sábado, 15 de octubre de 2011

t.s.eliot (estados unidos, 1888 - 1965) // poemas - cuatro cuartetos - the dry salvages

the dry salvages

the dry salvages —acaso originalmente les trois
sauvages — es un pequeño conjunto de rocas en las
que se levanta un faro. se encuentran en la costa
noreste de cape ann, massachusetts. salvages se
pronuncia de modo que rime con assuages.
groaner es una boya silbante.

I
no sé mucho de dioses, mas supongo que el río
es un dios pardo y fuerte —hosco, indómito,
intratable,
paciente hasta cierto punto, al principio reconocido
como frontera;
útil, poco de fiar, como transportador del comercio, luego sólo un problema para los constructores
de puentes.
ya resuelto el problema queda casi olvidado el gran
dios pardo
por quienes viven en ciudades—sin embargo,
es implacable siempre,
fiel a sus estaciones y sus cóleras

27
destructor que recuerda
cuanto prefieren olvidar los humanos.
no es objeto de honras
ni actos propiciatorios por parte de los veneradores
de las máquinas;
está siempre esperando, acechando, esperando.
en la cuna del niño su ritmo estuvo presente,
en el frondoso ailanto del jardín en abril,
el olor de las uvas en la mesa otoñal
y el círculo nocturno ante la luz de gas del invierno
el río está dentro de nosotros, el mar en torno
nuestro;
el mar es también el borde de la tierra,
el granito en que se adentran las olas,
las playas donde arroja
sugerencias de una creación anterior y distinta:
la estrella de mar, el límulo, el espinazo
de la ballena;
las pozas donde ofrece a nuestra curiosidad
la anémona de mar y las algas más delicadas. arroja nuestras pérdidas: la jábega rota, la nasa de
langostas maltrecha, el remo quebrado
y los arreos de extranjeros muertos.
el mar tiene muchas voces,
muchos dioses y muchas voces.
la sal está en la rosa silvestre,
la niebla en los abetos.
el aullido del mar
y su bramido son voces diferentes
que a menudo se escuchan juntas: el gemir
en los aparejos,
la amenaza y caricia de la ola que estalla
mar adentro,
la rompiente lejana contra la dentadura de granito
y el lamento que avisa del promontorio
que se acerca
todas son voces del mar, y la boya silbante
al girar hacia tierra, y la gaviota.
y bajo la opresión de la niebla silenciosa
el redoble de la campana, tañida sin prisa
por la ola que se hincha allá en el fondo,
mide el tiempo, no nuestro tiempo
sino un tiempo más antiguo
que el tiempo de los cronómetros, más antiguo
que el tiempo medido por las mujeres que
en su angustia y su insomnio
calculan el porvenir, tratan de destejer, devanar,
desenredar
y remendar pasado y futuro,
entre la medianoche y el amanecer,
cuando es engaño ya todo el pasado,
el futuro no tiene porvenir,
antes de que amanezca y cambien la guardia
cuando el tiempo se detiene,
y el tiempo no acaba nunca,
y la ola que se hincha allá en el fondo
y es y era desde el principio
hace sonar la campana.

II
¿dónde termina aquello, este mudo gemido,
la extinción silenciosa de la flor otoñal
que soltando sus pétalos queda inmovilizada?
¿hay fin para los restos que flotan naufragados
y el hueso que en la playa musita la irrezable
plegaria a la terrible anunciación?
no hay fin y todo es suma: el desmedido Resultado de días y horas sin final.
la emoción reflexiona ensimismada
en años de vivir entre los destrozados
restos de lo que se creyó lo más confiable—
y por ello más apto a la renunciación.
hay la última suma, el desvaído
orgullo que resiente su declive fatal,
la devoción lejana que parece borrada
como un barco que hace agua por los cuatro
costados,
o escuchar en silencio tañer la irremediable campana que te invoca, última anunciación.
¿en dónde encontrarán su fin perdido
los que bogan al fondo de la niebla letal? inconcebible un tiempo sin la mar encrespada
o un océano ya limpio de restos oxidados
o un futuro no expuesto, como el irretornable pasado, a no tener destino, tampoco solución.
pensemos en aquellos, desaguando el roído
navío, desplegando las velas contra el viento brutal, entre bancos de arena que no está erosionada, cobrando su salario en muelles maltratados,
sin zarpar en el alba para un viaje incosteable
tras una pesca inútil que no vale su acción.
no tiene fin, no acaba, este mudo gemido,
tampoco el marchitarse encuentra su final,
el dolor que no duele y se resuelve en nada,
el mar a la deriva, los restos destrozados,
la plegaria del hueso a la muerte, su diosa; tan sólo
la irrezable
plegaria a ti elevada, única anunciación.
a medida que envejecemos, parece
que el pasado tiene otra estructura y deja de ser una mera secuencia—
o incluso un desarrollo. esto es una falacia parcial
estimulada por nociones superficiales de evolución
que se vuelven en la mentalidad popular
medios para el repudio del pasado.
en los momentos de felicidad—no la sensación
de bienestar,
fruición, plenitud, seguridad o afecto,
o hasta una excelente cena, no esto sino la súbita iluminación—
tuvimos la experiencia pero no captamos
el significado
y el acercamiento al significado restaura
la experiencia
en forma diferente, más allá de cualquier
significado
que asignemos a la felicidad. antes he dicho
que la experiencia revivida en el significado
no es la experiencia de una sola vida
sino de muchas generaciones —sin olvidar
algo que acaso es inefable:
la mirada hacia atrás más allá de la seguridad
de la historia escrita, la mirada hacia atrás furtiva hacia el terror primitivo.
entonces llegamos a descubrir que los momentos
de dolor
(no se discute si se deben o no a un malentendido o a haber esperado lo erróneo o temido lo erróneo) son también permanentes
con una permanencia igual a la del tiempo.
mejor que en el nuestro lo apreciamos
en el sufrimiento de los demás, casi experimentado al implicarnos a nosotros mismos.
porque nuestro pasado está cubierto por las corrientes
de la acción,
en cambio el sufrimiento ajeno sigue siendo una
experiencia
sin reservas ni desgaste por la erosión posterior.
la gente cambia y sonríe pero su sufrimiento
permanece.
el tiempo destructor es también el tiempo
preservador,
como el río con su carga de negros muertos y reses
muertas y jaulas de gallinas,
la manzana amarga y el mordisco en la manzana.
y la roca mellada en las aguas sin calma,
las olas que la cubren, la niebla que la oculta
en un día sereno, es nada más un monumento;
en tiempo navegable es siempre una señal
para fijar el rumbo; pero en la estación sombría
o bajo la repentina furia del mar
es lo que siempre ha sido.

