cuando un vivo se mata
cuando un vivo se mata, hay entre los vivos una gran
efervescencia.
como cuando arde la casa, bautizan al niño o aplastan
al gato por descuido con el cochecito del nene.
-lo veíamos tan seguido, la sonrisa en los labios y el
vaso en la mano, y se mató él mismo: es casi increíble.
-¿y por qué razón?
y todos buscan respuestas.
singular y poco viva pregunta; singulares y poco vivas
respuestas.
a menudo los reclaman lo que llaman la verdad: con
incoherencia, pero ávidamente, sus ojos suplican que les
mientan. muchos de ellos viven de simulacros y ésos
simulacros le son más indispensables que el pan, el agua,
el vino, el amor o los cordones de sus zapatos.
por suerte y por desgracia y por concurso de las
circunstancias, infancia privilegiada, caída de cabeza,en
fin, cualquier cosa, el que quiere y puede escapar de
esta espantosa manera de vivir y que sabe que más allá del
muelle los boletos son todos igualmente válidos, ya que
no tomó boleto trata de vivir de otro modo, trata de vivir
vivo.
a veces lo logra.
y así como el otro probaba el movimiento caminando
él prueba la felicidad siendo feliz.
y se acostumbra a esa vida.
pero casi todo se une en contra de los vivos vivos.
y es el coro de los que desprecian: "¡miren a ése, se
deja vivir y no da sus razones!"
a veces el vivo se harta.
a veces un ser que adora la vida se mata vivo y sonríe
a la vida al morir.
el caballo calculista se mata en plena representación, en
medio de la pista, y el público supone que cometió un
error en sus cifras y no pudo soportar tal deshonor.
¡buen caballo calculista!
pequeñito, cuando a latigazos te enseñaban a hacer
como que contabas, ya pensabas en morir, pero nadie
lo sabía.
viernes, 6 de agosto de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario