sábado, 8 de junio de 2013

Ana Ajmátova (Ucrania, 1889 - 1966) // Poemas

Cuando escuches el trueno me recordarás...

Cuando escuches el trueno me recordarás
Y tal vez pienses que amaba la tormenta...
El rayado del cielo se verá fuertemente carmesí
Y el corazón, como entonces, estará en el fuego.

Esto sucederá un día en Moscú
Cuando abandone la ciudad para siempre
Y me precipite hacia el puerto deseado
Dejando entre ustedes apenas mi sombra.


El poeta

Piensas que esto trabajo, esta vida despreocupada
Escuchar a la música algo y decirlo tuyo como si nada.
Y el ajeno scherzo juguetón meterlo en versos mañosos
Jurar que el pobre corazón gime en campos luminosos.
Y escucharle al bosque alguna cosa y a los pinos taciturnos ver
Mientras la cortina brumosa de niebla se alza por doquier.
Tomo lejos o a mi vera, sin sentir culpa a mi turno
Un poco de la vida artera y el resto al silencio nocturno.
Versión de Rafael Alberti


Estamos tan intoxicados uno del otro...

Estamos tan intoxicados uno del otro
Que de improviso podríamos naufragar,
Este paraíso incomparable
Podría convertirse en terrible afección.
Todo se ha aproximado al crimen
Dios nos ha de perdonar
A pesar de la paciencia infinita
Los caminos prohibidos se han cruzado.
Llevamos el paraíso como una cadena bendita
Miramos en él, como en un aljibe insondable,
Más profundo que los libros admirables
Que surgen de pronto y lo contienen todo.


Fragmento

Me pareció que las llamas de tus ojos
Volarían conmigo hasta el alba.
No pude entender el color,
De tus ojos extraños.
Todo alrededor palpitaba
Nunca supe si eras mi enemigo, o mi amigo,
Y si ahora era invierno o verano.
21 de junio de 1959 Moscú



Unos van por un sendero recto...

Unos van por un sendero recto,
Otros caminan en círculo,
Añoran el regreso a la casa paterna
Y esperan a la amiga de otros tiempos.
Mi camino, en cambio, no es ni recto, ni curvo,
Llevo conmigo el infortunio,
Voy hacia nunca, hacia ninguna parte,
Como un tren sobre el abismo.



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