martes, 24 de mayo de 2011

fiódor mijáilovich dostoyevski 1821-1881 // los hermanos karamásov (frag.), 1880

"... escucha: si todos deben sufrir para pagar la armonía eterna con el sufrimiento, ¿qué tienen que hacer allí los niños, dímelo, te lo ruego? es absolutamente incomprensible que ellos también deban sufrir y pagar por la armonía universal con sus sufrimientos. ¿por qué están también mezclados en eso, puestos a fertilizar la armonía futura para otros? puedo entender la solidaridad en la recompensa, pero no la solidaridad de los niños en el pecado y si es cierto que también son solidarios con sus padres de todos los crímenes, entonces esa verdad no es por cierto de este mundo y me es incomprensible. es posible que algún bromista diga que el niño crecerá y tendrá tiempo de pecar, pero ahí tienes a uno que no tuvo tiempo de crecer., que lo hicieron despedazar por los perros a los ocho años. ¡oh, alioscha, no estoy blasfemando! comprendo bien lo que deberá ser la conmoción del universo cuando todo, en el cielo y bajo la tierra, se funda en un único canto de alabanza y cuando todo lo que vive y todo lo que vi´vió exclame:"¡ tienes razón, señor, tus caminos nos han sido revelados! cuando la madre abrace al verdugo que hizo despedazar al hijo por los perros y cuando los tres proclamen con lágrimas en los ojos: "tienes razón, señor", por cierto que será la cumbre del conocimiento y entonces todo será explicado. pero hay un escollo allí y es algo que no puedo aceptar. y mientras aún permanezca en la tierra, me apresuro a tomar ciertos recaudos. te das cuenta, alisocha, es posible que todo suceda así y si viviera para entonces o resucitara para verlo, tal vez yo también exclamaría al ver a la madre abrazar al verdugo de su hijo: " tienes razón, señor", pero no quiero hacerlo. mientras tenga tiempo, me apresuraré a precaverme; es por eso que rechazo de plano la suprema armonía. no vale ni la más pequeña de las lágrimas de aquella niña torturada que se golpeaba el pecho con su puñito y en aquel nauseabundo reducto rogaba "al buen dios" mientras sus lásgrimas quedaron sin redención. no lo vale, porque esas lágrimas quedaron sin redención. deben ser redimidas, si no no puede haber armonía. pero ¿cómo redimirlas, cómo? ¿y será posible hacerlo? ¿será por medio de la venganza que se llegará a la redención? ¿para qué necesito y para qué vengarme de los torturadores con el infierno, qué puede reparar el infierno cuando el suplicio ya ha sido aplicado? y ¿qué es entonces esa armonía si hay infierno? quiero perdonar y besar. no quiero que nadie sufra más. y si los sufrimientos de los niños sirvieron para completar la suma de sufrimientos necesarios para ganar la verdad, entonces afirmo que toda la verdad no vale un precio semejante. ¡ademñas no quiero que la madre bese al verdugo que hizo despedazar al hijo por los perros ! ¡no debe perdonarlo! si quiere que perdone por sí misma, que le perdone al verdugo su inmenso sufrimiento de madre; pero los sufrimientos de su hijo lacerado, no tiene derecho a perdonarlos, no debe perdonar al verdugo, aunque el propio niño lo perdone. y si es así, si no existe el derecho a  perdonar ¿dónde está entonces la armonía? ¿existe en el mundo un solo ser capaz de perdonar, que tenga derecho a hacerlo? no quiero armonía, por amor a la humanidad no la quiero. prefiero quedarme con los sufrimientos no vengados. prefiero quedarme con mi sufrimiento no vengado y mi indignación no placada, aunque esté equivocado. se le ha fijado un precio demasiado alto a la armonía y de ningún modo podemos pagar un precio semejante por la entrada. por eso me apresuro a devolver mi boleto de entrada. y puesto que soy un hombre honrado, es mi deber devolverlo lo antes posible. eso es lo que hago. no es que no acepte a dios, alioscha; lo que hago es devolverle muy respetuosamente su boleto... "

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