sábado, 29 de octubre de 2011

para federico - snow patrol // chasing cars



we'll do it all
everything
on our own

we don't need
anything
or anyone

if I lay here
if I just lay here
would you lie with me and just forget the world?

i don't quite know
how to say
how I feel

those three words
are said too much
they're not enough

if I lay here
if I just lay here
would you lie with me and just forget the world?

forget what we're told
before we get too old
show me a garden that's bursting into life

let's waste time
chasing cars
around our heads

i need your grace
to remind me
to find my own

if I lay here
if I just lay here
would you lie with me and just forget the world?

forget what we’re told
before we get too old
show me a garden that's bursting into life

all that I am
all that I ever was
is here in your perfect eyes, they're all I can see

i don't know where
confused about how as well
just know that these things will never change for us at all

if I lay here
if I just lay here
would you lie with me and just forget the world?

coldplay // god put a smile upon your face

coldplay // every teardrop Is a waterfall

jorge luis borges (argentina, 1899 - 1986) // discusión (1932) - la penúltima versión de la realidad

la penúltima versión de la realidad

francisco luis bernárdez acaba de publicar una apasionada noticia de la especulaciones ontológicas del libro the manhood of humanity (la edad viril de la humanidad), compuesto por el conde korsybski: libro que desconozco. deberé atenerme , por consiguiente, en este consideración general de los productos metafísicos de este patricio, a la límpida relación de bernárdez. por cierto, no pretenderé sustituir el buen funcionamiento asertivo de su prosa con la mía dubitativa y conversada. traslado el resumen inicial:
tres dimensiones tiene la vida, según korsybski. largo, ancho y profundidad. la primera dimensión corresponde a la vida vegetal. la segunda dimensión pertenece a la vida animal. la tercera dimensión equivale a la vida humana. la vida de los vegetales es una vida en longitud. la vida de los animales es una vida en latitud. la vida de los hombres es una vida en profundidad.
creo que una observación elemental, aquí es permisible: la de los sospechoso de una sabiduría que se funda, no sobre un pensamiento, sino sobre una mera comodidad clasificatoria, como lo son las tres dimensiones convencionales. escribo convencionales, porque -sepradamente- ninguna de las dimensiones existe: siempre se dan volúmenes, nunca superficies, líneas ni puntos. aquí, para mayor generosidad en lo palabrero, se nos propone una aclaración de los tres convencionales órdenes de lo orgánico, planta-bestia-hombre, mediante los no menos convencionales óredenes del espacio, largo-anchura-profundidad (este último en el sentido traslaticio de tiempo). frente  ala incalculable y enigmática realidad, no creo que la mera simetría de dos de sus clasificaciones humanas baste para dilucidarla y sea otra cosa que un vacío halago aritmético. sigue la notificación de bernárdez:
la vitalidad vegetal se define en su hambre de sol. la vitalidad animal, en su apetito de espacio. aquella es estética. ésta es dinámica. el estilo vital de las plantas, criaturas directas, es una pura quietud. el estilo vital de los animales, criaturas indirectas, es un libre movimiento.
la diferencia sustantiva entre la vida vegetal y la vida animal reside en una noción. la noción de espacio. mientras las plantas la ignoran, los animales la poseen. las unas, afirma korsybski, viven apropiando energía, y los otros, amontonando espacio. sobre ambas existencias, estáticas y erráticas, la existencia humana divulga su originalidad superior. ¿en qu´ñe consiste esta suprema originalidad del hombre? en que, vecino al vegetal que acopia energía y al animal que amontona espacio, el hombre acapara tiempo.
esta ensayada clasificación ternaria del mundo parece una divergencia o un préstamo de la clasificación cuaternaria de rudolf steiner. éste, más generoso de una unidad con el universo, arranca de la historia natural, no de la geometría, y ve en el hombre una suerte de catálogo o de resumen de la vida no humana. hace corresponder la mera estadía inerte de los minerales con la del hombre muerto; la furtiva y silenciosa de las plantas con la del hombre que duerme, la solamente actual y olvidadiza de los animales con la del hombre que sueña. (lo cierto, lo torpemente cierto, es que despedazamos los cadáveres eternos de los primeros y que aprovechamos el dormir de las otras para devorarlas o hasta para robarles alguna flor y que infamamos el soñar de los últimos a pesadilla. a un caballo le ocupamos el único minuto que tiene -minuto sin salida, minuto de grandor de una hormiga y que no se alarga en recuerdos como en esperanzas- y lo encerramos entre las varas de un carro y bajo el régimen criollo o santa federacíón del carrero). dueño de esas tres jerarquías es, según rudolf steiner, el hombre, que además tiene el yo: vale decir la memoria de lo pasado y la previsión del provenor, vale decir, el tiempo. como se ve, la atribución de únicos habitantes del tiempo concedida a los hombres, de únicos previsores e históricos, no es original de korsybski. su implicación -maravillosa también- de que los animales están el pura actualidad o eternidad y fuera del tiempo, tampoco lo es. steiner lo enseña; schonpenhauer lo postula continuamente en ese tratado, llamado con modestia capítulo, que está en el segundo volumen de mundo como voluntad y representación, y que versa sobre la muerte. Mauthner (woerterbuch der philosophie, III, pág. 436) lo propone con ironía. parece, escribe, que los animales no tienen sino oscuros presentimientos de la sucesi´´on temporal y de la duración. en cambio el hombre, cuando es un psicólogo de la nueva escuela, puede diferenciar en el tiempo dos impresiones que sólo están separadas por 1/500 de segundo. gaspar martin, que ejerce la metafísica en buenos aires, declara esta intemporalidad de los animales y aun de los niños como una verdad consabida. escribe así: la idea de tiempo es falta en los animales y es en el hombre de adelantada cultura en quien primeramente aparece. (el tiempo, 1924). sea de shonpenhauer o de mauthner  o de la tradición teosófica o hasta de korsybski, lo cierto es que esa visión de la sucesiva y ordenadora conciencia humana frente al momentáneo universo, es efectivamente grandiosa. (1)
prosigue le expositor: el materialismo dijo al hombre: hazte rico de espacio. y el hombre olvidó su propia tarea. su noble tarea de acumulador de tiempo. quiero decir que el hombre se dio a la conquista de las cosas visibles. a la conquista de personas y de territorios. así nació la falacia del progresismo. y como una consecuencia brutal, nació la sombra del progresismo. nació el imperialismo.
es preciso, pues, restituir a la vida humana su tercera dimensión. es necesario profundizarla. es menester encaminar a la humanidad hacia su destino racional y valedero. que el hombre vuelva a capitalizar siglos en ves de capitalizar leguas. que la vida humana sea más intensa en lugar de ser más extensa.
declaro no entender lo anterior. creo delusoria la oposición entre los dos conceptos incontrastables de espacio y de tiempo. me consta que la genealogía de esa equivocación es ilustre y que entre sus mayores está el nombre magistral de spinoza, que día a su indiferente divinidad -deus sive natura- los atributos de pensamiento (vale decir, de tiempo sentido) y de extensión (vale decir, de espacio). pienso que para un buen idealismo, el espacio no es sino una de los formas que integran la cargada fluencia del tiempo. es uno de los episodios del tiempo y, contrariamente al consenso natural de los ametafísicos, está situado en él, y no viceversa. con otras palabras: la relación espacial -más arriba, izquierda, derecha- es una especificación como tantas otras, no una continuidad.
por lo demás, acumular espacio no es lo contrario de acumular tiempo: es uno de los modos de utilizar esa para nosotros única operación. los ingleses que por impulsión ocasional o genial del escribiente clive o de warren hastings conquistaron la india, no acularon solamente espacio, sino tiempo: es decir, experiencias, experiencias de noches, días, descampados, montes, ciudades, astucias, heroísmos, traiciones, dolores, destinos, muertes, pestes, fieras, felicidades, ritos, cosmogonías, dialectos, dioses, veneraciones.
vuelvo a la consideración metafísica. el espacio es un incidente en el tiempo y no una forma universal de intuición, como impuso kant. hay enteras provincias del ser que no lo requieren; las de la olfación y audición. spencer, en su punitivo examen de los razonamientos de los metafísicos (principios de psicología, parte séptima, capítulo cuarto), ha razonado bien es independencia y la fortifica así, a los muchos renglones, con esta reducción al absurdo: quien pensare que el olor y el sonido tienen por forma de intuición el espacio, fácilmente se convencerá de su error con sólo buscar el costado izquierdo o derecho de un sonido o con tratar de imaginarse un olor al revés.
schopenhauer, con extravagancia menos y mayor pasión, había declarado ya ea verdad. la música, escribe, es una tan inmensa objetividad de la voluntad, como el universo (obra citada, volumen primero, libro tercero, capítulo 32). es postular que la música no precisa del mundo.
quiero complementar estas dos imaginaciones ilustres con una mía, que es desviación y facilitación de ellas. imaginemos que el entero género humano sólo se abasteciera de realidades mediante la audición y el olfato. imaginemos anuladas así las percepciones oculares, táctiles y gustativas y el espacio que éstas definen. imaginemos también -crecimiento lógico- una más afinada percepción de lo registran los sentidos restantes. la humanidad -tan afantasmada a nuestro parecer por esta catástrofe- seguiría urdiendo su historia. la humanidad se olvidaría de hubo espacio. la vida dentro de su no gravosa ceguera y su incorporeidad, sería tan apasionada y precisa como al nuestra. de esa humanidad hipotética (no menos abundosa de voluntades, de ternuras, de imprevisiones) no diré que entraría en la cáscara de nuez proverbial: afirmo que estaría fuera y ausente de todo espíritu.
1928