III
a veces me pregunto si es esto lo que krishna quiso
decir
— entre otras cosas— o una manera de expresar
lo mismo:
que el futuro es una canción desvanecida, una rosa
real o un ramo de lavanda,
de ansioso lamento por los que aún no están aquí
para lamentarse,
prensado entre las hojas amarillentas de un libro que
nunca ha sido abierto.
y el camino que sube es el camino que baja,
el camino de ida es el camino de vuelta.
no podemos afrontarlo realmente aunque
de seguro
el tiempo no es curandero: el paciente ya no está
aquí.
cuando arranca el tren y los pasajeros se han
instalado
con sus frutas, periódicos y cartas comerciales
(y parten del andén quienes fueron a despedirlos) Sus caras se relajan y pasan de la preocupación
al alivio
al ritmo soñoliento de cien horas.
¡adelante, viajeros! no escapan del pasado
hacia vidas distintas ni hacia ningún futuro.
ustedes no son los mismos que salieron
de la estación
ni los que llegarán a terminal alguna,
mientras los rieles convergentes se deslizan unidos
detrás de ustedes;
y en la cubierta del murmurante trasatlántico,
al observar la estela que a sus espaldas se ensancha, no pensarán: "ya terminó el pasado"
ni "el futuro está por delante".
cuando la noche cae en las antenas y en las jarcias hay una voz que contrapuntea (aunque no al oído, al susurrante caracol del tiempo,
ni tampoco en ninguna lengua):
"adelante, ustedes que creen estar viajando,
no son los mismos que vieron alejarse el puerto
ni los que desembarcarán.
aquí, entre la orilla próxima y la orilla distante, mientras el tiempo se retira, consideren con el mismo
ánimo
el pasado y futuro.
en ese instante que no es de acción ni de inacción pueden aceptar esto: 'en toda esfera del ser
la mente humana debe estar ocupada
por la hora de la muerte'
(y la hora de la muerte es cada momento.)
esta es la única acción que fructificará en las vidas
del prójimo.
y no piensen en el fruto de la acción.
adelante.
oh viajeros, oh gente de mar,
ustedes que llegaron a puerto y ustedes
cuyos cuerpos
sufrirán el proceso y el juicio del océano
u otro acontecimiento, este es su verdadero
destino"
—dijo krishna, como cuando amonestó a arjuna
en el campo de batalla.
no adiós
sino adelante, viajeros.

IV
señora, en tu santuario que está en el promontorio, ruega por todos los navegantes,
los dedicados a la pesca y aquellos
que se ocupan en lícitos negocios
y quienes los dirigen.
reza también por las mujeres que han visto
zarpar y no volver a sus maridos o a sus hijos,
figlia del tuo figlio, reina del cielo.
ruega también por cuantos se embarcaron
y terminaron su viaje en la arena,
en los labios del mar
o en la sombría garganta que no los rechazará
o allí donde no puede ya alcanzarlos
el tañido de la campana del mar,
su ángelus perpetuo.

V
comunicarse con marte, dialogar con espíritus, informar sobre la conducta del monstruo marino, trazar horóscopos, leer en las entrañas de las aves
o en bolas de cristal,
diagnosticar enfermedades por la firma, evocar
la biografía por las líneas de la mano
y la tragedia por los dedos; predecir
mediante sortilegios u hojas de té,
adivinar lo inevitable gracias a la baraja,
juguetear con hexagramas, o barbitúricos,
escudriñar
la imagen que recurre en terrores preconscientes— explorar el útero o el féretro o los sueños:
todos estos son los habituales pasatiempos y drogas
y secciones de prensa; y siempre lo serán,
especialmente algunos de ellos
cuando exista aflicción en las naciones, perplejidad en las costas de asia o en la edgware road.
la curiosidad humana explora pasado y futuro
y se aferra a esa dimensión. pero aprehender
el punto en que interceden lo temporal y lo eterno es tarea del santo —o más que tarea
algo que se da y quita,
en la muerte de amor de una vida entera,
fervor y desprendimiento y entrega.
para la mayoría de nosotros sólo existe el momento desatendido, el momento fuera y dentro
del tiempo,
el acceso de distracción que se pierde en un rayo
de luz solar,
el invisible tomillo silvestre o los relámpagos de
invierno
o la catarata o la música tan profundamente
escuchada
que no se escucha en absoluto,
pero somos la música mientras dura la música.
estas son nada más sugerencias y conjeturas, sugerencias que engendran conjeturas; lo demás
es oración, observancia, disciplina, pensamiento
y acciones.
la sugerencia medioadivinada, el don
semientendido, es la encarnación.
aquí es real la junta imposible
de las esferas de existencia.
aquí pasado y futuro se conquistan y reconcilian donde la acción sería de otra manera movimiento de lo que tan sólo es movido
y no tiene fuente propia de movimiento
sino que es impulsado por poderes demoníacos
y terrenales.
y la acción justa es libertad
respecto al pasado y también el futuro.
para la mayoría de nosotros éste es el objetivo
que aquí jamás alcanzaremos.
sólo estamos invictos porque seguimos intentando;
nosotros, los finalmente satisfechos
si nuestra reversión temporal nutre
(a no mucha distancia del ciprés)
la vida del suelo significante.

leon trotsky (lev davidovich bronshtein, rusia, 1879 - 1940) // literatura y revolución - textos sobre arte, literatura y cultura / el a b c de la dialéctica marxista (frag.)

el a b c de la dialéctica marxista

la dialéctica no es una ficción ni una mística, sino una ciencia de las formas de nuestro pensamiento en la medida en que éste no se limita a los problemas cotidianos de la vida y trata de llegar a una comprensión de procesos más profundos y complicados. la dialéctica y la lógica formal mantienen entre sí una relación similar a la que existe entre las matemáticas inferiores y las superiores.
trataré aquí de esbozar lo esencial del problema en forma muy concisa. la lógica aristotélica del silogismo simple, parte de la premisa de que “a” es igual a “a”. este postulado se acepta como axioma para una multitud de acciones humanas prácticas y de generalizaciones elementales. pero en realidad “a” no es igual a “a”. esto es fácil de demostrar si observamos estas dos letras bajo una lente: son completamente diferentes una de otra. pero, se podrá objetar, no se trata del tamaño o de la forma de las letras, dado que ellas no son solamente símbolos de cantidades iguales; por ejemplo, de una libra de azúcar. la objeción no es válida en realidad; una libra de azúcar nunca es igual a una libra de azúcar: una balanza delicada descubriría siempre la diferencia. nuevamente se podría objetar: sin embargo, una libra de azúcar es igual a sí misma. tampoco es verdad: todos los cuerpos cambian constantemente de tamaño, peso, color, etc. nunca son iguales a sí mismos. un sofista contestaré que una libra de azúcar es igual a sí misma “en un momento dado”. fuera del valor práctico extremadamente dudoso de este “axioma”, tampoco soporta una crítica teórica. ¿cómo debemos concebir realmente la palabra “momento”? si se trata de un intervalo infinitesimal de tiempo, entonces una libra de azúcar está sometida durante el transcurso de ese “momento” a cambios inevitables. ¿o este “momento” es una abstracción puramente matemática, es decir, cero tiempo? pero todo existe en el tiempo y la existencia misma es un proceso ininterrumpido de transformación; el tiempo es, en consecuencia, un elemento fundamental de la existencia. de este modo, el axioma “a” es igual a “a” significa que una cosa es igual a sí misma si no cambia, es decir, si no existe.
a primera vista podría parecer que estas “sutilezas” son inútiles. en realidad, tienen decisiva importancia. el axioma “a” es igual a “a” es a un mismo tiempo punto de partida de todos nuestros conocimientos y punto de partida de todos los errores de nuestro conocimiento. sólo dentro de ciertos límites se le puede utilizar con impunidad. si los cambios cuantitativos que se producen en “a” carecen de importancia para la cuestión que
tenemos entre manos, entonces podemos suponer que “a” es igual a “a”. tal es, por ejemplo, el modo en que el vendedor y el comprador consideran una libra de azúcar. de la misma manera consideramos la temperatura del sol. hasta hace poco considerábamos de la misma manera el valor adquisitivo del dólar. pero cuando los cambios cuantitativos sobrepasan ciertos límites se convierten en cambios cualitativos. una libra de azúcar sometida a la acción del agua o de la gasolina deja de ser una libra de azúcar. un dólar en manos de una presidente deja de ser un dólar. determinar en el momento preciso el punto crítico en que la cantidad se transforma en calidad es una de las tareas más difíciles o importantes en todas las esferas del conocimiento, incluso de la sociología.
todo obrero sabe que es imposible elaborar dos objetos completamente iguales. en la transformación de bronce en conos, se permite cierta desviación para los conos, siempre que ésta no pase de ciertos límites (a esto se le llama “tolerancia”). mientras se respeten las normas de la tolerancia, los conos son considerados iguales (“a” es igual a “a”). cuando se sobrepasa la tolerancia, la cantidad se transforma en calidad; en otras palabras, los conos son de inferior calidad o completamente inútiles.
nuestro pensamiento científico no es más que una parte de nuestra práctica general, incluso de la técnica. para los conceptos rige también la “tolerancia”, que no surge de la lógica formal basada en el axioma “a” es igual a “a”, sino de la lógica dialéctica cuyo axioma es: todo cambia constantemente. el “sentido común” se caracteriza por el hecho de que sistemáticamente excede la “tolerancia” dialéctica.
el pensamiento vulgar opera con conceptos como capitalismo, moral, libertad, estado obrero, etc. el pensamiento dialéctico analiza todas las cosas y fenómenos en sus cambios continuos a la vez que determina en las condiciones materiales de aquellos cambios el momento crítico en que “a” deja de ser “a”, un estado obrero deja de ser un estado obrero.
