jueves, 16 de diciembre de 2010

franz kafka // una confusión cotidiana

un incidente cotidiano, del que resulta una confusión cotidiana. a tiene que cerrar un negocio con b en h. Se traslada a h para una entrevista preliminar, pone diez minutos en ir y diez en volver, y se jacta en su casa de esa velocidad. al otro día vuelve a h, esta vez para cerrar el negocio. como probablemente eso le exigirá muchas horas, a sale muy temprano. aunque las circunstancias (al menos en opinión de a) son precisamente las de la víspera, tarda diez horas esta vez en llegar a h. llega al atardecer, rendido. le comunican que b, inquieto por su demora, ha partido hace poco para el pueblo de a y que deben haberse cruzado en el camino. le aconsejan que espere. a, sin embargo, impaciente por el negocio, se va inmediatamente y vuelve a su casa.
esta vez, sin poner mayor atención, hace el viaje en un momento. en su casa le dicen que b llegó muy temprano, inmediatamente después de la salida de a, y que hasta se cruzó con a en el umbral y quiso recordarle el negocio, pero que a le respondió que no tenía tiempo y que debía salir en seguida.
a pesar de esa incomprensible conducta, b entró en la casa a esperar su vuelta. y ya había preguntado muchas veces si no había regresado aún, pero seguía esperándolo siempre en el cuarto de a. feliz de hablar con b y de explicarle todo lo sucedido, a corre escaleras arriba. casi al llegar tropieza, se tuerce un tendón y a punto de perder el sentido, incapaz de gritar, gimiendo en la oscuridad, oye a b -tal vez muy lejos ya, tal vez a su lado- que baja la escalera furioso y que se pierde para siempre.

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