jueves, 2 de junio de 2011

marina tsvetaeva (1892-1941) // poemas. 1

el poeta

el poeta trae de lejos la palabra.
al poeta lo lleva lejos la palabra.

entre sí y no, por baches indirectos
de parábolas, signos, planetas,
hasta lanzándose desde el campanario
agarra un garfio, pues el camino del cometa

es el camino del poeta. casuales eslabones
ése es su enlace. mirar las estrellas
de nada sirve! en el calendario
no se pronostican los eclipses del poeta

él es el que desordena los naipes,
falsea el peso y las cuentas,
el preguntón en el pupitre,
el que a kant para el arrastre deja.

el que en el pétreo foso de la bastilla
es como un árbol que crece en su belleza...
aquél de huellas siempre desaparecidas,
él que es el tren al que cualquiera
llega tarde,
su camino es el de los cometas.

el camino del poeta arde pero no calienta,
arranca pero no cría, estalla y se quiebra.
tu camino es el de enredadas cabelleras,
no pronosticado en el calendario del poeta.


yo te reconquisto

yo te reconquisto de toda tierra y celestial altura,
porque me es cuna el bosque, y el bosque sepultura,
porque en la tierra estoy, con un pie sólo, uno,
porque voy a cantarte como no canto a ninguno.

yo te reconquisto de todo tiempo y de toda espada,
de toda noche y de toda bandera dorada,
arrojaré las llaves y los mastines del umbral,
pues perro fiel soy yo en la noche terrenal.

te reconquisto de todos los demás, de la otra, de la una
no seré yo esposa de ninguno, ni serás tu esposo de ninguna,
y en la última lucha te sacaré, no reproches, calla!,
del que en la noche estuvo con Jacob en la batalla.

pero hasta que en tu pecho los dedos cruzar pueda
- oh maldito seas tú!- en ti mismo te quedas,
tus dos alas dirigidas al espacio profundo,
pues el mundo es tu cuna y tu sepulcro el mundo.


insinuarse

quizás la mejor victoria sea
sobre el tiempo y la atracción,
pasar sin dejar huellas,
pasar sin dejas sombra

en las paredes...

quizás renunciando
vencer? quién del espejo se borra?
así como lermontov en el cáucaso
colarse sin inquietud en las rocas.

es quizás la mejor diversión
con los dedos de sebastián bach
del órgano provocar el son?
despedazarse sin dejar

cenizas para la urna...

quizás por engaño
vencer? de toda latitud darse de alta?
así en el tiempo tal océano
colarse sin inquietar las aguas...


y no salvan ni estancias ni estrellas

y no salvan ni estancias ni estrellas,
pero esto quiere decir, que sin ellas,
cada vez castigo recojo,

me extendía sobre líneas persistentes,
buscaba sola sobre mi amplia frente
estrellas sólo, no ojos.

que os reconocí la fe, poderoso,
ni un solo momento, eros hermoso,
me fue vacío sin amaros!

que en la noche en la niebla solemne
busque en los dulces labios carmines,
rimas sólo y no labios.

castigo para el juez perverso
fui, nieve, y aquí cerca del pecho,
apoteosis gloriosa!

porqué ojo con ojo con el joven oriente
busqué en mi inmensa frente
el rosicler, no la rosa!

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