el vicio fundamental del pensamiento vulgar radica en el hecho de que quiere contentarse con fotografías inertes de una realidad que consiste en eterno movimiento. el pensamiento dialéctico da a los conceptos -por medio de aproximaciones sucesivas- correcciones, concreciones, riqueza de contenido y flexibilidad; diría, incluso, hasta cierta suculencia que en cierta medida los aproxima a los fenómenos vivientes. no hay un capitalismo en general, sino un capitalismo dado, en una etapa dada de desarrollo. no hay estado obrero en general, sino un capitalismo dado, en una etapa dada de desarrollo. no hay estado obrero en general, sino un estado obrero dado, en un país atrasado, dentro de un cerco capitalista, etc.
con respecto al pensamiento vulgar, el pensamiento dialéctico está en la misma relación que una película cinematográfica con una fotografía inmóvil. la película no invalida la fotografía inmóvil, sino que combina una serie de ellas de acuerdo a las leyes del movimiento. la dialéctica no niega el silogismo, sino que nos enseña a combinar los silogismos en forma tal que nos lleve a una comprensión más próxima a la realidad eternamente cambiante. hegel, en su lógica (1812-1816), estableció una serie de leyes: cambio de cantidad en calidad, desarrollo a través de las contradicciones, conflictos entre el contenido y la forma, interrupción de la continuidad, cambio de la posibilidad en inevitabilidad, etcétera, que son tan importantes para el pensamiento teórico como el silogismo simple para las tareas más elementales.
hegel escribió antes que darwin y antes que marx. gracias al poderoso impulso dado al pensamiento por la revolución francesa, hegel anticipó el movimiento general de la ciencia. pero porque era solamente una anticipación, aunque hecha por un genio, recibió de hegel un carácter idealista. hegel operaba con sombras ideológicas como realidad final. marx demostró que el movimiento de estas sombras ideológicas no reflejaban otra cosa que el movimiento de cuerpos materiales.
llamamos “materialista” a nuestra dialéctica porque sus raíces no están en el cielo ni en las profundidades del “libre albedrío”, sino en la realidad objetiva, en la naturaleza. lo consciente surgió de lo inconsciente, la psicología de la fisiología, el mundo orgánico del inorgánico, el sistema solar de la nebulosa. en todos los jalones de esta escala de desarrollo, los cambios cuantitativos se transformaron en cualitativos. nuestro pensamiento, incluso el pensamiento dialéctico, es solamente una de las formas de expresión de la materia cambiante. en ese sistema no hay lugar para dios, ni para el diablo, ni para el alma inmortal, ni para leyes y normas morales eternas. la dialéctica del pensamiento, por haber surgido de la dialéctica de la naturaleza, posee en consecuencia un carácter profundamente materialista.
el darwinismo, que explicó la evolución de las especies a través del tránsito, de las transformaciones cuantitativas en cualitativas, constituyó el triunfo más alto de la dialéctica en todo el campo de la materia orgánica. otro gran triunfo fue el descubrimiento de la tabla de pesos atómicos de elementos químicos, y posteriormente, la transformación de un elemento en otro.
a estas transformaciones (de especies, elementos, etcétera) está estrechamente ligada la cuestión de la clasificación, de pareja importancia en las ciencias naturales y las sociales. el sistema de linneo (siglo XVIII), que utilizaba como punto de partida la inmutabilidad de las especies, se limitaba a la descripción y clasificación de las plantas de acuerdo a sus características exteriores. el período infantil de la botánica es análogo al período infantil de la lógica, ya que las formas de nuestro pensamiento se desarrollan como todo lo que vive. únicamente el repudio definitivo de la idea de especies fijas, únicamente el estudio de la historia de la evolución de las plantas y de su anatomía, preparó las bases para una clasificación realmente científica.
marx, que a diferencia de darwin era un dialéctico consciente, descubrió una base para la clasificación científica de las sociedades humanas, en el desarrollo de sus fuerzas productivas y en la estructura de las formas de propiedad, que constituyen la anatomía social. el marxismo sustituye por una clasificación dialéctica materialista la clasificación vulgarmente descriptiva de sociedades y estados que aún sigue floreciendo en las universidades. únicamente mediante el uso del método de marx es posible determinar correctamente, tanto en el concepto de lo que es un estado obrero como el momento de su caída.
todo esto, como vemos, no contiene nada “metafísico” o “escolástico”, como afirman los ignorantes pedantes. la lógica dialéctica expresa las leyes del movimiento dentro del pensamiento científico contemporáneo. por el contrario, la lucha contra la dialéctica materialista expresa un pasado lejano, el conservadurismo de la pequeña burguesía, la autosuficiencia de los universitarios rutinarios y... un destello de esperanza en la vida del más allá.

