travesías de desiertos y viajes en autostop
- (...) hoy podría responder que aprendí que hay acción en la espera y espera en la acción, que la diferencia entre espera y acción, en la vida, existe sólo para los ciegos , y, en el teatro, sólo para el espectador apresurado. aprendí a "ver", a penetrar más allá de la superficie, a escrutar para llegar al fondo, a concentrarme para reconocer lo esencial y distinguir lo superfluo de lo necesario. en aquel entonces pensaba que había que colaborar con la providencia; pero la providencia no es sólo lo que te salva del naufragio y hace perecer a todos los demás arrancándote la tabla a la que te agarras, para ahogarte en un desierto de agua. me consolaba diciéndome: tu, l´as volu george dandin ... pensaba en lao-tse, el viejo-niño que confiaba la guía de sus peregrinaciones a los pasos de un búfalo negro. pero esta imagen poética y sabia no me consolaba.
- (...) era una auténtica travesía del desierto. existe una técnica para sobrevivir a las horas que parecen eternas, para luchar contra la monotonía y la lentitud de una marcha que no parece conducir a ningún sitio, para resistir a la voz tentadora: "no vale la pena continuar". es imposible atravesar el desierto si uno piensa en sí mismo, hay que proyectar toda la fuerza mental, la voluntad, la pasión, hacia otra persona. (...)
lunes, 3 de octubre de 2011
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