(1) habría que agregar el nombre de séneca (epistolas a luciano, 124).

jueves, 27 de octubre de 2011

para federico - annie lennox // heaven



heaven is the home of the hearts
and heaven don't tear you apart
yea heaven is the home of the hearts
and heaven don't tear you apart

there's too many kinks wanna hold you down
and the world is a window gone underground
there's a hole in the sky where the sun don't shine
and a clock on the wall and it counts my time

heaven is the home of our hearts
and heaven don't tear you apart

there's a song on the air with a love-you-line
and a face in a glass and it looks like mine
and I'm standing on ice when I say that I don't hear planes
and I scream at the fools wanna jump my train

heaven can take you up take you high
take you up to the place
where you're gonna find peace
peace in your heart
peace in your heart
you don't have to suffer...

para federico - eurythmics // the miracle of love



how many sorrows
do you try to hide
in a world of illusion
that's covering your mind?
i'll show you something good
oh I'll show you something good.
when you open your mind
you'll discover the sign
that there's something
you're longing to find...
the miracle of love
will take away your pain
when the miracle of love
comes your way again.
cruel is the night
that covers up your fears.
tender is the one
that wipes away your tears.
there must be a bitter breeze
to make you sting so viciously -
they say the greatest coward
can hurt the most ferociously.
but I'll show you something good.
oh I'll show you something good.
if you open your heart
you can make a new start
when your crumbling world falls apart.
(chorus repeats...)

para federico - annie lennox // stay by me



stay by me
and make the moment last
please take these lips
even if I have been kissed
a million times

and I don't care if there is no tomorrow
when I could die here in your arms
even if the stars have made us blind
we're blind we're blind
so blind in love

sweet darling
don't you know that we're no different to anyone
we stumble
we falter
but we're no different than anyone

and all the winter snow has melted know
into a pool of silver water
and we were standing in a thunder cloud
dark as your hair
dark as your hair.

para federico - annie lennox // lovesong for a vampire



come into these arms again
and lay your body down
the rhythm of this trembling heart
is beating like a drum

it beats for you - it bleeds for you
it knows not how it sounds
for it is the drum of drums
it is the song of songs...

once i had the rarest rose
that ever deigned to bloom.
cruel winter chilled the bud
and stole my flower too soon.

oh loneliness - oh hopelessness
to search the ends of time
for there is in all the world
no greater love than mine.

love, oh love, oh love...
still falls the rain... (still falls the rain)
love, oh love, oh, love...
still falls the night...
love, oh love, oh love...
be mine forever.... (be mine forever)
love, oh love, oh love....