jueves, 13 de octubre de 2011

leon trotsky (lev davidovich bronshtein, rusia, 1879 - 1940) // literatura y revolución, 1934 - introducción

literatura y revolución
introducción

la situación del arte puede definirse mediante las siguientes consideraciones generales. www.marxismo.org
si el proletariado ruso no hubiera creado su propio ejército tras la toma del poder, el estado obrero habría dejado de vivir hace tiempo, y ahora no estaríamos pensando en los problemas económicos, y mucho menos en los problemas de la cultura y del espíritu.
si en el curso de los próximos años la dictadura del proletariado se mostrase incapaz de organizar la economía y de asegurar a la población por lo menos un mínimo vital de bienes materiales, el régimen proletario estaría entonces realmente llamado a desaparecer. por eso la economía es en la hora presente el problema de los problemas.
de todos modos, aunque los problemas elementales del alimento, del vestido, del abrigo y también de la educación primaria estuvieran resueltos, no significaría de ningún modo la victoria total del nuevo principio histórico, es decir, la victoria del socialismo. sólo un progreso del pensamiento científico a escala nacional y el desarrollo de un arte nuevo supondrán que la semilla histórica no sólo ha crecido hasta dar una planta, sino también que ha florecido. desde este enfoque, el desarrollo del arte es la prueba más alta de la vitalidad y de la significación de cualquier época.
la cultura vive de la savia de la economía, pero no basta con lo estrictamente necesario para que la cultura pueda nacer, desarrollarse y refinarse. nuestra burguesía se sirvió de la literatura rápidamente en el período en que se fortaleció y enriqueció. el proletariado conseguirá preparar la formación de una cultura y de una literatura nuevas, es decir, socialistas, no por métodos de laboratorio sobre la base de nuestra pobreza, de nuestras necesidades y de nuestra ignorancia de hoy, sino a partir de vastos medios sociales, económicos y culturales. el arte necesita bienestar, abundancia incluso. los altos hornos deberán calentar más, las ruedas girar con mayor rapidez, las lanzaderas correr más, las escuelas trabajar mejor. izquierda revolucionaria
nuestra vieja literatura y nuestra vieja cultura rusas eran expresión de la nobleza y de la burocracia y se basaban en el mundo campesino. el noble pagado de sí mismo y el noble “arrepentido” imprimieron su huella en el periodo más importante de la literatura rusa. luego apareció el intelectual plebeyo que, basándose en el campesino y en el burgués, escribió también su capítulo en la historia de la literatura rusa. tras pasar por el periodo de esquematismo extremo de los viejos narodniki, ese intelectual plebeyo se modernizó, se diferenció e individualizó en el sentido burgués del término. ese fue el papel histórico que le tocó cumplir a la escuela decadente y al simbolismo. desde principios de siglo, y especialmente después de 1907-1908, la transformación burguesa de la intelligentsia y de la literatura se realizó con celeridad. la guerra puso fin, patrióticamente, a este proceso.
la revolución dio al traste con la burguesía y este hecho decisivo irrumpió en la literatura. la literatura centrada sobre un eje burgués ya no existe. todo cuanto ha quedado, más o menos viable, en el dominio de la cultura, y especialmente en el de la literatura, se esforzó y se esfuerza aún por encontrar una orientación nueva. desde el momento en que la burguesía no existe, el eje no puede ser otro que el pueblo sin la burguesía. pero ¿qué es el pueblo? en primer lugar, el campesinado y, en cierta medida, los pequeños burgueses urbanos; luego los obreros que no pueden ser separados del protoplasma popular del campesinado. esto es lo que expresa la tendencia básica de todos los “compañeros de viaje” de la revolución. y lo mismo en pilniak, en los “hermanos sérapion”, y en los “imaginistas” que están todavía vivos. y lo mismo ocurre con algunos de los futuristas (klebnikov, kruchenik y w. kamensky). la base campesina de nuestra cultura, o mejor dicho, de nuestra incultura, pone de manifiesto de modo indirecto toda su inercia.
nuestra revolución es la expresión del campesino convertido en proletario que, sin embargo, se apoya en el campesino y le muestra el camino a seguir. nuestro arte es la expresión del intelectual que duda entre el campesino y el proletario. se halla incapacitado, orgánicamente, para fundirse con uno o con otro, pero se inclina las más de las veces hacia el campesino. debido a su posición intermedia y a sus vinculaciones, no puede convertirse en mujik, pero puede cambiar al mujik. sin embargo, no puede haber revolución sin la dirección del proletariado. tal contradicción es el origen de la dificultad fundamental a la hora de abordar el tema. puede afirmarse que los poetas y escritores de estos años extremadamente críticos difieren entre si por la forma en que salen de esta contradicción, y por el modo en que colman el vacío, unos mediante el misticismo, otros mediante el romanticismo, un tercero mediante un prudente distanciamiento, y un cuarto por un grito ensordecedor. con independencia de la variedad de métodos empleados para superar la contradicción, ésta sigue siendo una en esencia: consiste en la separación creada por la sociedad burguesa entre el trabajo intelectual, incluido el arte, y el trabajo físico. la revolución es obra de hombres que realizan un trabajo físico. uno de los objetivos últimos de la revolución consiste en superar totalmente la separación entre esas dos clases de actividad. En tal sentido, como en todos los demás, la creación de un arte nuevo es una tarea que se realiza siguiendo las líneas del trabajo fundamental, el de la construcción de una cultura socialista.
