chica de los jacintos."
- sin embargo cuando regresamos, tarde, del jardín de jacintos,
tus brazos llenos, y tu pelo húmedo, yo no podía
hablar, y los ojos me fallaban, no estaba
ni vivo ni muerto, y no sabía nada,
mirando en el corazón de la luz, el silencio.
 
oed' und leer dar meer (3).

madame sosostris, famosa clarividente,
tenía un terrible resfriado, pero de todos modos
es conocida como la mujer más sabia de europa,
con un mazo de cartas muy mordaz. aquí, dijo ella,
está tu carta, el marinero fenicio ahogado,
(perlas son estos que fueron sus ojos. ¡mira!)
aquí está belladonna, la señora de las rocas,
la señora de las situaciones.
aquí está el hombre de los tres bastos, y aquí la rueda,
y aquí está el mercader con un sólo ojo, y esta carta,
que está en blanco, es algo que carga a la espalda,
que me está prohibido ver. no encuentro
al colgado. teme la muerte por el agua.
veo multitudes de gente, dando vueltas en círculo.
gracias. si ves a la querida mrs. equitone,
dile que yo misma le llevo el horóscopo:
uno debe ser así de cuidadoso hoy en día.

ciudad irreal,
bajo la niebla ocre de un amanecer de invierno,
una muchedumbre fluía sobre el puente de londres, tantos,
no tenía ni idea de que la muerte hubiera destruido tantos,
suspiros, cortos e infrecuentes, eran exhalados,
y cada hombre llevaba los ojos clavados un poco por delante de sus pies.
fluían colina arriba y bajaban king william street,
adonde saint mary woolnoth daba las horas
con un sonido muerto en la última campanada de las nueve.
allí vi a alguien que conocía, y le paré, gritando: "¡stetson!
¡tú que estuviste embarcado conmigo en mylae!
aquel cadáver que plantaste en tu jardín el año pasado,
¿ha empezado a retoñar? ¿florecerá este año?
¿o ha perturbado su lecho la helada repentina?
¡manten al perro lejos de aquí, ya que es amigo de los hombres,
o con sus uñas volverá a desenterrarlo!
¡tú, hypocrite lecteur! - ¡mon semblabe, - mon frère!4"

(1). de ninguna manera soy ruso; yo vengo de lituania, yo soy un auténtico alemán.
(2). el viento sopla fresco
       hacia la patria.
       ¿mi muchacha irlandesa,
       dónde te estás demorando?
tristán e isolda, versos 5-8
(3). desolado y vacío el mar.
tristán e isolda, verso 24
(4). ¡hipócrita lector! - ¡mi igual, mi hermano!
baudelaire, prefacio a las flores del mal



2. una partida de ajedrez

la silla en que estaba sentada, como un bruñido trono,
se reflejaba en el mármol, donde el espejo
de soportes labrados con pámpanos y racimos
entre los cuales un cupido dorado se asomaba
(otro ocultaba sus ojos bajo el ala)
copiaba las llamas de los candelabros de siete brazos
que arrojaban su luz sobre la mesa mientras
el brillo de sus joyas, desbordando profusamente
de los estuches de raso, subió a su encuentro.
en redomas de marfil y cristal policromo,
destapadas, acechaban sus raros perfumes sintéticos,
ungüentos, en polvo o líquidos -turbando, confundiendo
y ahogando los sentidos en olor; agitados por el aire
fresco que soplaba de la ventana, ascendían,
alimentando las alargadas llamas de las velas,
proyectando sus humos sobre los laquearios,
animando los diseños del artesonado techo.
enormes leños arrojados por el mar, patinados de cobre,
ardían verdes y anaranjados, en su marco de piedra policroma,
y en su luz mortecina nadaba un delfín tallado.
sobre la repisa de la chimenea -ventana abierta
a una escena silvestre- estaba representada
la metamorfosis de filomela, tan rudamente forzada
por el bárbaro rey; pero aún allí el ruiseñor
llenaba todo el desierto con inviolable voz
y todavía ella lloraba, y aún el mundo persigue
"tiu tiu" a oídos sucios.
y otros tocones marchitos de tiempo
se alzaban en los muros, donde figuras de ojo abiertos
se inclinaban, imponiendo silencio a la estancia.
se oyeron pasos en a escalera.
al resplandor del fuego, bajo el cepillo, sus cabellos
se cruzaron en puntos ígneos,
brillaron en palabras y se aquietaron salvajemente.

