martes, 5 de abril de 2011

samuel beckett (1906 - 1989) // poemas. 1 (seis poemas, 1947 - 1949)

bueno bueno es un país donde el olvido donde pesa el olvido
suavemente sobre mundos sin nombre
ahí callan la cabeza la cabeza es muda
y se sabe no no se sabe nada
muere el canto de las bocas muertas
hizo su viaje sobre la arena
no hay nada que llorar

mi soledad la conozco bueno la conozco mal
tengo tiempo eso es lo que me digo tengo tiempo
pero qué tiempo hueso ávido el tiempo del perro
del cielo que palidece sin cesar mi grano de cielo
del rayo que asciende ocelado temblando
de las micras de los años en tinieblas

quieren que vaya de a a b no puedo
no puedo salir estoy en un país sin huellas
sí sí es una cosa hermosa la que tienen ahí una cosa
muy hermosa
qué es no me hagan más preguntas
espiral polvo de instantes qué es lo mismo
la calma el amor el odio la calma la calma


muerte de a. d.

y ahí estar todavía ahí todavía ahí apretado a mi vieja tabla carcomida
de días y noches ciegamente triturados
de estar ahí de no huir de huir y estar ahí
inclinado hacia la confesión de un tiempo agonizante
haber sido lo que fue hace lo que hizo
de mí de mi amigo muerto ayer la mirada brillante
los dientes largos anhelante en su barba devorando
la vida de los santos una vida por día de vida
reviviendo en la noche sus negros pecados
muerto ayer mientras que yo vivía
y estar ahí bebiendo más alto que la tormenta
la culpa del tiempo irremisible
agarrado a la vieja madera testigo de partidas
testigo de retornos


viva muerta mi única estación lirios blancos crisantemos
fango de hojas de abril
hermosos días grises de escarcha


soy el curso de arena que se desliza entre el canto y la duna
la lluvia de verano llueve sobre mi vida
sobre mi vida que huye y me persigue
y terminará el día de su comienzo

querido instante te veo
en la cortina de bruma que se aleja
donde no pisaré esos largos umbrales movedizos
y viviré el tiempo de una puerta
que se abre y se cierra



qué haría yo sin este mundo sin rostro sin preguntas donde ser no dura sino un instante donde cada instante
gira en el vacío en el olvido de haber sido
sin esta onda en donde al final
cuerpo y sombra se confunden
qué haría yo sin este silencio abismo de rumores
jadeando furioso hacia la salvación hacia el amor
sin este cielo que se eleva
sobre el polvo de su lastre

qué haría yo haría como ayer como hoy mirando por mi rendija si no estoy solo para errar y alejarme de toda vida
en un espacio falso
sin voz entre las voces
encerradas conmigo


quisiera que mi amor muriera que lloviera sobre el cementerio
y las calles por las que voy
llorando a aquella que creyó amarme


fuera del cráneo sólo adentro alguna parte alguna vez como cualquier cosa cráneo último refugio
tomado desde fuera
como bocca en el espejo

el ojo a la mínima alarma se abre enorme se resella no hay nada más
así algunas veces
como cualquier cosa
de la vida no forzosamente

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