sería ridículo, absurdo e incluso estúpido hasta más no poder, pretender que el arte permanecerá indiferente a las convulsiones de nuestra época. son los hombres los que preparan los acontecimientos, son los hombres los que los realizan, y los acontecimientos a su vez actúan sobre los hombres y los cambian. el arte refleja, de forma directa o indirecta, la vida de los hombres que realizan o viven los acontecimientos. y esto es válido para todas las artes, desde la más monumental a la que se centra en lo más íntimo. si la naturaleza, el amor o la amistad no estuvieran ligadas al espíritu social de una época, la poesía lírica habría dejado de existir hace mucho tiempo. un profundo viraje histórico, es decir, un reordenamiento de las clases en la sociedad, rompe la individualidad, coloca la percepción de los temas fundamentales de la poesía bajo un nuevo enfoque y salva así al arte de una repetición eterna.
pero el “espíritu” de una época ¿no actúa de modo indivisible e independiente de la voluntad subjetiva? evidentemente, en última instancia este espíritu se refleja en todos; tanto en quienes lo aceptan y encarnan como en aquellos que luchan desesperadamente contra él o en quienes se esfuerzan por librarse de él; quienes le vuelven la espalda mueren poco a poco; quienes se resisten a él pueden, a lo más, reanimar tal o cual llama arcaica: el arte nuevo, al plantear nuevos jalones y ensanchar el campo de la creación artística, sólo podrá ser creado por aquellos que se identifiquen con su época. si trazásemos una línea que una el arte actual y el arte socialista del futuro, podríamos decir que hoy apenas hemos superado la fase de preparación de esa preparación propiamente dicha.
hagamos un breve esbozo de los grupos de la literatura rusa actual.
la literatura que se halla alejada de la revolución, desde los folletinistas del periódico de suvorín hasta los líricos más sublimes del valle de lágrimas de la aristocracia, agoniza como las clases a las que han servido. por lo que respecta a la forma, genealógicamente, esa literatura representa el perfeccionamiento de la línea maestra de nuestra vieja literatura, que comenzó como literatura de la nobleza y que terminó como literatura simplemente burguesa.
la literatura “mujik” soviética, que canta al campesino, puede encontrar sus raíces, desde el punto de vista de la forma, aunque de modo menos claro, en las tendencias eslavófilas y populistas de la vieja literatura. resulta evidente que los escritores que cantan al mujik no preceden directamente de los mujiks. no existirían sin la literatura anterior de la nobleza y de la burguesía, de cuya literatura son la rama más joven. en la actualidad todos ellos tratan de ponerse de acuerdo con la hora de la nueva sociedad.
indudablemente, el futurismo también era un brote de la vieja literatura. pero el futurismo ruso no había alcanzado su completo desarrollo en el marco de la vieja literatura, ni había sufrido la adaptación burguesa que le hubiera valido ser reconocido oficialmente. cuando estalló la guerra y luego la revolución, el futurismo era todavía bohemio, como todas las escuelas literarias en los países capitalistas. gracias al impulso de los acontecimientos, el futurismo se adentró por los nuevos derroteros de la revolución. un arte revolucionario no podía nacer de ahí por la misma naturaleza de las cosas. aunque sigue siendo, por muchas razones, un brote revolucionario bohemio del arte antiguo, el futurismo contribuye en mayor medida, más directa y más activamente que cualquier otra tendencia, a la formación del arte nuevo.
por significativas que puedan ser en líneas generales las obras de determinados poetas proletarios, su sedicente “arte proletario” no hace otra cosa sino cumplir un período de aprendizaje. siembra por doquier los elementos de la cultura artística, ayuda a la nueva clase a asimilar las obras antiguas, aunque de modo superficial. en este sentido es una de las corrientes que llevan al arte socialista del futuro. transcrito por
carece de todo fundamento oponer la cultura burguesa y el arte burgués a la cultura proletaria y al arte proletario. de hecho, estos últimos no existirán jamás, porque el régimen proletario es temporal y transitorio. la significación histórica y la grandeza moral de la revolución proletaria residen precisamente en que ésta sienta las bases de una cultura que no será ya una cultura de clase, sino la primera cultura auténticamente humana.
durante el período de transición, nuestra política artística puede y debe consistir en ayudar a los diferentes grupos y escuelas artísticas salidos de la revolución a captar correctamente el sentido histórico de la época y una vez haberles colocado ante el siguiente criterio categórico, “por la revolución o contra la revolución”, concederles una total libertad de autodeterminación en el terreno del arte. izquierda revolucionaria
por el momento, la revolución se refleja en el arte de modo parcial solamente, una vez que el artista deja de mirarla como una catástrofe exterior, y en la medida en que todos los artistas y poetas, tanto los viejos como los nuevos, se conviertan en una parte de la trama viviente de la revolución y aprendan a verla no desde fuera, sino desde el interior.
el torbellino social no se calmará pronto. ante nosotros tenemos decenios de lucha en europa y en américa. no sólo los hombres y las mujeres de nuestra generación, sino también los de la generación venidera, serán partícipes, héroes y víctimas de esta lucha. el arte de nuestra época será colocado enteramente bajo el signo de la revolución.
este arte necesita una nueva conciencia. por encima de todo es incompatible con el misticismo, sea éste sincero o se disfrace de romanticismo: la revolución tiene por punto de partida la idea central de que el hombre colectivo debe convertirse en el único señor y de que los límites de su poder sólo están determinados por su conocimiento de las fuerzas naturales y por su capacidad de utilizarlas. este arte nuevo es también incompatible con el pesimismo, con el escepticismo, con todas las demás formas de abatimiento espiritual. es realista, activo, colectivista, de forma vital y henchido de una confianza ilimitada en el porvenir.