"estoy nerviosa esta noche. muy nerviosa. quédate conmigo.
háblame. ¿por qué nunca hablas ? habla.
¿en qué piensas? ¿qué piensas? ¿qué?
nunca sé en qué piensas: piensas."

creo que nos hallamos en la calleja de las ratas
donde los muertos perdieron sus huesos.
"¿qué ruido es ese?"
el viento bajo la puerta.
"¿qué ruido es ese ahora? ¿qué hace el viento?"
nada, como siempre. nada.
"¿no
sabes nada? ¿no ves nada? ¿no
te acuerdas
de nada?"
recuerdo
que esas perlas fueron sus ojos.
¿estás viva o no ? ¿no hay nada en tu cabeza?
pero
o o o o ese aire shakespeareriano:
es tan elegante
tan inteligente.

¿qué haré ahora ? ¿qué haré?
¿salir tal como estoy y andar por la calle
así sin peinar? ¿qué haremos mañana?
¿qué haremos siempre?'
agua caliente a las diez.
y si llueve, un coche cerrado a las cuatro.
y jugaremos una partida de ajedrez,
apretando nuestros ojos sin párpados, esperando que
llamen a la puerta.

cuando licenciaron al marido de lil, yo dije
y no pesé mis palabras, lo dije sin ambages,
dense prisa por favor ya es hora
ahora albert va a regresar, procura lucir mejor.
él querrá saber qué hiciste con el dinero que te dio
para arreglarte los dientes. te lo dio, yo estaba allí:
que te los extraigan todos, lil, y que te pongan una buena dentadura,
dijo él , juro que no puedo soportar mirarte.
y yo tampoco, dije yo; piensa en el pobre albert,
que ha estado en el ejército durante cuatro años, quiere divertirse,
y si no lo hace contigo, ya encontrara otras, dije yo.
entonces ya sé a quién agradecérselo, dijo ella, mirándome fijamente.
dense prisa por favor ya es hora
si esto no te gusta, lo mismo da, dije yo.
otras se aprovecharán si tú no puedes.
pero si albert se marcha, no podrás decir que no te han avisado.
deberías avergonzarte, dije, de parecer tan vieja
(y no tiene más que treinta y un años)
no es culpa mía, dijo, poniendo cara triste.
son esas píldoras que tomé para abortar, dijo.
(ha tenido cinco ya, y casi se muere en el parto de george.)
el boticario me dijo que no sería nada, pero nunca he vuelto a ser la misma.
eres una tonta, dije yo.
bueno, si albert no te suelta, no puedes quejarte, dije.
por qué te casaste si no te gustan los niños?

dense prisa por favor ya es hora
bueno, aquel domingo albert estaba en casa, tenían jamón,
me invitaron a cenar para que saboreara el jamón caliente.
dense prisa por favor ya es hora
dense prisa por favor ya es hora
buenas noches, bill. buenas noches, lou. buenas noches,
may. buenas noches.
adiós, adiós. buenas noches. buenas noches.
buenas noches, señoras, buenas noches, adorables señoras,
buenas noches, buenas noches.


de la tierra baldía, 1922

henry david thoreau (estados unidos, 1817 - 1862) // desobediencia civil (frag.)

desobediencia civil (frag.)

