miércoles, 15 de diciembre de 2010

38. de la naturaleza en los hombres // francis bacon

la naturaleza, con frecuencia, está escondida; algunas veces, dominada y raramente extinguida. la fuerza hace a la naturaleza más violenta cuando ella retorna; la doctrina y el discurso la hacen menos inoportuna, pero la xostumbre sólo altera y atenúa la naturaleza. quien busca la victoria sobre su naturaleza, que no se afane en tareas demasiado grandes o demasiado pequeñas; porque las primeras lo harán desanimarse con frecuentes fracasos y las segundas harán de él un pequeño triunfador aunque con frecuentes victorias. en cuanto al primero, que practique con ayudas como hacen los nadadores valiéndose de vejigas o de movimientos rápidos; pero, pasado un tiempo, que practique con obstáculos como hacenlos bailarines poniéndose zapatos gruesos: pues produce gran perfección si la práctica es más dura que la realidad. donde la naturaleza es todopoderosa y, por tanto, penosa la victoria, los grados necesarios son: primero, mantener y detener a la naturaleza a tiempo; como el que tiene que recitar el abecedario cuando está encolerizado; luego disminuir la cantidad, como el que quisiera abstenerse del vino y pasara de brindar copiosamente a tomar un solo vaso en las comidas; y, por último, interrupción definitiva. pero si una persona tiene fortaleza y resolución para darse franquicia esto es lo mejor: optimus illi animi vindex laedentia pectus vincula qui rupit, dedoluitque semel.*
tampoco está fuera de lugar la antigua norma de doblar la naturaleza hacia el otro extremo, como si fuera una vara, con el fin de enderezarla, sobreentendiéndose que el otro extremo no fuera vicioso. el hombre no debe forzar un hábito en su contra constantemente, sino con ciertas interrupciones, pues cada pausa refuerza el siguiente impulso. y si una persona que no sea perfecta está en continuo ejercicio acabará haciendo práctica tanto de sus errores como de sus habilidades y contraerá el hábito de ambos; y no hay forma de remediar eso que mediante intermisiones.
pero nadie confíe demasiado de su victoria sobre la naturaleza, porque la naturaleza puede permanecer enterrada durante mucho tiempo y luego revivir ante una ocasión o una tentación, como sucedió con la damisela de esopo, que se convirtió de gata en mujer, la que se sentó con mucha solemnidad al extremo de la mesa hasta que corrió ante ella un ratón. por tanto, se debe evitar la ocasión completamente, o ponerse con frecuencia ante ella para que pueda conmover poco.
la naturaleza humana se percibe mejor en privado, pues entonces no hay afectación; en la pasión porque ésta saca a las personas de sus normas y en un nuevo caso o experimento, porque no hay costumbre que la acompañe.
hay personas felices cuya naturaleza armoniza con su vocación; de no ser así pueden decir:
multum incola fuit anima mea**, cuando conversen de aquellas cosas que no les agraden. en los estudios, sea cual fuere el autodominio que se tenga, que se marque un honorario; pero en lo que sea agradable para su naturaleza que no se preocupe de honorario alguno, porque sus pensamientos volarán por su cuenta hacia ello en cuanto el tiempo de otros asuntos o estudios le den ocasión.
la naturaleza humana tanto cría hierbas buenas como malas; por eso, riéguense adecuadamente las unas y destrúyanse las otras.
1612

* quien mejor vindica su espíritu es el que rompe las cadenas que oprimen su pecho y deja de sufrir de una vez.

** mi alma ha sido un residente durante mucho tiempo.

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