29 de julio de 1924.

the shoes // cover your eyes

the willowz // take a look around

the willowz // everyone

the fitscarraldo sessions // alice & lewis" feat. moriarty

the black keys // tighten up

johnny cash (estados unidos, 1932 - 2003) // rusty cage

ben harper (estados unidos, 1969 - ) // i will not be broken

ben harper (estados unidos, 1969 - ) // don't give up on me now

the wallflowers // one headlight

love and rockets // so alive

love and rockets // ball of confusion

tom petty (estados unidos, 1950 - ) & the heartbreakers // mary jane's last dance

miércoles, 12 de octubre de 2011

t.s.eliot (estados unidos, 1888 - 1965) // poemas - cuatro cuartetos - east coker

east coker

I
en mi principio está mi fin. una tras otra
las casas se levantan y se derrumban, se
desmoronan, se extienden,
son arrancadas, destruidas, restauradas,
o en su lugar
queda un baldío, una fábrica o un paso a desnivel. viejas piedras para nuevos edificios,
vieja leña para nuevas hogueras,
viejas hogueras para las cenizas y cenizas
para la tierra
que ya es carne, pieles y heces,
huesos humanos y animales, tallos y hojas de cereal. las casas viven y mueren.
hay un tiempo para la construcción,
un tiempo para habitar y engendrar
y un tiempo para que el viento rompa el cristal
desprendido
sacuda las maderas en que trota el ratón del campo
y el tapiz en jirones donde se halla bordado
un lema silencioso.

en mi principio está mi fin. ahora cae la luz
a lo largo del campo abierto
y oculta con sus ramas la honda vereda,
vereda oscura en el anochecer
donde uno se protege contra el talud cuando pasa un vehículo,
y la honda vereda insiste en continuar
hasta la aldea hipnotizada en el calor eléctrico.
en la neblina cálida la luz sofocante
es absorbida, no refractada, por la piedra gris. duermen las dalias en el silencio vacío.
esperan al búho que llega temprano.
en ese campo abierto,
si uno no se acerca demasiado, si uno no se acerca
demasiado,
en una medianoche de verano se puede oír
la música de la débil gaita y el tamboril
y ver la danza en torno de la hoguera
la unión del hombre y la mujer
en bailes que significan matrimonio—
un sacramento noble y útil.
de dos en dos, en conjunción necesaria,
tomados de la mano o de los brazos
como símbolo de concordia.
dan vueltas a la hoguera
saltan sobre las llamas o se unen en corros,
rústicamente solemnes o en rústica risa
levantan sus pesados pies en toscos zapatos,
pies de tierra y arcilla que se alzan en el júbilo
del campo
el júbilo de aquellos que están bajo la tierra
desde hace mucho y nutren los cereales.
llevan el tiempo, marcan el ritmo de su danza, como viven al ritmo de las vivientes estaciones,
el tiempo de las estaciones y las constelaciones,
el tiempo de la ordeña y el tiempo de la cosecha,
el tiempo de ayuntarse hombre y mujer
y el de los animales. pies que suben y bajan,
comida y bebida, estiércol y muerte.

el alba ya despunta y otro día
se dispone al silencio y al calor.
el viento de la aurora mar adentro
ondula y se desliza. estoy aquí
o allá o en otra parte. en mi principio.

II
¿qué hacen noviembre y su final entorno
con primavera y su feliz trastorno
y las criaturas del calor de estío,
las flores que destruye el paso impío
malvarrosa que apunta a lo excesivo,
(su color rojo muere en gris cautivo)
rosas tardías con temprana nieve?
entre los astros a rodar se atreve
el trueno que simula un carro armado
en la guerra de estrellas constelado
al sol combate sin piedad escorpión
sol y luna se van. por esta acción
lloran cometas y el meteoro vuela
en fuego acabará este mundo en vela
cazan los cielos, cazan las llanuras
forman un remolino en las alturas
guerra perpetua que arderá en el cielo hasta que cubra a este planeta el hielo.

esto fue una manera de decirlo, no muy satisfactoria.
un ejercicio perifrástico en un estilo poético raído que lo deja a uno ante la intolerable lucha
con las palabras y los significados.
la poesía no importa.
no era (para recomenzar) lo que uno se había imaginado.
¿Cuál iba a ser el valor de lo que durante tanto
tiempo anhelamos,
la calma tan esperada, la serenidad otoñal
y la sabiduría de la vejez? ¿nos habían engañado
o se engañaron a sí mismos los ancestros de voces tranquilas
y simplemente nos legaron una receta
para el engaño?
la serenidad sólo una deliberada torpeza,
la sabiduría sólo el conocimiento de secretos
muertos
inútiles en las tinieblas que ellos escudriñaron
o de las que apartaron los ojos. hay, nos parece, cuando mucho un valor limitado
en el conocimiento que deriva de la experiencia.
el conocimiento impone una estructura
y falsifica,
porque la estructura es nueva a cada instante
y cada instante una nueva y estremecedora
valoración de cuánto hemos sido.
sólo nos desengañamos
de lo que engañándonos ya no puede hacer daño.
en medio, no sólo en medio del camino, en
todo el camino,
la selva oscura, la zarza, al borde de una ciénaga en
donde todo paso es inseguro
y amenazados por monstruos, luces delirantes
bajo riesgo de encantamiento. no me hablen
de la sabiduría de los ancianos sino más bien
de su locura,
su miedo al miedo y al frenesí, su miedo
a la posesión,
a pertenecer a otro, a otros o a dios.
la única sabiduría que podemos esperar adquirir
es la sabiduría de la humildad:
la humildad es infinita.

las casas yacen bajo el mar.