" ...de todo corazón acepto el lema de que "el mejor gobierno es el que gobierna menos", y me gustaría que fuera honrado con más diligencia y sistema. en la práctica significa asimismo, lo cual también creo: "que el mejor gobierno es el que no gobierna en absoluto"; y cuando los hombres estén preparados para él, ese y no otro será el que tendrán. el gobierno es, a lo más, una conveniencia; aunque la mayoría de ellos suelen ser inútiles, y alguna vez, todos sin excepción, inconvenientes. las objeciones puestas al hecho de contar con un ejército regular, que son muchas y de peso, y merecen prevalecer, pueden ser referidas en última instancia a la presencia de un gobierno igual de establecido. el ejército regular no es sino el brazo armado del gobierno permanente. este, a su vez, aunque no representa sino el modo elegido por el pueblo de ejecutar su voluntad, es igualmente susceptible de abuso y perversión antes de que aquél pueda siquiera actuar por su mediación. reparad en la presente guerra mejicana, la obra de un número relativamente escaso de individuos que se valen del gobierno establecido como instrumento; pues, para empezar, el pueblo no habría consentido esta medida. este gobierno americano ¿qué es sino una tradición, aunque reciente, que trata de transmitirse inalterada a la posteridad, pese a ir perdiendo a cada instante retazos de su decencia? carece de la vitalidad y la fuerza de un solo hombre vivo, pues éste puede doblegarlo a voluntad. es como una especie de arma de madera para el pueblo mismo; y si alguna vez al usasen verdaderamente como real unos contra otros, de seguro que se les desharía en astillas. sin embargo, no por ello deja de serles necesario; pues los individuos han de tener alguna complicada maquinaria que otra y oír su estrépito para satisfacer su idea de gobernar.
(...)
la gran masa de los hombres sirve al estado, pues así; no sólo como hambres principalmente, sino como máquinas; con su cuerpo. son ejército permanente y milicia establecida, carceleros, guardias, posee comitatus etc. en la mayoría de casos no existe ejercicio alguno libre, sea del propio juicio o del sentido moral, sino relegamiento al nivel del leño, de la tierra o de las piedras; y quizás puedan construirse algún día hombres que cumplan con igual perfección este cometido. tales no merecen más respeto que un fantoche o que basura. su valor raya con el de los caballos y los perros. sin embargo, incluso se les reputa buenos ciudadanos. otros, como es el caos de la mayoría de legisladores, políticos, juristas, clérigos y funcionarios, ven al estado principalmente con la cabeza; y como quiera que raramente establecen distinciones morales, son tan susceptibles de servir al mal sin intención, como a dios. unos pocos, muy pocos, muy pocos, héroes, mártires, reformadores - que no reformistas -, y hombres sirven al estado también con su conciencia, y así, se le resisten las más de las veces; y éste los trata como enemigos. el hombre prudente sólo se revelará útil y no se avendrá a ser "barro" ni a "obturar un agujero para detener al viento", sino que, por lo menos dejará esa tarea a su polvo.
(...)
si alguien fuere a decirme que el presente es un mal gobierno porque gravó ciertos artículos extranjeros arribados a sus puertos, lo más probable es que me quedara impertérrito puesto que puedo pasarme perfectamente sin ellos: todas las máquinas poseen roces. y posiblemente ello resulte en bien suficiente para contrarrestar el mal. en cualquier caso, es mal mayor el soliviantarse por ello. pero, cuando los roces buscan máquina en que alojarse, y la opresión y el robo se organizan, yo digo: desprendámonos de esta máquina inmediatamente. en otras palabras, cuando la sexta parte de la población de un país que se ha arrogado el título de país de la libertad la componen los esclavos, y toda una nación es injustamente arrollada y conquistada por un ejército extranjero y sometida a la ley marcial, creo que no es demasiado temprano para que los hombres honrados se rebelen y hagan la revolución. y lo que hace este deber tanto más urgente es el hecho de que el país así arrollado no es el nuestro, y sí lo es, en cambio, el ejército invasor.
(...)
quienes no conocen fuentes de verdad más puras, que no han seguido el curso de ésta hasta cotas más elevadas, se atienen prudentemente a la biblia y a la constitución y beben de ellas con reverencia y humildad; pero quienes reparan por dónde brotan aquellas gota a gota para alimentar ese lago o aquella laguna, se fajan fuertemente la cintura y siguen su peregrinación en busca del manantial primero. no ha habido hombre alguno de genio legislador en américa. son raros en la historia del mundo. abundan los oradores, los políticos, los hombres especialmente elocuentes, se cuentan por miles; pero no ha abierto aún la boca aquel orador capaz de resolver los numerosos y muy vilipendiados problemas que nos acucian hoy. nos gusta la elocuencia por sí misma y no por la verdad de que pueda ser portadora o por el heroísmo que pueda inspirar.
(...)
nunca podrá haber un estado realmente libre e iluminado hasta que no reconozca al individuo como poder superior independiente del que derivan el que a él le cabe y su autoridad, y, en consecuencia, le dé el tratamiento correspondiente. me complazco imaginándome un estado, al fin, que puede permitirse el ser justo con todos los hombres y acordar a cada individuo el respeto debido a un vecino; que incluso no consideraría improcedente a su propio reposo el que unos cuantos decidieran vivir marginados, sin interferir con él ni acogerse a él, pero cumpliendo sus deberes de vecino y prójimo. un estado que produjere esta clase de fruto y acertare a desprenderse de él tan pronto como hubiere madurado prepararía el camino hacia otro más perfecto y glorioso, que también he soñado, pero del que no se ha visto aún traza alguna... "