let me be the only one
to keep you from the cold
now the floor of heaven's lain
with stars of brightest gold

they shine for you - they shine for you
they burn for all to see
come into these arms again
and set this spirit free

para federico - annie lennox // why



how many times do i have to try to tell you
that i'm sorry for the things i've done
but when i start to try to tell you
that's when you have to tell me
hey, this kind of trouble's only just begun
i tell myself too many times
why don't you ever learn to keep your big mouth shut
that's why it hurts so bad to hear the words
that keep on falling from your mouth
falling from your mouth
falling from your mouth
tell me...
why
why
i may be mad
i may be blind
i may be viciously unkind
but i can still read what you're thinking
and i've heard it said too many times
that you'd be better off
besides...
why can't you see this boat is sinking
let's go down to the water's edge
and we can cast away those doubts
some things are better left unsaid
but they still turn me inside out
turning inside out turning inside out
tell me...
why
tell me...
why
this is the book i never read
these are the words i never said
this is the path i'll never tread
these are the dreams i'll dream instead
this is the joy that's seldom spread
these are the tears...
the tears we shed
this is the fear
this is the dread
these are the contents of my head
and these are the years that we have spent
and this is what they represent
and this is how i feel
do you know how i feel?
'cause i don't think you know how i feel
i don't think you know what i feel
i don't think you know what i feel
you don't know what i feel

para federico - annie lennox // every time we say goodbye



everytime we say goodbye, i die a little,
everytime we say goodbye, i wonder why a little,
why the Gods above me, who must be in the know.
think so little of me, they allow you to go.
when you're near, there's such an air of spring about it,
i can hear a lark somewhere, begin to sing about it,
there's no love song finer, but how strange the change
from major to minor,
everytime we say goodbye.
when you're near, there's such an air of spring about it,
i can hear a lark somewhere, begin to sing about it,
there's no love song finer, but how strange the change
from major to minor,
everytime we say goodbye.

miércoles, 26 de octubre de 2011

rosa luxemburg (alemania, 1871 – 1919 // el orden reina en berlín

el orden reina en berlín*
(14 de enero de 1919)