los danzantes yacen bajo el montículo

III
oh tinieblas, tinieblas; tinieblas. todos caen
en tinieblas,
los vacantes espacios entre los astros, lo vacío
en el vacío,
militares, banqueros, mercaderes, eminentes .
hombres de letras,
mecenas generosos de las artes, estadistas y
gobernantes,
notables funcionarios, presidentes de muchos
comités,
señores de la industria y pequeños contratistas,
todos caen en tinieblas,
y tinieblas el sol, la luna y el almanaque de gotha
y la gaceta de la bolsa y el directorio de directores
y se enfría el sentido y se pierde el motivo
de la acción
y todos vamos con ellos en el funeral silencioso,
el funeral de nadie pues no hay nadie
a quién enterrar.
quédate inmóvil, dije a mi alma, y deja que caigan
sobre ti las tinieblas
que serán las tinieblas de dios. como en un teatro
se apagan las luces para cambiar el decorado
con un hueco rumor de bastidores, un movimiento de
tinieblas sobre tinieblas,
y sabemos que enrollan y quitan de su lugar
las colinas y los árboles, el panorama distante
y la fachada altiva e imponente.
o como cuando el vagón del metro se detiene en el
túnel entre dos estaciones
y la conversación se eleva y luego poco a poco
se desvanece en silencio
y uno ve ahondarse el vacío mental detrás de cada rostro
y queda sólo el terror creciente de no tener ya nada en qué pensar.
o como cuando bajo anestesia la mente tiene
conciencia pero conciencia de nada
dije a mi alma: quédate inmóvil y espera
sin esperanza
porque la esperanza sería esperanza en lo que no
debe esperarse;
aguarda sin amor
porque el amor sería amor de lo que no se debe amar.
sin embargo queda la fe;
pero la fe, el amor y la esperanza se encuentran
en la espera.
espera sin el pensamiento ya que no estás preparada
para él.
así las tinieblas serán la luz y la inmovilidad será
la danza.
susurro de corrientes y relámpagos invernales.
el invisible tomillo silvestre y la fresa silvestre,
la risa en el jardín, eco del éxtasis
no pedido sino exigente que marca la agonía
de muerte y nacimiento.

dices que repito
algo que he dicho. lo diré nuevamente.
¿lo diré nuevamente? para llegar ahí,
para llegar adonde estás,
para salir desde donde no estás,
debes ir por un camino en donde no hay éxtasis, para llegar a lo que no sabes
debes ir por un camino que es el de la ignorancia.
para poseer lo que no posees
debes ir por el camino de la desposesión.
para llegar a lo que no eres
debes ir por el camino en que no eres.
y lo único que sabes es lo que no sabes .....
y lo único que posees es lo que no posees
y en donde estás es en donde no estás.

IV
el cirujano herido hunde el acero
e interroga la parte destemplada.
late bajo su mano ensangrentada
la aguda compasión del curandero
que interroga la fiebre en su tablero.

nuestra única salud es la enfermedad,
si acato a la enfermera agonizante
que no intenta agradar: es su constante
afán el recordar: la humanidad
empeora y desde allí sigue adelante.

nuestro hospital está en la tierra entera.
lo legó el arruinado millonario.
en él, si bien nos va, tan sólo espera
la muerte, ese cuidado extraordinario
que protege y estorba dondequiera.

sube el frío del pie hasta la rodilla.
canta la fiebre en su mental alambre.
para tener calor me enfrío a la orilla
del purgatorio. el fuego es hielo y hambre;
rosas la llama; el humo, zarza, astilla.

sólo bebemos sangre, y mientras tanto
carne sangrienta es la única comida.
a pesar de ello hacemos nuestra vida
de suponernos carne sin espanto
y a este viernes llamamos viernes santo.

V
y bien, estoy aquí, en medio del camino
y he pasado veinte años —veinte años en gran parte perdidos,
los años de entreguerra*—
tratando de aprender a usar las palabras
y cada intento es un comienzo enteramente nuevo
y es un tipo distinto de fracaso.
porque uno sólo ha aprendido a dominar
las palabras
para decir lo que ya no tiene que decir
o de ese modo en que no está dispuesto ya a
decirlo.
por eso cada intento
es un nuevo comienzo, una incursión en lo
inarticulado
con un mísero equipo cada vez más roído
en el desorden general de la inexactitud
del sentimiento,
escuadras de la emoción sin disciplina.
y lo que debe ser conquistado
mediante fuerza y sumisión, ya ha sido descubierto una, dos, varias veces por hombres que uno no tiene
esperanza de emular
—pero no hay competencia:
sólo existe la lucha por recobrar lo perdido
y encontrado y perdido una vez y otra vez
y ahora en condiciones que parecen adversas.
pero quizá no hay ganancia ni pérdida:
para nosotros sólo existe el intento.
lo demás no es asunto nuestro.

la casa es el lugar del que partimos.
a medida que envejecemos
el mundo se nos vuelve más extraño, más compleja
la ordenación de muertos y vivos.
no el intenso momento
aislado sin antes ni después,
sino la vida entera que arde a cada momento
y no la vida entera de un solo hombre
sino de viejas piedras indescifrables.
hay un tiempo para el anochecer bajo la luz
de las estrellas,
un tiempo para el anochecer a la luz de la lámpara (el anochecer con el álbum de fotos).
el amor se acerca más a sí mismo
cuando dejan de importar el aquí y el ahora.
los viejos deben ser exploradores
aquí o allá, no importa dónde
debemos estar inmóviles y sin embargo movernos
hacia otra intensidad
en busca de una mayor unión, una comunión
más profunda
a través del frío oscuro y la vacía desolación,
el grito de la ola, el grito del viento, las grandes
aguas
del petrel y de la marsopa.
en mi fin está mi principio.

*en
el original: the years of l'entre deux guerres.