lunes, 6 de junio de 2011

walt whitman (estados unidos, (1819 - 1892) // poemas. 1

una hoja de hierba

creo que una hoja de hierba, no es menos
que el día de trabajo de las estrellas,
y que una hormiga es perfecta,
y un grano de arena,
y el huevo del régulo,
son igualmente perfectos,
y que la rana es una obra maestra,
digna de los señalados,
y que la zarzamora podría adornar,
los salones del paraíso,
y que la articulación más pequeña de mi mano,
avergüenza a las máquinas,
y que la vaca que pasta, con su cabeza gacha,
supera todas las estatuas,
y que un ratón es milagro suficiente,
como para hacer dudar,
a seis trillones de infieles.

descubro que en mí,
se incorporaron, el gneiss y el carbón,
el musgo de largos filamentos, frutas, granos y raíces.
que estoy estucado totalmente
con los cuadrúpedos y los pájaros,
que hubo motivos para lo que he dejado allá lejos
y que puedo hacerlo volver atrás,
y hacia mí, cuando quiera.
es vano acelerar la vergüenza,
es vano que las plutónicas rocas,
me envíen su calor al acercarme,
es vano que el mastodonte se retrase,
y se oculte detrás del polvo de sus huesos,
es vano que se alejen los objetos muchas leguas
y asuman formas multitudinales,
es vano que el océano esculpa calaveras
y se oculten en ellas los monstruos marinos,
es vano que el aguilucho
use de morada el cielo,
es vano que la serpiente se deslice
entre lianas y troncos,
es vano que el reno huya
refugiándose en lo recóndito del bosque,
es vano que las morsas se dirijan al norte
al labrador.
yo les sigo velozmente, yo asciendo hasta el nido
en la fisura del peñasco.

versión de león felipe


¡adiós, fantasía mía!

¡adiós, fantasía mía!
¡adiós, querida compañera, amor mío!
me voy, no sé adónde
ni hacia qué azares, ni sé si te volveré a ver jamás.
¡adiós, pues, fantasía mía!

déjame mirar atrás por última vez.
siento en mí el leve y menguante tic tac del reloj.
muerte, noche, y pronto se detendrá el latir de mi corazón.

durante mucho tiempo hemos vivido, gozado, y acariciado juntos,
en deliquio.
ahora hemos de separarnos. ¡adiós, fantasía mía!

pero no nos apresuremos.
largo tiempo, ciertamente, hemos vivido, dormido, nos hemos
mezclado el uno con el otro.
si morimos, pues, moriremos juntos (sí, continuaremos
siendo uno),
si vamos a algún sitio, iremos juntos a afrontar lo que ocurra:
quizás seremos más libres y alegres, y aprenderemos algo,
quizás me estés ya guiando hacia las verdaderas canciones,
(¿quién lo sabe?),
quizás eres tú el mortal pomo de la puerta que deshace, gira...
finalmente, pues, te digo:

¡adiós! ¡salud, fantasía mía!
versión de agustí bartra


cíñete a mí

cíñete a mí, noche del seno desnudo; cíñete a mí,
noche ardiente y nutricia!
noche de vientos del sur, noche de grandes y pocos luceros,
tú, que en la paz cabeceas, loca, desnuda noche de estío.
voluptuosa sonríe, ¡oh, tierra de fresco aliento !
tierra de árboles adormilados y líquidos,
tierra ya sin luz del ocaso, tierra de montes con cumbre de niebla,
tierra donde derrama cristales el plenilunio azulado,
tierra con manchas de luz y de sombra en las aguas del río,
tierra de límpido gris y de nubes que para mí son
más vivas y claras,
tierra de abrazo anchuroso, tierra ataviada con flor de manzano
sonríe ya, que tu amante se acerca.

versión de màrie manent


reconciliación

que a todos se diga: hermoso es como el cielo,
hermoso es que la guerra y sus lúgubres gestas sean al
fin derrotadas,
que sin cesar, muerte y noche, con manos fraternas y
suaves, las mancillas laven del mundo;
pues murió mi enemigo; un hombre, divino como yo mismo,
está muerto:
y le miro yacer, con blanco semblante y muy quieto, en el ataúd
-y me acerco,
me inclino, y rozan mis labios, en el ataúd, su faz blanca.

versión de màrie manent

tu mirada

me miraste a los ojos, penetrando,
en lo más profundo de mi alma.
el cristal azul de tus pupilas,
me mostraba, mi imagen reflejada.

me miraste y pediste temblorosa
que un te amo, saliera de mis labios,
pero ellos ya no tienen más palabras
pues los golpes de la vida los han cerrado.

me miraste y tu pelo se erizaba,
y una gota redonda en tu pupila
que brotó, de un corazón roto
y cayó recorriendo tu mejilla.

me miraste y tu rostro empapado
me exigía una palabra, una respuesta,
y mentí diciéndote te amo
por ganar de tu cara una sonrisa.

versión de leandro wolfson


oh capitán, mi capitán

oh capitán, mi capitán:
nuestro azaroso viaje ha terminado.
al fin venció la nave y el premio fue ganado.
ya el puerto se halla próximo,
ya se oye la campana
y ver se puede el pueblo que entre vítores,
con la mirada sigue la nao soberana.

mas ¿no ves, corazón, oh corazón,
cómo los hilos rojos van rodando
sobre el puente en el cual mi capitán
permanece extendido, helado y muerto?

oh capitán, mi capitán:
levántate aguerrido y escucha cual te llaman
tropeles de campanas.
por ti se izan banderas y los clarines claman.
son para ti los ramos, las coronas, las cintas.

por ti la multitud se arremolina,
por ti llora, por ti su alma llamea
y la mirada ansiosa, con verte, se recrea.

oh capitán, ¡mi padre amado!
voy mi brazo a poner sobre tu cuello.
es sólo una ilusión que en este puente
te encuentres extendido, helado y muerto.

mi padre no responde.
sus labios no se mueven.
está pálido, pálido. casi sin pulso, inerte.
no puede ya animarle mi ansioso brazo fuerte.
anclada está la nave: su ruta ha concluido.
feliz entra en el puerto de vuelta de su viaje.
la nave ya ha vencido la furia del oleaje.
oh playas, alegraos; sonad, claras campanas
en tanto que camino con paso triste, incierto,
por el puente donde está mi capitán
para siempre extendido, helado y muerto.

Versión de Nicolás Bayona Posada

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