"el orden reina en varsovia", anunció el ministro sebastiani a la cámara de parís en 1831 cuando, después de haber lanzado su terrible asalto sobre el barrio de praga, la soldadesca de paskievitch había entrado en la capital polaca para dar comienzo a su trabajo de verdugos contra los insurgentes.
"¡el orden reina en berlín!", proclama triunfante la prensa burguesa, proclaman ebert y noske, proclaman los oficiales de las "tropas victoriosas2 a las que la chusma pequeñoburguesa de berlín acoge en las calles agitando sus pañuelos y lanzando sus ¡hurras! la gloria y el honor de las armas alemanas se han salvado ante la historia mundial. los lamentables vencidos de flandes y de las ardenas han restablecido su renombre con una brillante victoria sobre...los 300 "espartaquistas" del vorwärts. las gestas del primer y glorioso avance de las tropas alemanas sobre bélgica, las gestas del general von emmich, el vencedor de lieja, palidecen ante las hazañas de reinhardt y cía., en las calles de berlín. parlamentarios que habían acudido a negociar la rendición del vorwärts asesinados, destrozados a golpes de culata por la soldadesca gubernamental hasta el punto de que sus cadáveres eran completamente irreconocibles, prisioneros colgados de la pared y asesinados de tal forma que tenían el cráneo roto y la masa cerebral esparcida: ¿quién piensa ya a la vista de estas gloriosas hazañas en las vergonzosas derrotas ante franceses, ingleses y americanos? "espartaco" se llama el enemigo y berlín el lugar donde nuestros oficiales entienden que han de vencer. noske, el "obrero", se llama el general que sabe organizar victorias allí donde ludendorff ha fracasado.
¿cómo no pensar aquí en la borrachera de victoria de la jauría que impuso el "orden" en parís, en la bacanal de la burguesía sobre los cadáveres de los luchadores de la comuna? ¡esa misma burguesía que acaba de capitular vergonzosamente ante los prusianos y de abandonar la capital del país al enemigo exterior para poner pies en polvorosa como el último de los cobardes! pero frente a los proletarios de parís, hambrientos y mal armados, contra sus mujeres e hijos indefensos, ¡cómo volvía a florecer el coraje viril de los hijitos de la burguesía, de la "juventud dorada", de los oficiales! ¡cómo se desató la bravura de esos hijos de marte humillados poco antes ante el enemigo exterior ahora que se trataba de ser bestialmente crueles con indefensos, con prisioneros, con caídos!
"¡el orden reina en varsovia!", "¡el orden reina en parís!", "¡el orden reina en berlín!", esto es lo que proclaman los guardianes del "orden" cada medio siglo de un centro a otro de la lucha histórico-mundial. y esos eufóricos "vencedores" no se percatan de que un "orden" que periódicamente ha de ser mantenido con esas carnicerías sangrientas marcha ineluctablemente hacia su fin. ¿qué ha sido esta última "semana de espartaco" en berlín, qué hatraído consigo, qué enseñanzas nos aporta? aun en medio de la lucha, en medio del clamor de victoria de la contrarrevolución han de hacer los proletarios revolucionarios el balance de lo acontecido, han de medir los acontecimientos y sus resultados según la gran medida de la historia. la revolución no tiene tiempo que perder, la revolución sigue avanzando hacia sus grandes metas aún por encima de las tumbas abiertas, por encima de las "victorias" y de las "derrotas". la primera tarea de los combatientes por el socialismo internacional es seguir con lucidez sus líneas de fuerza, sus caminos.
¿podía esperarse una victoria definitiva del proletariado revolucionario en el presente enfrentamiento, podía esperarse la caída de los ebert-scheidemann y la instauración de la dictadura socialista? desde luego que no si se toman en consideración la totalidad de los elementos que deciden sobre la cuestión. la herida abierta de la causa revolucionaria en el momento actual, la inmadurez política de la masa de los soldados, que todavía se dejan manipular por sus oficiales con fines antipopulares y contrarrevolucionarios, es ya una prueba de que en el presente choque no era posible esperar una victoria duradera de la revolución. por otra parte, esta inmadurez del elemento militar no es sino un síntoma de la inmadurez general de la revolución alemana.
el campo, que es de donde procede un gran porcentaje de la masa de soldados, sigue sin estar apenas tocado por la revolución. berlín sigue estando hasta ahora prácticamente asilado del resto del país. es cierto que en provincias los centros revolucionarios -renania, la costa norte, braunschweig, sajonia, württemberg- están con cuerpo y alma al lado de los proletarios de berlín. pero lo que sobre todo falta es coordinación en la marcha hacia adelante, la acción común directa que le daría una eficacia incomparablemente superior a la ofensiva y a la rapidez de movilización de la clase obrera berlinesa. por otra parte, las luchas económicas, la verdadera fuerza volcánica que impulsa hacia adelante la lucha de clases revolucionaria, están todavía -lo que no deja de tener profundas relaciones con las insuficiencias políticas de la revolución apuntadas- en su estadio inicial.
de todo esto se desprende que en este momento era imposible pensar en una victoria duradera y definitiva. ¿ha sido por ello un "error" la lucha de la última semana? sí, si se hubiera tratado meramente de una "ofensiva " intencionada, de lo que se llama un "putsch". sin embargo, ¿cuál fue el punto de partida de la última semana de lucha? al igual que en todos los casos anteriores, al igual que el 6 de diciembre y el 24 de diciembre: ¡una brutal provocación del gobierno! igual que el baño de sangre a que fueron sometidos manifestantes indefensos de la chausseestrasse e igual que la carnicería de los marineros, en esta ocasión el asalto a la jefatura de policía de berlín fue la causa de todos los acontecimientos posteriores. la revolución no opera como le viene en gana, no marcha en campo abierto, según un plan inteligentemente concebido por los "estrategas". sus enemigos también tienen la iniciativa, sí, y la emplean por regla general más que la misma revolución.
ante el hecho de la descarada provocación por parte de los ebert-scheidemann, la clase obrera revolucionaria se vió obligada a recurrir a las armas. para la revolución era una cuestión de honor dar inmediatamente la más enérgica respuesta al ataque, so pena de que la contrarrevolución se creciese con su nuevo paso adelante y de que las filas revolucionarias del proletariado y el crédito moral de la revolución alemana en la Internacional sufriesen grandes pérdidas.
