esos locos furiosos increíbles
lllegan apresurados y nunca dicen para qué 
ni de dónde proceden 
y enseguida te piden dos mil francos 
que casi siempre te han de devolver 
o te quitan la toalla sin respeto 
cuando te estás duchando 
se ponen la colonia los polvos el masaje 
la loción de tu novio o de tu hija 
te arrastran a lugares espantosos o bellos 
y ni siquiera piden tu opinión 
y beben prodigiosamente se ponen a cantar 
en cualquier parte 
o arman la del gran dios en un bar miserable 
y por motivos nimios 
siempre siempre avasallan te compran un sombrero 
o unas flores 
y un día salen al galope quizá hacia los infiernos 
qué desastre. 
señora caballero muchachita asustada 
militante de un partido ecologista: 
si se tropieza usted con uno de esos 
locos furiosos increíbles 
no le deje escapar llévelo a casa 
son tiernos como niños 
a veces tienen frío quién sabe si es porque 
les han pegado duro 
duermen poco se lavan todo el rato y son muy 
besucones y mirones 
pero cuidan los libros sacan todas las noches 
el cubo de basura a la escalera 
y están sólo pendientes de tener siempre 
un cenicero al lado. 
tienen por fin el gran inconveniente: 
se van mas vuelven pronto 
duran toda la vida 
esos que le leyeron 
pero no le entendían 
esos que siempre andaban 
tomando apuntes mudos 
mas que desde hoy se creen 
que fueron sus 
discípulos 
y han de emplear su nombre 
para reafirmarse 
deberían saber 
que además de maestro 
y además de poeta 
este hombre fue en 
vida 
un marginado auténtico 
que odiaba los 
rituales 
y despreciaba los mitos 
un solitario erguido 
entre la muchedumbre 
de estupidez unánime 
que ahora y sin su permiso 
querrá 
mitificarle. 
el buen amor, de a veces el gran amor
pared contra pared la soledad más fea y amarilla te encerró te apartó de todo lo que amabas o era tuyo y con pasos de zorra se metió en el reloj y empezó a trastocar todas las horas para que no supieses ni pudieras notar que terminaba tu tiempo en el festín y así fue como un sucio desaliento se echó sobre tus hombros tal un pájaro enorme en una madrugada sórdida y cruel con aires de desgracia y fue entonces recuerda cuando en el abandono o desamor pronunciaste su nombre repetiste su nombre como un niño perdido entre la sombra. por azar o conjuro tal nombre te ha devuelto a los días de la más clara luz y ahora notas la brisa el fresco olor de un sitio que conoces, de una casa rodeada de flores y senderos donde el sueño cruza por galerías altísimas y blancas como velas de un navío al largar y jugando te ocultas al final de un pasillo y aguardas que llegue la muchacha que quieres y la asustas con las hojas de un ramo de laurel y cuando ella se ríe contra tu pecho huérfano ya sientes que su piel y su pelo tienen gusto de mar que está temblando y que sus labios queman. ahora ya no despiertas en horas miserables cuando un frío de angustia estremecía la noche en bancarrota acuchillando tu cansancio hasta el alba, ni tienes pesadillas o apariciones súbitas ojos sin rostro de personas que amabas y desaparecieron alejándose tal faros en la niebla y tampoco es preciso que cuentes hasta mil o que enciendas todos los cigarrillos que tu insomnio pedía para alcanzar la total desmemoria ya que todo es distinto cuando ella está contigo, cuando sientes que respira en la almohada junto a ti y que sus manos te acarician mientras el sueño cae. no quieras indagar, deja perderse el humo, el turbio vaho de años de penitencia: un tiempo que fue tuyo y que ahora no reconocerías; sube hasta los balcones de la mañana y canta canta sin más a la esperanza al viento a los caminos que aquí te devolvieron por conjuro o azar y dile a esta muchacha lo que antes no sabías, cuéntale que cruzabas perdido por lugares sin nombre, que fuiste enfermo y ella te sanó, que escuchando su voz te sientes renacer y amas la vida porque te ha dispensado la fortuna y la gracia de conocer el hondo el buen amor. 
palabras para Julia
tú no puedes volver atrás 
porque la vida ya te empuja 
como un aullido interminable, 
hija mía es mejor vivir con la alegría de los hombres 
que llorar ante el muro ciego. 
te sentirás acorralada, 
te sentirás perdida o sola, 
tal vez querrás no haber nacido, 
yo se muy bien que te dirán que la vida no tiene objeto 
que es un asunto desgraciado, 
entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí 
pensando en ti 
como ahora pienso. 
un hombre solo 
una mujer 
así tomados de uno en uno 
son como polvo 
no son nada, 
pero yo cuando te hablo a ti 
cuando te escribo estas palabras 
pienso también en otros hombres, 
tu destino está en los demás, 
tu futuro es tu propia vida, 
tu dignidad es la de todos, 
entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí 
pensando en ti 
como ahora pienso. 
nunca te entregues ni te apartes 
junto al camino, 
nunca digas no puedo más y aquí me quedo, 
la vida es bella 
tú verás como a pesar de los pesares 
tendrás amor 
tendrás amigos. 
por lo demás no hay elección 
y este mundo tal como es será todo tu patrimonio, 
perdóname no sé decirte nada más, 
pero tú comprende que yo aún estoy en el camino, 
y siempre siempre acuérdate de lo que un día yo escribí 
pensando en ti 
como ahora pienso. 
el recuerdo
me asomo al miedo escucho 
las voces que aún resuenan 
que suben de la tierra 
gritando nombres fechas 
lugares de traición 
crímenes sordos 
y sin querer lo temo 
por mi vida por mí 
pedazo de bandera 
por mi casa por todo 
lo que fui rescatando 
de aquel montón de ruinas 
que dejaste al partir 
hacia ese mar oscuro 
en donde permaneces 
tan espantosamente 
callada todavía.
jueves, 2 de junio de 2011
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