por lo demás, la inmediata resistencia que opusieron las masas berlinesas fue tan espontánea y llena de una energía tan evidente que la victoria moral estuvo desde el primer momento de parte de la "calle".
pero hay una ley vital interna de la revolución que dice que nunca hay que pararse, sumirse en la inacción, en la pasividad después de haber dado un primer paso adelante. la mejor defensa es el ataque. esta regla elemental de toda lucha rige sobre todos los pasos de la revolución. era evidente -y haberlo comprendido así testimonia el sano instinto, la fuerza interior siempre dispuesta del proletariado berlinés- que no podía darse por satisfecho con reponer a eichhorn en su puesto. espontáneamente se lanzó a la ocupación de otros centros de poder de la contrarrevolución: la prensa burguesa, las agencias oficiosas de prensa, el vorwärts. todas estas medidas surgieron entre las masas a partir del convencimiento de que la contrarrevolución, por su parte, no se iba a conformar con la derrota sufrida, sino que iba a buscar una prueba de fuerza general.
aquí también nos encontramos ante una de las grandes leyes históricas de la revolución frente a la que se estrellan todas las habilidades y sabidurías de los pequeños "revolucionarios" al estilo de los del u.s.p., que en cada lucha sólo se afanan en buscar una cosa, pretextos para la retirada. una vez que el problema fundamental de una revolución ha sido planteado con total claridad -y ese problema es en esta revolución el derrocamiento del gobierno ebert-scheidemann, en tanto que primer obstáculo para la victoria del socialismo- entonces ese problema no deja de aparecer una y otra vez en toda su actualidad y con la fatalidad de una ley natural; todo episodio aislado de la lucha hace aparecer el problema con todas sus dimensiones por poco preparada que esté la revolución para darle solución, por poco madura que sea todavía la situación. "¡abajo ebert-scheidemann!", es la consigna que aparece inevitablemente a cada crisis revolucionaria en tanto que única fórmula que agota todos los conflictos parciales y que, por su lógica interna, se quiera o no, empuja todo episodio de lucha a su mas extremas consecuencias.
de esta contradicción entre el carácter extremo de las tareas a realizar y la inmadurez de las condiciones previas para su solución en la fase inicial del desarrollo revolucionario resulta que cada lucha se salda formalmente con una derrota. ¡pero la revolución es la única forma de "guerra" -también es ésta una ley muy peculiar de ella- en la que la victoria final sólo puede ser preparada a través de una serie de "derrotas"!
¿qué nos enseña toda la historia de las revoluciones modernas y del socialismo? la primera llamarada de la lucha de clases en europa, el levantamiento de los tejedores de seda de lyon en 1831, acabó con una severa derrota. el movimiento cartista en Inglaterra también acabó con una derrota. la insurrección del proletariado de parís, en los días de junio de 1848, finalizó con una derrota asoladora. la comuna de parís se cerró con una terrible derrota. todo el camino que conduce al socialismo -si se consideran las luchas revolucionarias- está sembrado de grandes derrotas.
y, sin embargo, ¡ese mismo camino conduce, paso a paso, ineluctablemente, a la victoria final! ¡dónde estaríamos nosotros hoy sin esas "derrotas", de las que hemos sacado conocimiento, fuerza, idealismo! hoy, que hemos llegado extraordinariamente cerca de la batalla final de la lucha de clases del proletariado, nos apoyamos directamente en esas derrotas y no podemos renunciar ni a una sola de ellas, todas forman parte de nuestra fuerza y nuestra claridad en cuanto a las metas a alcanzar.
las luchas revolucionarias son justo lo opuesto a las luchas parlamentarias. en alemania hemos tenido, a lo largo de cuatro decenios, sonoras "victorias" parlamentarias, íbamos precisamente de victoria en victoria. y el resultado de todo ello fue, cuando llegó el día de la gran prueba histórica, cuando llegó el 4 de agosto de 1914, una aniquiladora derrota política y moral, un naufragio inaudito, una bancarrota sin precedentes. las revoluciones, por el contrario, no nos han aportado hasta ahora sino graves derrotas, pero esas derrotas inevitables han ido acumulando una tras otra la necesaria garantía de que alcanzaremos la victoria final en el futuro.
¡pero con una condición! es necesario indagar en qué condiciones se han producido en cada caso las derrotas. la derrota, ¿ha sobrevenido porque la energía combativa de las masas se ha estrellado contra las barreras de unas condiciones históricas inmaduras o se ha debido a la tibieza, a la indecisión, a la debilidad interna que ha acabado paralizando la acción revolucionaria?
ejemplos clásicos de ambas posibilidades son, respectivamente, la revolución de febrero en francia y la revolución de marzo alemana. la heroica acción del proletariado de parís en 1848 ha sido fuente viva de energía de clase para todo el proletariado internacional. por el contrario las miserias de la revolución de marzo en alemania han entorpecido la marcha de todo el moderno desarrollo alemán igual que una bola de hierro atada a los pies. han ejercido su influencia a lo largo de toda la particular historia de la socialdemocracia oficial alemana llegando incluso a repercutir en los más recientes acontecimientos de la revolución alemana, incluso en la dramática crisis que acabamos de vivir.
¿qué podemos decir de la derrota sufrida en esta llamada semana de espartaco a la luz de las cuestiones históricas aludidas más arriba? ¿ha sido una derrota causada por el ímpetu de la energía revolucionaria chocando contra la inmadurez de la situación o se ha debido a las debilidades e indecisiones de nuestra acción?
¡las dos cosas a la vez! el carácter doble de esta crisis, la contradicción entre la intervención ofensiva, llena de fuerza, decidida, de las masa berlinesas y la indecisión, las vacilaciones, la timidez de la dirección ha sido uno de los datos peculiares del más reciente episodio.
la dirección ha fracasado. pero la dirección puede y debe ser creada de nuevo por las masas y a partir de las masas. las masas son lo decisivo, ellas son la roca sobre la que se basa la victoria final de la revolución. las masas han estado a la altura, ellas han hecho de esta "derrota" una pieza más de esa serie de derrotas históricas que constituyen el orgullo y la fuerza del socialismo internacional. y por eso, del tronco de esta "derrota" florecerá la victoria futura.
"¡el orden reina en brlín!", ¡esbirros estúpidos! vestro orden está edificado sobre arena. la revolución, mañana ya "se elevará de nuevo con estruendo hacia lo alto" y proclamará, para terror vuestro, entre sonido de trompetas:

¡fui, soy y seré!

*escrito el 14 de enero de 1919, la víspera de ser asesinada por los soldados de la caballería de la guardia del gobierno del s.p.d.

martes, 25 de octubre de 2011

totó la momposina (sonia bazanta vides, colombia, 1948 - ) // la cumbia está herida

totó la momposina (sonia bazanta vides, colombia, 1948 - ) // yo soy la cumbia

totó la momposina (sonia bazanta vides, colombia, 1948 - ) // la verdolaga

totó la momposina (sonia bazanta vides, colombia, 1948 - ) // la sombra negra

totó la momposina (sonia bazanta vides, colombia, 1948 - ) // ven pronto

lunes, 24 de octubre de 2011

julio florencio cortázar (bélgica/argentina,1914 - 1984) // cuentos - continuidad de los parques / los testigos

continuidad de los parques

había empezado a leer la novela unos días antes. la abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. el puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. a partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. el doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. empezaba a anochecer.
sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. ella debía seguir por la senda que iba al norte. desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. los perros no debían ladrar, y no ladraron. el mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. subió los tres peldaños del porche y entró. desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. en lo alto, dos puertas. nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. la puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.


los testigos

cuando le conté a polanco que en mi casa había una mosca que volaba de espaldas, siguió uno de esos silencios que parecen agujeros en el gran queso del aire. claro que polanco es un amigo, y acabó por preguntarme cortésmente si estaba seguro. como no soy susceptible le expliqué en detalle que había descubierto la mosca en la página 231 de olver twist, es decir que yo estaba leyendo oliver twist con puertas y ventanas cerradas, y que el levantar la vista justamente en el momento en que el maligno sykes iba a matar a la pobre nancy, vi tres moscas que volaban patas arriba. lo que entonces dijo polanco es totalmente idiota, pero no vale la pena transcribirlo sin explicar antes cómo pasaron las cosas.
al principio a mí no me pareció tan raro que una mosca volara patas arriba si le daba la gana, porque aunque jamás había visto semejante comportamiento, la ciencia enseña que eso no es una razón para rechazar los datos de los sentidos frente a cualquier novedad. se me ocurrió que a lo mejor el pobre animalito era tonto o tenía lesionados los centros de orientación y estabilidad, pero poco me bastó para darme cuenta de que esa mosca era tan vivaracha y alegre como sus dos compañeras que volaban con gran ortodoxia patas abajo. sencillamente esta mosca volaba de espaldas, lo que entre otras cosas le permitía posarse cómodamente en el cielo raso; de tanto en tanto se acercaba y se adhería a él sin el menor esfuerzo. como todo tiene su compensación, cada vez que se le antojaba descansar sobre mi caja de habanos se veía precisada a rizar el rizo, como tan bien traducen en barcelona los textos ingleses de aviación, mientras sus dos compañeras se posaban como reinas sobre la etiqueta «made in havana» donde romeo abraza enérgicamente a julieta. apenas se cansaba de shakespeare, la mosca despegaba de espaldas y revoloteaba en compañía de las otras dos formando esos dos insensatos que pauwels y bergier se obstinan en llamar brownianos. la cosa era extraña, pero a la vez tenía un aire curiosamente natural, como si no pudiera ser de otra manera; abandonando a la pobre nancy en manos de sykes (¿qué se puede hacer contra un crimen cometido hace un siglo?), me trepé al sillón y traté de lidiar más de cerca un comportamiento en el que rivalizaban lo supino y lo insólito. cuando la señora fotheringham vino a avisarme que la cena estaba servida (vivo en una pensión), le contesté sin abrir la puerta que bajaría en dos minutos y, de paso, ya que la tenía orientada en el tema temporal, le pregunté cuánto vivía una mosca. la señora fotheringham, que conoce a sus huéspedes, me contestó sin la menor sorpresa que entre diez y quince días, y que no dejara enfriar el pastel de conejo. me bastó la primera de las dos noticias para decidirme -esas decisiones son como el salto de la pantera- a investigar y a comunicar al mundo de la ciencia mi diminuto aunque alarmante descubrimiento.
tal corno se lo conté después a polanco, vi en seguida las dificultades prácticas. vuele boca abajo o de espaldas, una mosca se escapa de cualquier parte con probada soltura aprisionada en un bocal e incluso en una caja de vidrio puede perturbar su comportamiento o acelerar su muerte. de los diez o quince días de vida, ¿cuántos le quedaba a este animalito que ahora flotaba patas arriba en un estado de gran placidez, a treinta centímetros de mi cara? comprendí que si avisaba al museo de historia natural, mandarían a algún gallego armado de una red que acabaría en un plaf con mi increíble hallazgo. si la filmaba (polanco hace cine, aunque con mujeres), corría el doble riesgo de que los reflectores estropeasen el mecanismo de vuelo de mi mosca, devolviéndolo en una de esas a la normalidad con enorme desencanto de polanco, de mí mismo y hasta probablemente de la mosca, aparte de que los espectadores futuros nos acusarían sin duda de un innoble truco fotográfico. en menos de una hora (había que pensar que la vida de la mosca corría con una aceleración enorme si se la comparaba con la mía) decidí que la única solución era ir reduciendo poco a poco las dimensiones de mi habitación hasta que la mosca y yo quedáramos incluidos en un mínimo de espacio, condición científica imprescindible para que mis observaciones fuesen de una precisión intachable (llevaría un diario, tomaría fotos, etc.) y me permitieran preparar la comunicación correspondiente, no sin antes llamar a polanco para que testimoniara tranquilizadoramente no tanto sobre el vuelo de la mosca como acerca de mi estado mental.
abreviaré la descripción de los infinitos trabajos que siguieron, de la lucha contra el reloj y la señora fotheringham. resuelto el problema de entrar y salir siempre que la mosca estuviera lejos de la puerta (una de las otras dos se había escapado la primera vez, lo cual era una suerte; a la otra la aplasté implacablemente contra un cenicero) empecé a acarrear los materiales necesarios para la reducción del espacio, no sin antes explicarle a la señora fotheringham que se trataba de modificaciones transitorias, y alcanzarle por la puerta apenas entornada sus ovejas de porcelana, el retrato de lady hamilton y la mayoría de los muebles, esto último con el riesgo terrible de tener que abrir de par en par la puerta mientras la mosca dormía en el cielo raso o se lavaba la cara sobre mi escritorio. durante la primera parte de estas actividades me vi forzado a observar con mayor atención a la señora fotheringham que a la mosca, pues veía en ella una creciente tendencia a llamar a la policía, con la que desde luego no hubiese podido entenderme por un resquicio de la puerta. lo que más inquietó a la señora fotheringham fue el ingreso de las enormes planchas de cartón prensado, pues naturalmente no podía comprender su objeto y yo no me hubiera arriesgado a confiarle la verdad pues la conocía lo bastante como para saber que la manera de volar de las moscas la tenía majestuosamente sin cuidado; me limité a asegurarle que estaba empeñado en unas proyecciones arquitectónicas vagamente vinculadas con las ideas de palladio sobre la perspectiva en los teatros elípticos, concepto que recibió con la misma expresión de una tortuga en circunstancias parecidas. prometí además indemnizarla por cualquier daño, y unas horas después ya tenía instaladas las planchas a dos metros de las paredes y del cielo raso, gracias a múltiples prodigios de ingenio, "scotchtape" y ganchitos. la mosca no me parecía descontenta ni alarmada; seguía volando patas arriba, y ya llevaba consumida buena parte del terrón de azúcar y del dedalito de agua amorosamente colocados por mí en el lugar más cómodo. no debo olvidarme de señalar (todo era prolijamente anotado en mi diario) que polanco no estaba en su casa, y que una señora de acento panameño atendía el teléfono para manifestarme su profunda ignorancia del paradero de mi amigo. solitario y retraído como vivo, sólo en polanco podía confiar; a la espera de su reaparición decidí continuar el estrechamiento del "habitat" de la mosca a fin de que la experiencia se cumpliera en condiciones óptimas. tuve la suerte de que la segunda tanda de planchas de cartón fuera mucho más pequeña que la anterior, como puede imaginarlo todo propietario de una muñeca rusa, y que la señora fotheringham me viera acarrearla e introducirla en mi aposento sin tomar otras medidas que llevarse una mano a la boca mientras con la otra elevaba por el aire un plumero tornasolado.
preví, con el temor consiguiente, que el ciclo vital de mi mosca se estuviera acercando a su fin; aunque no ignoro que el subjetivismo vicia las experiencias, me pareció advertir que se quedaba más tiempo descansando o lavándose la cara, como si el vuelo la fatigara o la aburriera. la estimulaba levemente con un vaivén de la mano, para cerciorarme de sus reflejos, y la verdad era que el animalito salía como una flecha patas arriba, sobrevolaba el espacio cúbico cada vez más reducido, siempre de espaldas, y a ratos se acercaba a la plancha que hacía de cielo raso y se adhería con una negligente perfección que le faltaba, me duele decirlo, cuando aterrizaba sobre el azúcar o mi nariz. polanco no estaba en su casa.
al tercer día, mortalmente aterrado ante la idea de que la mosca podía llegar a su término en cualquier momento (era irrisorio pensar que me la encontraría de espaldas en el suelo, inmóvil para siempre e idéntica a todas las otras moscas) traje la última serie de planchas, que redujeron el espacio de observación a un punto tal que ya me era imposible seguir de pie y tuve que fabricarme un ángulo de observación a ras del suelo con ayuda de los almohadones y una colchoneta que la señora fotheringham me alcanzó llorando. a esta altura de mis trabajos el problema era entrar y salir: cada vez había que apartar y reponer con mucho cuidado tres planchas sucesivas, cuidando no dejar el menor resquicio, hasta llegar a la puerta de mi pieza tras de la cual tendían a amontonarse algunos pensionistas. por eso, cuando escuché la voz en el teléfono, solté un grito que él y su otorrinolaringólogo calificarían más tarde severamente. Inicié entonces un balbuceo explicativo, que polanco cortó ofreciéndose a venir inmediatamente a casa, pero como los dos y la mosca no íbamos a caber en un pequeño espacio, entendí que primero tenía que ponerlo en conocimiento de los hechos para que más tarde entrara como único observador y fuera testigo de que la mosca podía estar loca, pero yo no. lo cité en el café de la esquina de su casa, y ahí, entre dos cervezas, le conté.
polanco encendió la pipa y me miró un rato. evidentemente estaba impresionado, y hasta se me ocurre que un poco pálido. creo haber dicho ya que al comienzo me preguntó cortésmente si yo estaba seguro de lo que le decía. debió convencerse, porque siguió fumando y meditando, sin ver que ya no quería perder tiempo (¿y si ya estaba muerta, y si ya estaba muerta?) y que pagaba las cervezas para decidirlo de una vez por todas.
como no se decidía me encolericé y aludí a su obligación moral de secundarme en algo que sólo sería creído cuando hubiera un testigo digno de fe. se encogió de hombros, como si de pronto hubiera caído sobre él una abrumadora melancolía.
-es inútil, pibe -me dijo al fin-. a vos a lo mejor te van a creer aunque yo no te acompañe. en cambio a mí...
-¿a vos? ¿y por qué no te van a creer a vos?
-porque es todavía peor, hermano -murmuró polanco-. mirá, no es normal ni decente que una mosca vuele de espaldas. no es ni siquiera lógico si vamos al caso.
-¡te digo que vuela así! -grité, sobresaltando a varios parroquianos.
-claro que vuela, así. pero en realidad esa mosca sigue volando como cualquier mosca, sólo que le tocó ser la excepción. lo que ha dado media vuelta es todo el resto -dijo polanco-. ya te podés dar cuenta de que nadie me lo va a creer, sencillamente porque no se puede demostrar y en cambio la mosca está ahí bien clarita. de manera que mejor vamos y te ayudo a desarmar los cartones antes de que te echen de la pensión, no te parece.

marco aurelio (marco aurelio antonino augusto, el sabio, roma, 121 – 180) // meditaciones - libro II

meditaciones - libro II

1. al despuntar la aurora, hazte estas consideraciones previas: me encontraré con un indiscreto, un ingrato, un insolente, un mentiroso, un envidioso, un insociable. todo eso les acontece por ignorancia de los bienes y de los males. pero yo, que he observado que la naturaleza del bien es lo bello, y que la del mal es lo vergonzoso, y que la naturaleza del pecador mismo es pariente de la mía, porque participa, no de la misma sangre o de la misma semilla, sino de la inteligencia y de una porción de la divinidad, no puedo recibir daño de ninguno de ellos, pues ninguno me cubrirá de vergüenza; ni puedo enfadarmecon mi pariente ni odiarle. pues hemos nacido para colaborar, al igual que los pies, las manos, los párpados, las hileras de dientes, superiores e inferiores. obrar, pues, como adversarios los unos de los otros es contrario a la naturaleza. y es actuar como adversario el hecho de manifestar indignación y repulsa.
2. esto es todo lo que soy: un poco de carne, un breve hálito vital, y el guía interior. ¡deja los libros! no te dejes distraer más; no te está permitido. sino que, en la idea de que eres ya un moribundo, desprecia la carne: sangre y polvo, huesecillos, fino tejido de nervios, de diminutas venas y arterias. mira también en qué consiste el hálito vital: viento, y no siempre el mismo, pues en todo momento se vomita y de nuevo se succiona. en tercer lugar, pues, te queda el guía interior. reflexiona así: eres viejo; no consientas por más
tiempo que éste sea esclavo, ni que siga aún zarandeado como marioneta por instintos egoístas, ni que se enoje todavía con el destino presente o recele del futuro.
3. las obras de los dioses están llenas de providencia, las de la fortuna no están separadas de la naturaleza o de la trama y entrelazamiento de las cosas gobernadas por la providencia. de allí fluye todo. se añade lo necesario y lo conveniente para el conjunto del universo, del que formas parte. para cualquier parte de naturaleza es bueno aquello que colabora con la naturaleza del conjunto y lo que es capaz de preservarla. y conservan el mundo tanto las transformaciones de los elementos simples como las de los compuestos. sean suficientes para ti estas reflexiones, si son principios básicos. aparta tu sed de libros, para no morir gruñendo, sino verdaderamente resignado y agradecido de corazón a los dioses.
4. recuerda cuánto tiempo hace que difieres eso y cuántas veces has recibido avisos previos de los dioses sin aprovecharlos. preciso es que a partir de este momento te des cuenta de qué mundo eres parte y de qué gobernante del mundo procedes como emanación, y comprenderás que tu vida está circunscrita a un período de tiempo limitado. caso de que no aproveches esta oportunidad para serenarte, pasará, y tú también pasarás, y ya no habrá otra.
5. a todas horas, preocúpate resueltamente, como romano y varón, de hacer lo que tienes entre manos con puntual y no fingida gravedad, con amor, libertad y justicia, y procúrate tiempo libre para liberarte de todas las demás distracciones. y conseguirás tu propósito, si ejecutas cada acción como si se tratara de la última de tu vida, desprovista de toda irreflexión, de toda aversión apasionada que te alejara del dominio de la razón, de toda hipocresía, egoísmo y despecho en lo relacionado con el destino. estás viendo cómo son pocos los principios que hay que dominar para vivir una vida de curso favorable y de respeto a los dioses. porque los dioses nada más reclamarán a quien observa estospreceptos.
6. ¡te afrentas, te afrentas, alma mía! y ya no tendrás ocasión de honrarte. ¡breve es la vida para cada uno! tú, prácticamente, la has consumido sin respetar el alma que te pertenece, y, sin embargo, haces depender tu buena fortuna del alma de otros.
7. no te arrastren los accidentes exteriores; procúrate tiempo libre para aprender algo bueno y cesa ya de girar como un trompo. en adelante, debes precaverte también de otra desviación. porque deliran también, en medio de tantas ocupaciones, los que están cansados de vivir y no tienen blanco hacia el que dirijan todo impulso y, en suma, su imaginación.
8. no es fácil ver a un hombre desdichado por no haberse detenido a pensar qué ocurre en el alma de otro. pero quienes no siguen con atención los movimientos de su propia alma, fuerza es que sean desdichados.
9.es preciso tener siempre presente esto: cuál es la naturaleza del conjunto y cuál es la mía, y cómo se comporta ésta respecto a aquélla y qué parte, de qué conjunto es; tener presente también que nadie te impide obrar siempre y decir lo que es consecuente con la naturaleza, de la cual eres parte.
10. desde una perspectiva filosófica afirma teofrasto en su comparación de las faltas, como podría compararlas un hombre según el sentido común, que las faltas cometidas por concupiscencia son más graves que las cometidas por ira. porque el hombre que monta en cólera parece desviarse de la razón con cierta pena y congoja interior; mientras que la persona que yerra por concupiscencia, derrotado por el placer, se muestra más flojo y afeminado en sus faltas. con razón, pues, y de manera digna de un filósofo, dijo que el
que peca con placer merece mayor reprobación que el que peca con dolor. en suma, el primero se parece más a un hombre que ha sido víctima de una injusticia previa y que se ha visto forzado a montar en cólera por dolor; el segundo se ha lanzado a la injusticia por sí mismo, movido a actuar por concupiscencia.
11. en la convicción de que puedes salir ya de la vida, haz, di y piensa todas y cada una de las cosas en consonancia con esta idea. pues alejarse de los hombres, si existen dioses, en absoluto es temible, porque éstos no podrían sumirte en el mal. mas, si en verdad no existen, o no les importan los asuntos humanos, ¿a qué vivir en un mundo vacío de dioses o vacío de providencia? pero sí, existen, y les importan las cosas
humanas, y han puesto todos los medios a su alcance para que el hombre no sucumba a los verdaderos males. y si algún mal quedara, también esto lo habrían previsto, a fin de que contara el hombre con todos los medios para evitar caer en él. pero lo que no hace peor a un hombre, ¿cómo eso podría hacer peor su vida? ni por ignorancia ni conscientemente, sino por ser incapaz de prevenir o corregir estos defectos, la naturaleza
del conjunto lo habría consentido. y tampoco por incapacidad o inhabilidad habría cometido un error de tales dimensiones como para que les tocaran a los buenos y a los malos indistintamente, bienes y males a partes iguales. sin embargo, muerte y vida, gloria e infamia, dolor y placer, riqueza y penuria, todo eso acontece indistintamente al hombre bueno y al malo, pues no es ni bello ni feo. porque, efectivamente, no son bienes ni males.
12. ¡cómo en un instante desaparece todo: en el mundo, los cuerpos mismos, y en el tiempo, su memoria! ¡cómo es todo lo sensible, y especialmente lo que nos seduce por placer o nos asusta por dolor o lo que nos hace gritar por orgullo; cómo todo es vil, despreciable, sucio, fácilmente destructible y cadáver! ¡eso debe considerar la facultad de la inteligencia! ¿qué son esos, cuyas opiniones y palabras procuran buena fama ¿qué es la muerte? porque si se la mira a ella exclusivamente y se abstraen, por división de su
concepto, los fantasmas que la recubren, ya no sugerirá otra cosa sino que es obra de la naturaleza. y si alguien teme la acción de la naturaleza, es un chiquillo. pero no sólo es la muerte acción de la naturaleza, sino también acción útil a la naturaleza. cómo el hombre entra en contacto con dios y por qué parte de sí mismo, y, en suma, cómo está dispuesta esa pequeña parte del hombre.
13. nada más desventurado que el hombre que recorre en círculo todas las cosas y «que indaga», dice, «las profundidades de la tierra», y que busca, mediante conjeturas, lo que ocurre en el alma del vecino, pero sin darse cuenta de que le basta estar junto a la única divinidad que reside en su interior y ser su sincero servidor. y el culto que se le debe consiste en preservarla pura de pasión, de irreflexión y de disgusto contra lo que procede de los dioses y de los hombres. porque lo que procede de los dioses es respetable por su
excelencia, pero lo que procede de los hombres nos es querido por nuestro parentesco, y a veces, incluso, en cierto modo, inspira compasión, por su ignorancia de los bienes y de los males, ceguera no menor que la que nos priva de discernir lo blanco de lo negro.
14. aunque debieras vivir tres mil años y otras tantas veces diez mil, no obstante recuerda que nadie pierde otra vida que la que vive, ni vive otra que la que pierde. en consecuencia, lo más largo y lo más corto confluyen en un mismo punto. el presente, en efecto, es igual para todos, lo que se pierde es también igual, y lo que se separa es, evidentemente, un simple instante. luego ni el pasado ni el futuro se podría perder,
porque lo que no se tiene, ¿cómo nos lo podría arrebatar alguien? ten siempre presente, por tanto, esas dos cosas: una, que todo, desde siempre, se presenta de forma igual y describe los mismos círculos, y nada importa que se contemple lo mismo durante cien años, doscientos o un tiempo indefinido; la otra, que el que ha vivido más tiempo y el que morirá más prematuramente, sufren idéntica pérdida. porque sólo se nos puede privar del presente, puesto que éste sólo posees, y lo que uno no posee, no lo puede perder.
15. «que todo es opinión». evidente es lo que se dice referido al cínico mónimo. evidente también, la utilidad de lo que se dice, si se acepta lo sustancial del dicho, en la medida en que es oportuno.
16. el alma del hombre se afrenta, sobre todo, cuando, en lo que de ella depende, se convierte en pústula y en algo parecido a una excrecencia del mundo. porque enojarse con algún suceso de los que se presentan es una separación de la naturaleza, en cuya parcela se albergan las naturalezas de cada uno de los restantes seres. en segundo lugar, se afrenta también, cuando siente aversión a cualquier persona o se comporta hostilmente con intención de dañarla, como es el caso de las naturalezas de los que montan en cólera. en tercer lugar, se afrenta, cuando sucumbe al placer o al pesar. en cuarto lugar, cuando es hipócrita y hace o dice algo con ficción o contra la verdad. en quinto lugar cuando se desentiende de una actividad o impulso que le es propio, sin perseguir ningún objetivo, sino que al azar e inconsecuentemente se aplica a cualquier tarea siendo así que, incluso las más insignificantes actividades deberían llevarse a cabo referidas a un fin. y el fin de los seres racionales es obedecer la razón y la ley de la ciudad y constitución más
venerable.
17. el tiempo de la vida humana, un punto; su sustancia, fluyente; su sensación, turbia; la composición del conjunto del cuerpo, fácilmente corruptible; su alma, una peonza; su fortuna, algo difícil de conjeturar; su fama, indescifrable. en pocas palabras: todo lo que pertenece al cuerpo, un río; sueño y vapor, lo que es propio del alma; la vida, guerra y estancia en tierra extraña; la fama póstuma, olvido. ¿qué, pues, puede darnos compañía? única y exclusivamente la filosofía. y ésta consiste en preservar el guía interior, exento
de ultrajes y de daño, dueño de placeres y penas, si hacer nada al azar, sin valerse de la mentira ni de la hipocresía, al margen de lo que otro haga o deje de hacer; más aún, aceptando lo que acontece y se le asigna como procediendo de aquel lugar de donde él mismo ha venido. y sobre todo, aguardando la muerte con pensamiento favorable, en la convicción de que ésta no es otra cosa que disolución de elementos de que está compuesto cada ser vivo. y si para los mismos elementos nada temible hay en el hecho de que cada uno se transforme de continuo en otro, ¿por qué recelar de la transformación y disolución de todas las cosas? pues esto es conforme a la naturaleza, y nada es malo si es conforme a la naturaleza.